Christophe Rousset
Martín y Soler es una gloria nacional para España
6 marzo, 2003 01:00Christophe Rousset. Foto: Eric Larrayadieu
El 7 de marzo se estrena en el Teatro de la Zarzuela La capricciosa corretta del compositor valenciano Vicente Martín y Soler, cuya recuperación fue llevada a cabo en la ópera de Lausanne con gran éxito, que se volvió a repetir en enero en Burdeos. Con dirección escénica de Rita de Letteris, cuenta con la colaboración de Les Talens Lyriques, cuyo titular, Christophe Rousset, presenta a El Cultural las claves del nuevo montaje.
-Tras las representaciones habidas podrá valorarla.
-La obra es extraordinaria. Y que conste que no lo pienso yo solo. El Instituto Complutense ha aceptado publicar la edición, que corre a mi cargo, mientras que la firma Naïve la llevará al disco. Hay otro detalle revelador: el montaje de Lausanne se grabó para la Suisse Romande y nada menos que diecinueve emisoras han pedido permiso para difundirla. Se ha generado una excitación colectiva muy confortante. El público reaccionó de modo increíble tanto en Lausanne como en Burdeos. Espero que suceda algo similar en Madrid, ya que creo que Martín y Soler es una gloria nacional española.
Marcado por el XVIII
-Si la música de Martín y Soler tiene esa calidad, ¿por qué no ha quedado como Haydn o Mozart?
-Si estos autores han permanecido en el repertorio no ha sido precisamente por la ópera, sino por su música de cámara y la pianística que han servido para mantener sus nombres vivos. Y la de Martín y Soler no. No olvidemos, también, que sus obras dramáticas están marcadas por el siglo XVIII. Creo que La capricciosa corretta está muy próxima al Matrimonio segreto de Cimarosa y por ello me cuesta comprender por qué una queda en el repertorio y la otra no. Desde un punto de vista de calidad son comparables, y en muchos aspectos Martín resulta superior. Su orquestación es más delicada, mucho más moderna. El tratamiento dramático es formidable.
-Y ¿en relación con Mozart?
-Aunque todo el mundo palidece ante Mozart, y eso hay que dejarlo claro, La capricciosa es comparable a las piezas de Paisiello, Cimarosa y, por qué no, Haydn. En cuanto al espíritu, es similar al que inunda el Così o Las bodas de Fígaro. Porque el libretista es el mismo, Lorenzo Da Ponte. Si se analiza la idea básica, corregir a la dama a través "del sueño de oriente", no está muy lejos del Così.
Autores menospreciados
-Los compositores de esta época han sido menospreciados después.
-Sí, de Martín y Soler se ha dicho que su música es agradable, con cierto sentido peyorativo, en la idea de que resulta un poco débil. Vista con las claves de su momento, se constata que su estreno en el XVIII en Londres satisfizo al público y que fue muy bien acogida en todo el mundo. Se tocó mucho por Europa durante veinticinco años, lo que es bastante raro para la época y no deja de sorprende por su éxito. En ella encontramos un genio melódico indudable, un gran instrumentista con un color muy particular y personal, donde siempre las emociones parecen transmitirse a través del color orquestal. Era un hábil instrumentador. En algunos momentos hay una línea que, sin duda, prefigura La Cenerentola.
-Su interés por él continuará.
-Sin duda. Como no existe una grabación de El árbol de Diana creo que es necesario hacerla. Me interesa mucho incidir en su importancia. Comparativamente, pienso que El árbol y Don Giovanni cuentan con un libreto al mismo nivel y quizá podamos apreciarlo mejor ahora, en el siglo XXI. La diferencia mayor es que Don Giovanni se aproxima al romanticismo de Weber, mientras que El árbol de Diana podría estar más cerca de Rossini.
-¿Se pueden encontrar otras cosas de interés en los archivos o es difícil hallar algo nuevo genial?
-Posiblemente. Hay bibliotecas en las que, seguramente, debe haber maravillas, caso de la de San Petersburgo. Pero hasta en los sitios más controlados aparecen cosas de interés. Como ejemplo, en la Biblioteca Nacional de París encontramos un manuscrito de Martín y Soler que ha pasado desapercibido a los profesionales de la musicología.
-¿Qué responsabilidad tienen los intérpretes en las recuperaciones?
-Si una ópera como Così fan tutte se hace mal, nadie le echará la culpa a la obra. Cuando una pieza es nueva o lleva muchos años en los cajones, su difusión siempre es, de entrada, más arriesgada. De ahí que, en mi opinión, sea fundamental una adecuada selección de los intérpretes porque el público, ante este tipo de aventuras muestra una actitud, cuando menos, distante. Al principio, los intérpretes -y con ellos los responsables de la escena- debemos ser bastante cuidados. Pero, estoy seguro de que en el futuro una obra como La capricciosa podrá defenderse por sí misma.
ámbitos inexplorados
-¿Qué ámbitos va a seguir explorando?
-Me interesan particularmente aquellas obra que hizo Da Ponte con Salieri que, posiblemente, nos van a producir grandes sorpresas. En los próximos años voy a abordar La grotta di Trofonio que considero una obra magnífica. Creo que la historia ha sido especialmente injusta con Salieri, en parte por la mala fama generada por el romanticismo y la película Amadeus. Pero no es el único. Hay que abrir el repertorio porque tenemos en los archivos composiciones fabulosas que dormitan. ¡El público no se puede imaginar la cantidad de músicas estupendas y desconocidas que hay escondidas! Es obvio que no todo resulta de primera calidad, pero con que un treinta por ciento que sea excelente, lo cual no es mucho pedir, ya sería bastante. Y nosotros, los intérpretes, tenemos la máxima responsabilidad en dar todo ese repertorio a conocer.
-¿Por qué hay un interés creciente en la ópera del siglo XVIII?
-Porque cuenta con muchos elementos comunes al hombre actual. El final del XX y el comienzo del XXI es un momento de huida. Se hace un tipo de ópera que divierte, que te hace escapar, que quiere evitar enfrentarte a la realidad. Es lo mismo en el cine, de ahí el peso de la magia. ¿Por qué el éxito de películas como Harry Potter o El señor de los anillos? En parte es porque, como en el XVIII, el público demanda un mundo de cuento de hadas que le haga olvidar la realidad.
-¿Cuáles van a ser sus próximos proyectos?
-Voy a hacer L’empio punito de Melani, el primer Don Giovanni de la historia de la ópera, realizado en 1660 en Roma que dirigiré en Leipzig. También voy a llevar a cabo con María Bayo, la Antigona de Traetta, así como una serie de arias barrocas de Rodríguez de Hita y Boccherini para el disco y que, a lo mejor, también podemos traerlo en gira.