Mandan los clásicos
Luis Gordillo
Si el año pasado destacábamos en nuestro resumen la ausencia de grandes figuras históricas en las programaciones españolas, este año parece revertirse el balance. Deslumbraron Durero y Cranach, Tintoretto, Patinir y Velázquez, pero Luis Gordillo brilló con luz propia en su exposición del Reina Sofía.
MNCARS. Madrid
Llegó, por fin, al Reina Sofía la esperada exposición del sevillano Luis Gordillo y el aplauso fue unánime. "Nunca he estado afectado por este tema, sabía que llegaría y que sería en buenas condiciones", declaraba el pintor. Y lo fueron. Titulada Iceberg Tropical, comisariada por él mismo y montada de forma ejemplar en la sala principal de la planta baja del edificio Sabatini, la muestra recorría todas las etapas del pintor a través de espacios en los que conversaban pinturas de épocas dispares. De esta forma, presentó todos los trabajos "como si fueran actuales, como espejos que se interrelacionan e influyen". Y si entonces la ordenación se organizaba por grupos de trabajo, ésta del Reina se agrupó en torno a "actividades Gordillo". Uno de los pintores españoles más importantes y de voz más respetada, Luis Gordillo había recibido el premio Velázquez en el mes de abril.
Un teatro sin teatro
MACBA. Barcelona
Una lectura del arte contemporáneo vista desde sus relaciones con el espectáculo dramático. Un teatro sin teatro ha sido una de las apuestas más firmes del MACBA barcelonés en este 2007. Lo decía muy claramente Jaume Vidal Oliveras: "Por teatro se entiende aquí acontecimiento, acción, espacio, voz, cuerpo… principios que actúan -consciente o inconscientemente- como elementos disolventes de la pintura y de todo lo que ésta implica, desde la idea de representación hasta la posición -según dicen- pasiva del espectador". El ambicioso proyecto del MACBA recorrió el siglo pasado, desde sus incios hasta los años ochenta, revisitando los momentos en los que el teatro "agujerea como un topo la pintura". Y lo hacía desde un despliegue enorme de información -600 piezas entre obras y documentos-, con momentos de gran interés como los dedicados al periodo de las vanguardias o el del arte minimal.
Warhol sobre Warhol.
La Casa Encendida. Madrid
Comisariada por una de las mayores especialistas del universo Warhol, la catedrática Estrella de Diego, la muestra que organizó La Casa Encendida, y que se puede ver hasta finales de enero, ha sido todo un éxito de crítica y, como se esperaba, también de público. Llevaban ya tiempo los organizadores detrás de este ambicioso proyecto, formado por más de 200 piezas procedentes de grandes colecciones públicas y privadas, que viene a conmemorar el quinto aniversario de la apertura del centro. Lo que propone Estrella de Diego es una reflexión sobre Warhol como un sujeto fracturado que se mira en el espejo en los diferentes momentos de su carrera. La exposición se celebra cuando se cumplen veinte años de la muerte del artista y en ella, como resumía Mariano Navarro, "no hay nada o casi nada de lo esperable de Warhol y, sin embargo, en ella esta todo o casi todo Warhol".
Durero y Cranach
Museo Thyssen y Fundación Caja Madrid. Madrid
Otra gran producción del Museo Thyssen-Bornemisza, que es ya un habitual del ranking anual de El Cultural. Su comisario, Fernando Checa es uno de los grandes especialistas del Renacimiento alemán y la exposición es una investigación ambiciosa y coherente en torno a uno de los artistas más facinantes de la época, Durero, y su relación con otras figuras del Renacimiento nórdico como Cranach, Altdorfer o Baldung. Elena Vozmediano afirmó que en la exposición se hacía visible "el clima de dos universos paralelos: el de la evolución formal y social de la pintura alemana y el de su íntima relación con la vida espiritual y cortesana".
Las fábulas de Velázquez
Museo del Prado. Madrid
Velázquez, uno de los huéspedes más ilustres, si no el más, del Museo del Prado, ha vuelto a ser el centro de las miradas en una exposición dedicada a su vertiente de contador de historias, que se puede ver hasta el 24 de febrero. A este sugerente tema se une el hecho de que la muestra está montada en uno de los nuevos espacios diseñados por el arquitecto Rafael Moneo, el que se encuentra en el tránsito entre las dos zonas. Son 28 piezas de las que 8 pertenecen a colecciones extranjeras y entre ellas destaca, por supuesto, la Venus del Espejo procedente de la National Gallery, pero también otras piezas que nunca antes habían visitado nuestro país como la soberbia Cristo y el alma cristiana procedente también del museo de Londres. Gran conocedor de la obra de Velázquez, Fernando Checa afirmaba que se trata de "una exposición concebida para el goce de los ojos y el placer del intelecto, como la propia pintura de Velázquez. Sin duda, la más acertada manera de celebrar la reciente ampliación del Prado".
