Tomeu Salvà es el mejor amigo de Rafael Nadal, posiblemente una de las personas que mejor conoce al número uno del mundo. Criados desde pequeños en Manacor mientras crecían a la vez como tenistas, el mallorquín le dio un giro a su carrera al marcharse al CAR [Centro de Alto Rendimiento] de Barcelona con 14 años, abriendo una etapa que terminó con 21 cuando tomó la decisión de abandonar su carrera para centrarse en la enseñanza. Ahora, con 31, Salvà es entrenador en la Rafa Nadal Academy by Movistar, se ocupa de forma personalizada de Jaume Munar (debuta este lunes en Roland Garros contra David Ferrer tras pasar la previa) y también acompaña al campeón de 16 grandes algunas semanas, lo que le ha servido para darse cuenta de algo sorprendente, incluso para él: pese a haberlo ganado todo, y todo es todo salvo la Copa de Maestros (el único gran título que le falta), Nadal sigue tolerando la crítica, aceptando el debate, buscando opiniones diferentes entre los suyos y nutriéndose de esas visiones distintas para no parar de mejorar.
“Rafa tiene un equipo muy sano, si hay que pegarle una colleja se la pegamos y eso es algo muy complicado a estos niveles”, aseguró Salvà, que en París acompaña a Munar, pero que también ayuda al número uno del mundo en algunos entrenamientos después de hacer lo mismo en Roma hace un par de semanas. “No todos los familiares, amigos o entrenadores lo hacen con el jugador que tienen al lado, y que encima tiene éxito”, prosiguió el balear. “Él lo valora muchísimo. Nadal es una persona que lleva muchísimos años en el circuito, que lo ha conseguido todo, y aún ves que tiene ganas de aprender y de mejorar, y eso lo hace en parte preguntando y escuchando”.
“Cuando una persona triunfa, como es el caso de Rafa, es difícil que la gente que se acerca del exterior critique nada, incluso te ríen cualquier cosa que puedas decir de temas que no tienes ni idea”, reflexionó Rafael Maymò, fisioterapeuta y mano derecha del jugador. “Cuando alguien triunfa muchas veces es porque está capacitado para escuchar a los que tiene a su alrededor. También es verdad que yo llevo mucho tiempo con Nadal, lo conozco y sé que no tiene problema en escuchar a los que tenemos al lado”, continuó. “Es verdad que muchas veces puedes hacerle una crítica, no aceptarla en el momento y luego reflexionarlo, porque es un tío que lo reflexiona mucho todo”, confesó. “Lógicamente, hay que buscar el momento, pero como también lo buscas con tu pareja, con tus amigos o quien sea. Buscas el momento que creas adecuado, pero en mi caso yo no me guardo una”.
¿Cómo puede alguien que lo ha ganado todo estar abierto a aceptar consejos que vienen desde distintas direcciones, aunque sean siempre dentro de su equipo? ¿Cómo es posible que acepte el debate con la humildad del que está empezando y tiene todo el camino por recorrer? ¿Hacen las grandes estrellas del tenis lo mismo? ¿Y las de otros deportes? ¿No es sorprendente?
“A mí no me deja de sorprender, y eso que llevo 17 años con él”, reconoció Carlos Costa, agente del jugador desde su juventud. “Está claro que cada vez le vas diciendo las cosas en un tono distinto porque tiene 31 años y no 16, pero siempre que he visto algo se lo he dicho sin dudarlo”, añadió el catalán. “Al margen, él lo busca preguntándote para que se lo digas, es algo que agradece”, insistió. “Es igual que si fuera un hijo. Puedes decirle lo que quieras, hablarlo y razonarlo. Por supuesto, tiene una opinión más formada que hace 10 años, pero como quiere hacerlo todo bien, tanto en el tenis como en su vida, es básico que tenga los oídos abiertos”, cerró el representante del español.
“Rafa es muy perfeccionista y quien es perfeccionista acepta las críticas constructivas”, opinó Carlos Moyà, uno de los entrenadores de Nadal. “Ser perfeccionista conlleva saber que no todo lo que haces está bien. Por eso, él confía en el equipo que tiene fuera de la pista”, subrayó el exnúmero uno mundial. “Si no lo conociera sería sorprendente que alguien que lo ha ganado todo acepte eso, pero Rafa tiene la humildad suficiente como para estar abierto al debate, aunque no tengamos razón en todo lo que le decimos”, remarcó. “En ese sentido, somos un equipo muy real. Si hay cosas que no se están haciendo bien se las decimos”.
“Es que una de las bases de su éxito es que acepta la crítica”, le siguió Benito Pérez-Barbadillo, jefe de prensa del español. “Y además, te va a escuchar igualmente aunque no tengas razón, y si la razón era suya no te lo reprochará jamás”, siguió el jerezano. “Rafa es un verdadero fenómeno, y lo es en todos los aspectos de su trabajo. La prensa también forma parte de ese trabajo. El siempre ha ido a la prensa a decir lo que piensa, yo no me encargo de decirle eso”, dijo. “Sigue aceptando las decisiones que tomo en base a nuestros criterios y sigue sin ponerlas en duda. Claro que alguna vez puede preguntarte, o pedirte explicaciones de cualquier cosa que hagamos, pero confía plenamente en lo que se establece”.
Nadal se mueve estos días por Roland Garros rodeado los suyos, que van a sus entrenamientos, le acompañan a comer en el torneo, matan el tiempo en larguísimas partidas de parchís y aprovechan la caída de la tarde para despejarse paseando por los Campos Elíseos, rematando las jornadas con una buena cena en alguno de los lugares favoritos del tenista en París. Hay pocos equipos en el vestuario con las cualidades de este: las piezas se han mantenido intactas prácticamente desde el principio, sus integrantes van a una en todo y han sabido encontrar el denominador común del corazón noble, distintivo de las buenas persones y básico para que cualquier grupo funcione.
“Una de las cosas que Rafa siempre dice cuando habla del éxito, y sobre todo del éxito prematuro, es la importancia del entorno”, recordó Salvà, quizás el único que ha vivido de cerca la llegada de todos esos resultados tempraneros. “Es decir, rodearse de buena gente, de un buen entorno, porque en este mundo es muy fácil levantar los pies del suelo. La fama, el dinero, la inmadurez… es sencillo irte por un camino inadecuado. Se lo he escuchado muchísimo a él, pero es que además lo veo en el equipo que tiene”.
Así, el español debuta este lunes en Roland Garros contra Simone Bolelli (5-0 en el cara a cara), abriendo su camino hacia la undécima Copa de los Mosqueteros con la misma tranquilidad que ha tenido siempre. Nadal no tiene por qué preocuparse: si hace algo mal, los suyos se lo dirán.
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