Blanca Portillo: "Hamlet no puede ser asexuado. Hamlet es"
La actriz se convierte en el mítico personaje de Shakespeare para el montaje que estrena el jueves Tomaz Pandur
6 febrero, 2009 01:00Blanca Portillo en un momento de la representación. Foto: EFE
Liz PeralesEl próximo jueves, en las Naves del Español de Madrid, se estrena Hamlet, dirigido por el esloveno afincado en España Tomas Pandur. Lo llamativo del montaje es que una actriz, Blanca Portillo, da vida al príncipe protagonista siguiendo así una tradición que inició Sarah Bernhardt a finales del XIX y que ha tenido muchas continuadoras en Europa.
Esta no es la primera vez que Blanca Portillo (Madrid, 1964) interpreta un personaje masculino. Ha hecho varios en su carrera: En La hija del aire, con dirección de Jorge Lavelli, fue la ambiciosa reina Semíramis, al tiempo que también hacía de su hijo Nanias, y costaba trabajo reconocerla en este desdoblamiento hasta entrado el segundo acto; un brillantísimo trabajo que ha marcado su trayectoria. Luego, Días Yanes la llamó para el Inquisidor Bocanegra en la película Alatriste.
Ahora Portillo repite con Pandur en esta versión que el director lleva preparando desde hace muchos años y que ambos se han planteado como un desafío. "¡Me da mucho miedo! Voy a intentar estar a la altura. Lo único que debo hacer es dejar el alma, pero estoy acostumbrada. Puede que me equivoque, pero sé que estando en las manos del uno y del otro es muy difícil estar mal", explica la actriz.
Pregunta ¿Cómo nació este proyecto y qué fue lo que le animó a protagonizarlo?
Respuesta Fue una propuesta de Tomaz, con quien había trabajado en Barroco. Me propuso hacerlo y, realmente, no son muchas las veces que a una actriz le ofrecen hacer un personaje como ese. Nunca pensé que podría hacerlo. Cuando me contó su punto de vista, lo que quería contar y hacer, no lo dudé. Sobre todo porque no pretendía que hiciera de hombre, no quería obviar el hecho de que soy mujer. Lo que planteaba era crear un ser humano con todas sus facetas. A partir de ahí nos pusimos a trabajar y una año después y tras muchos esfuerzos, aquí estamos, con ello entre las manos.
P.- Fue Sara Bernhardt quien inició está tradición de interpretar personajes masculinos ¿Qué razones le han llevado a usted a interpretar a Hamlet?
R.- Insisto en que lo interesante es la propuesta de Tomaz y que, indudablemente, es un personaje infinitamente atractivo, lleno de matices, con muchísimos niveles de profundidad. Cualquier persona que se dedique a esto siente atracción por un personaje así.
P.- ¿Cuál es la mayor dificultad del personaje (sus movimientos, su voz, su psicología...)?
R.- La cantidad de niveles en los que hay que moverse. No es un personaje con un solo discurso. Siempre funcionan muchos niveles a la vez: lo que es, lo que no le gusta ser, lo que siente, lo que oculta, lo que detesta de sí mismo, lo que le hace sentir orgullo, el nivel mental, el emocional y el físico... Es una especie de compendio de todos los valores y todos los defectos del ser humano. Un inmenso paisaje siempre sorprendente y que demanda ser explorado cada vez más profundamente.
P.- ¿Y el mayor goce como intéprete?
R.- Creo que encontrar en tí misma tu propio Hamlet.
P.- ¿El suyo va a ser un personaje asexuado, o desde el principio va a quedar claro que es una mujer travestida, o intentará parecer un hombre?
R.- Creo que debo insistir en el concepto de ser humano. Todos tenemos dentro un hombre y una mujer. Cuando uno puede desarrollar ambas partes, eso confiere un poder enorme. Hamlet nunca puede ser asexuado, ni un travestido ni alguien que parece ser algo. Hamlet es. O al menos ese es nuestro Hamlet.