El bailaor Antonio El Pipa, en una de sus últimas intervenciones

Artistas tan destacados como Tomasito, José Luis Montón, Carrete y Son de la Frontera protagonizan el próximo sábado la gran ceremonia inaugural de la II Bienal Málaga en Flamenco 07. Entre las grandes actuaciones destacan las de Estrella Morente, Arcángel y Antonio el Pipa, quien ha hablado con El Cultural.

El día siete del mes siete de 2007, a las siete de la mañana, los participantes y asistentes a los Juegos Previos Invocatorios a la Buena Suerte de la Bienal Málaga en Flamenco 07, se dirigirán al conjunto megalítico de Menga para contemplar el amanecer, cuyas primeras luces aparecen tras la Peña de los Enamorados, cercana a la localidad malagueña de Antequera.

"El dolmen de Menga es un edificio mágico orientado al Este. Desde allí, recibiremos la luz del sol para que nos llene de energía. Como decía mi maestro Pepe de la Matrona, hay que ponerse a bien con Dios y con la naturaleza. Y hacemos ese conjuro para pedir la armonía, el temple, el arte, también el buen tiempo, el júbilo y la satisfacción de tantos como tomamos parte en esta aventura", afirma el director de la Bienal, José Luis Ortiz Nuevo.

Antes de esta ceremonia, y a partir de las doce de la noche, ya habrán actuado, entre otros, el guitarrista José Luis Montón y el violinista Ara Malikian, el grupo Borom Tamba con el espectáculo Siete tambores llamando a la tierra, el bailaor jerezano Tomasito con Al compás de la ciencia de la burla y Son de la Frontera, que compartirá Fiesta para el nuevo día con la Panda de Verdiales de Santo Pitar. éstos bajan de los Montes de Málaga con sus panderos, guitarras, violines, sombreros de cintas multicolores, banderas y al ritmo incesante de los crótalos metálicos. Con este ritual de preparación y buenos augurios, al que se suma el mismo día siete a las siete de la tarde el espectáculo Yo no sé la "edá" que tengo, con el bailaor Carrete y el mismo Ortiz Nuevo, se anuncia la que será la Bienal propiamente dicha, cuyo inicio tendrá lugar el 30 de agosto con el ciclo Sólo para menores o los últimos serán los primeros, dedicado a los más jóvenes.

"De la misma forma que reservamos la clausura, titulada Memoriales, para un concierto de casi treinta artistas malagueños ya mayores, algunos con los ochenta cumplidos, el arranque del festival lo ocuparán aquéllos que empiezan y ahora conquistan de una forma brillante al público. ése es el equilibro que debe tener un acto de esta naturaleza".

Decanos del cante. Si en el cierre, que se celebra el próximo 30 de septiembre en el Teatro Cervantes de Málaga, van a tomar parte, en un acto lleno de emoción, los decanos del cante malagueño, como Antonio de Canillas, Niño Bonela, La Cañeta, Pedro Escalona y El Tiriri, la apertura correrá a cargo de los más jóvenes, muchos a punto de alcanzar la gloria. Este ciclo, en el que participan los bailaores Marco Flores, Pastora Galván, Mercedes Ruiz o La Tremendita, y los cantaores Jesús Méndez, Argentina, Rubito de Paradas o Pitingo, lo inaugurará Estrella Morente en la Playa del Palo a la hora del crepúsculo.

"Otra novedad es la celebración de actuaciones a horas poco habituales: en el atardecer o por la mañana, como ocurrirá en la Cueva de Nerja, donde Gerardo Núñez estrenará una obra", apunta Ortiz Nuevo.

Más que un programador, José Luis Ortiz es un visionario cuyo trabajo se ha distinguido por la originalidad de sus enfoques y el empleo de un lenguaje personal, acorde a su condición de poeta y a la capacidad para adelantarse a su tiempo. Ahí están sus "cumbres flamencas" y sus "bienales sevillanas", que cambiaron el rumbo de los grandes ciclos. Prescindiendo de lugares comunes e imágenes estereotipadas, se inventó distintas formas de representación flamenca, profundizando en sus contenidos y maximizando el valor de sus significados.

"Tenemos la obligación de que este festival, que concita muchas expectativas y presumiblemente puede atraer a gente de numerosos países, además de ser un escaparate de lo que se está haciendo ahora, no se convierta en una sucesión de actuaciones adosadas...", explica Ortiz Nuevo. "Dentro de la riqueza del patrimonio flamenco, vamos a procurar que el orden de las representaciones y su ubicación -los castillos de Sohail y Gribralfaro, el embalse del Guadalhorce, El Torcal y la Colegiata de Santa María la Mayor (Antequera)- tengan un porqué para que se logren espectáculos con personalidad única, inculcando a los artistas una actitud de indagación, de reposición de repertorio y el hallazgo de nuevos caminos. Estamos empeñados en que la Bienal tenga entidad propia", añade José Luis Ortiz.

El espectáculo A las siete en punto de la tarde alcanzará una dimensión diferente en la Plaza de Toros de Ronda, un edificio de piedra del siglo XVIII, donde, en vibrantes episodios de danzas y cantes, Carmen Linares interpretará la rondeña clásica, Manolete bailará el martinete de Antonio, Isabel Bayón el taranto, Javier Barón la caña, Rafael Campallo la farruca y Rocío Molina la rondeña de Ramón Montoya, que tocará el guitarrista Manolo Franco. El festejo estallará en un gran fin de fiesta con El Pele, Calixto Sánchez, Bonela hijo, Jorge Pardo, Juan José Amador y toda la compañía, dirigidos por Chano Lobato en el ruedo.

Espectáculos insólitos. Las miradas están puestas también en Por los siete Dolores, ritual de saetas y otras músicas de la Semana Santa en Andalucía en la Plaza Ochavada de Archidona, con cuadrillas de costaleros, horquilleros, bandas de música, marchas procesionales, la Escuela de Saetas de Marchena, los Campanilleros del ángel, los Saeteros del Incensario de Loja y de Málaga.

Cuarenta y nueve conciertos en 23 espacios escénicos integran esta segunda edición de la Bienal Málaga en Flamenco, con estrenos de los bailaores Antonio el Pipa e Israel Galván, espectáculos insólitos y conciertos irrepetibles de Enrique Morente, Milagros Mengíbar, Salvador Távora, Arcángel y Las calles de Cádiz, aquella obra de Ignacio Sánchez Mejías para la Argentinita, que ahora recrea el poeta Juan José Téllez, con la colaboración de Faustino Núñez, las coreografías de Junco y la dirección escénica de Pepa Gamboa. Para Ortiz Nuevo, "es el reto de la creación, donde han de armonizarse la sensatez con la osadía".