Una imagen de 'Marvel’s Spider-Man 2'

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Homo Ludens

'Marvel’s Spider-Man 2', el cómic elevado a espectáculo total

La secuela del juego de Insomniac Games encuentra a sus dos protagonistas enfrentándose a sus demonios interiores en un juego más grande en todos los sentidos

20 octubre, 2023 09:16

El arácnido de la factoría Marvel tiene una miríada de videojuegos en su haber, pero ninguno de la relevancia del título de Insomniac Games de 2018. PlayStation encargó a uno de los mejores estudios del mundo sacar el máximo partido a su consola con un título exclusivo y con un presupuesto de escándalo. El resultado fue avasallador, con una recreación fascinante de Nueva York y uno de los mejores sistemas de navegación de escenarios que se recuerdan.

Balancearse por los rascacielos con las icónicas telarañas del superhéroe era un auténtico placer donde el jugador podía aprovechar la inercia para efectuar unas parábolas sobrecogedoras e impulsarse a velocidades de vértigo. Spider-Man 2 viene para convertirse en el estandarte de PlayStation 5, sumando al elenco a Miles Morales (protagonista de su propia expansión en 2020) y adoptando un cariz mucho más dramático y oscuro. ¿Puede el superhéroe repetir la hazaña o se queda todo en un vano ejercicio de ampulosidad fatua?

Peter Parker a duras penas consigue mantener su vida civil en orden, ahogado por las facturas e incapaz de mantener un empleo. Su amigo de la infancia, Harry Osborn, reaparece tras años convaleciente, aparentemente curado de una dolencia con prognosis terminal, y le ofrece un trabajo como investigador en una fundación.

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Pero cuando las cosas parecen por fin tomar un rumbo positivo, descienden sobre la ciudad las huestes de Kraven el cazador, un oligarca ruso obsesionado con batirse con las criaturas más formidables: los antiguos villanos de Spider-Man, sin importarle que algunos estén cumpliendo condena y otros hayan conseguido enmendarse. En medio del caos, la razón de la sorprendente mejoría de Harry se hace patente cuando el joven exhibe habilidades sobrehumanas: el simbionte, una extraña sustancia alquitranada que espera su oportunidad para cambiar de huésped.

Spider-Man 2 sigue de cerca los patrones instituidos en la primera parte y su voluminosa expansión, pero subiendo el diapasón en todos los aspectos. Nueva York es mucho más grande, cubriendo ahora parte de Queens y Brooklyn además de la isla de Manhattan. Las secuencias son más espectaculares todavía, con un nivel de destrucción que ni las películas de Disney son capaces de imaginar, denotando un presupuesto estratosférico que ya no es que iguale a las grandes superproducciones de Hollywood, sino que empieza a superarlas.

La historia bascula entre los puntos de vista de Peter y Miles, pero fuera de la trama principal, el jugador puede alternar entre los dos en cualquier momento, cada uno con su árbol de habilidades específico y renovado que hace que se jueguen de manera diferente. La consigna del estudio estaba clara: más, más y más. ¿Mejor? Eso es otro asunto.

Desde el punto de vista jugable, hay muy poco margen de mejora. El juego hace exactamente lo que un título de estas características, obligado a llegar a una audiencia masiva que justifique sus extraordinarios costes, debe hacer. Y lo hace con primor.

Spider-Man 2 se controla como un sueño y cuenta con un nivel de pulido técnico que ya muy pocos en la industria son capaces de alcanzar. No hay grandes revoluciones. El sistema de combate sigue siendo una evolución de las ideas que Batman: Arkham Asylum (2009) inauguró hace ya dos generaciones y está orientado a lucir de manera fantástica en cualquier momento. Por ello, toda la atención la debemos dirigir a los aspectos narrativos, la trama y los personajes. Y es ahí donde empiezan los contrastes.

Primero, lo bueno. Las relaciones entre los personajes principales brillan con luz propia. El mentorazgo establecido entre Peter y Miles es fantástico, una relación sincera basada en el respeto mutuo que da pie a los mejores momentos de la aventura, sobre todo cuando la personalidad de Peter empieza a mutar hacia una más amarga e iracunda fruto de la influencia del simbionte. La dinámica entre Peter y MJ, con una tensión innegable bajo la superficie fruto de las ambiciones de la periodista y su renuencia a atarse demasiado a los problemas de Peter, se explora en profundidad.

Peter Parker y Miles Morales

Peter Parker y Miles Morales

Con Harry todo es más inorgánico, porque el juego tiene que esforzarse para poner al día al jugador de la relación entre los dos, abusando de los flashbacks y en ocasiones forzando la situación para generar drama. Pero el periplo que hacen durante la trama desemboca en un clímax ciertamente emotivo, con unas confesiones mutuas que deconstruyen muchos arquetipos en torno a las amistades masculinas sin quitarle un ápice de sinceridad y sin caer en reinterpretaciones postmodernas pasadas de rosca.

A continuación, lo malo. Kraven es un villano que simplemente no está a la altura. No solo hace gala de una personalidad plana y unas motivaciones risibles, sino que su presencia en la trama se alarga demasiado, relegando al tercer acto a la verdadera estrella de la función: Venom. Su preponderancia en la historia es un auténtico lastre, llevándola a un terreno naif que distrae la atención de los conflictos de los personajes para arrojarlo todo a un mundo artificial, un parque de atracciones donde todo el decorado es de cartón piedra.

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La Nueva York de Spider-Man 2, por todos sus murales woke y la celebración constante de su multiculturalidad, no es un lugar mínimamente verosímil. Se acaba por producir una disociación profunda entre los hechos transcurridos y sus consecuencias. La destrucción es tan masiva que debería haber decenas de miles de muertos al bajar el telón, con millones absolutamente traumatizados de por vida, y, sin embargo, todo parece volver a la normalidad sin mayor contratiempo. Se insiste con tanta fuerza en obviar el elemento humano a un nivel comunal que lo hace todo banal.

Los personajes principales sí lidian con las consecuencias de sus acciones y pagan siempre un elevado precio, pero nadie más. Se resetea la simulación y la vida sigue como si no hubiera pasado nada, traicionando la farsa inherente a la narrativa de superhéroes que también han desprovisto de cualquier significado al Universo Cinemático de Marvel.

Tras completar Spider-Man 2, es imposible no pensar en su función como piedra angular de las producciones audiovisuales en marcha de Sony. Todos sus elementos narrativos parecen cuidadosamente seleccionados para generar sinergias con los otros proyectos en marcha.

Kraven el cazador

Kraven el cazador

Kraven es el villano porque Sony pensaba estrenar por estas fechas la película sobre el personaje dirigida por J. C. Chandor y protagonizada por Aaron Taylor-Johnson, antes de retrasarla a 2024. Venom aparece por tres cuartos de lo mismo, la trilogía de Tom Hardy. Qué decir de las brillantes películas de animación centradas en Miles Morales y el multiverso.

Todo esto es cierto, y aún así, Insomniac se las ha ingeniado para crear secuencias muy inspiradas que se sumergen de lleno en los dominios del terror o que exploran la confesión del amor subyacente en una amistad masculina. Píldoras lo suficientemente valiosas para que toda la experiencia merezca la pena, a pesar de sus innegables excesos y las rígidas convenciones en las que opera.

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