Tiempo al tiempo
Marco. Vigo
"Una exposición excelente y medida, que, como el baobab de la pieza de Tacita Dean, proporciona agua en tiempo de sequía". Así de rotundo se mostraba David Barro ante la gran exposición con la que el MARCO de Vigo celebra sus primeros cinco años de vida. Bajo la batuta de la comisaria portuguesa Isabel Carlos y del director del centro, Iñaki Martínez Antelo, Tiempo al tiempo es una reflexión sobre cómo los artistas canalizan la experiencia temporal. Es una acumulación feliz de artistas nacionales e internacionales como Oscar Muñoz, Matthew Buckingham, Gianni Motti o Mircea Cantor, todos ellos, grandes referentes del arte de hoy. Convergen en la exposición conceptos que en muchos casos son la visibilidad misma del tiempo en clave poética: el olvido, la muerte, la nada, la fugacidad...
Tintoretto
Museo del Prado
Madrid
Decía el comisario de la exposición, Miguel Falomir, que Tintoretto era "uno de los pintores peor estudiados del Renacimiento". Hacía setenta años, desde la organizada en Venecia en 1937, que no se hacía una exposición de Tintoretto. Es un pintor difícil del exponer pues muchas de sus grandes obras son retablos inamovibles ("No hemos pedido imposibles, no podemos sacar una pintura de la Scuola de San Rocco", decía Falomir) pero el Museo del Prado consiguió traer grandes obras con las que acompañar a su espléndido Lavatorio. Tintoretto es uno de los grandes pintores de asuntos religiosos, con una facilidad asombrosa para asimilar los temas y adaptarlos a su pintura. Es un coloso de la narrativa, capaz de contar con las torsiones y escorzos del cuerpo humano, que estudiaba con atención a partir de pequeñas esculturillas de cera que colocaba en todo tipo de posturas y bajo iluminaciones diversas. Y es que Tintoretto fue único a la hora de montar sus composiciones, muchas de ellas, como sus Cenas, de perspectivas inversosímiles. Fernando Checa nos situaba en estas páginas ante el pintor veneciano por excelencia del siglo XVI, el que "mejor representa algo que ha venido en denominarse ‘venecianidad', esa cualidad específica de la pintura de esta ciudad que la distingue de otras escuelas italianas de su tiempo, y que se caracteriza por el uso de la intensidad cromática de la pintura y una gran proximidad a la naturaleza y a la historia contada".
Momentos estelares de la fotografía
Círculo de Bellas Artes y Canal de Isabel II. Madrid.
"Un conjunto deslumbrante de obras maestras". Elena Vozmediano animaba así al público a ver una de las exposiciones de fotografía más ambiciosas que se recuerdan en Madrid. La exposición nace de una forma un tanto atípica, como apoyo a la publicación de un extenso diccionario de fotografía de siglo XX. La Fábrica recibe el encargo y es Oliva María Rubio quien se encarga de seleccionar y ordenar con libertad el conjunto. La exposición la integraban más de 300 fotografías de unos 100 autores y se dividía entre los espacios del Círculo de Bellas Artes y el Canal de Isabel II. Estaban los mejores fotógrafos (Steichen, Stieglitz, Strand, Ansel Adams, Albert Renger-Patzsch, Karl Blossfeldt), excepto aquéllos -como decidió, acertadamente, la comisaria- en los que la fotografía es sólo una más de las técnicas que utilizan y la sensación era, a decir de nuestra crítica, la de "sentirse entre las páginas de un manual pero percibiendo el aura que, a pesar de que la época de la reproductibilidad técnica es ya el pasado, tienen estos vintages que han modelado nuestra cultura visual".
Janet Cardiff & George Bures Miller
MACBA. Barcelona
El tándem formado por los canadienses Janet Cardiff y George Bures Miller fue objeto de una interesante exposición, su primera en nuestro país, en el MACBA barcelonés comisariada por Bartomeu Marí. Fue una exposición que, a través de nueve trabajos, exploraba la cualidad del sonido como recurso creativo pero también, de algún modo, aludía a conceptos que encontramos en la órbita de lo visible como el trompe l'oeil o mejor, como dijera el crítico Jaume Vidal Oliveras, el trompe l'oreille en tanto que eran "imágenes y objetos animados por el sonido". Cardiff & Bures Miller son autores de piezas ya míticas como el Motete en cuarenta partes, que en Barcelona encontró su contexto más idóneo en una pequeña capilla del siglo XVI, contemporánea del motete de Thomas Tallis, sobre el que versa la pieza. La exposición deparaba, como continuaba el crítico, un "paisaje extrañado, espectral y misterioso".
Intocable. El ideal de la transparencia
Museo Patio Herreriano. Valladolid
El Patio Herreriano de Valladolid presentó este año la primera fase de Intocable. El ideal de la transparencia, comisariada por Guillaume Désanges y Francois Piron, cuya segunda parte se mostrará el próximo año. La muestra investigaba el concepto de la transparencia partiendo del texto Arquitectura de cristal de Paul Scheerbart (1914), que, como decía Javier Hernando, confirmaba que las "previsiones de los visionarios alemanes nunca han sobrepasado el nivel de la utopía". Más bien al contrario, son la viva imagen del triunfo del capitalismo rampante, los iconos de la nueva economía.