Image: Cunillé y Zarzoso juegan con la comedia

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Teatro

Cunillé y Zarzoso juegan con la comedia

El tándem de autores repasa los géneros dramáticos en Húngaros, que se estrena en la Cuarta Pared de Madrid

12 septiembre, 2002 02:00

Lluïsa Cunillé, Lola López y Francisco Zarzoso, miembros de la Compañía Hongaresa de Teatre

Húngaros es lo último de Lluïsa Cunillé y Paco Zarzoso, un juguete escénico que les sirve para estrenarse como autores de comedia. Acostumbrados a hablar de incomunicación, soledad, azar..., con obras en las que parece que nada ocurre, ofrecen ahora un texto que va a divertir al público y en el que repasan varios géneros sin proponérselo. La compañía Hongaresa de Teatre, el grupo que fundaron con la actriz Lola López hace ya ocho años, a partir del 12 de septiembre en la sala Cuarta Pared de Madrid.

Otra tentativa frustrada. Lluïsa Cunillé (Badalona, 1961) se niega una vez más a una entrevista, a unas palabras. Pertenece a la nómina de autores esquivos tipo Salinger o Rafael Sánchez Ferlosio. Considerada hoy como una autora de culto, galardonada con dos de los premios de teatro de mayor prestigio (Calderón y Born), estrenada en grandes y pequeños teatros de Barcelona, esta mujer se refugia en el silencio siguiendo quizá el estilo de sus obras en las que es más importante lo que se oculta que lo que se dice. Es entonces el valor de su obra la que la ha probado como autora; ni convocatorias artístico sociales, ni antologías femeninas le atraen."Siempre me ha parecido que la persona menos indicada para explicar una obra es quien la ha escrito, por lo menos es lo que me pasa a mí, no sé qué decir que no haya dicho ya en la obra", escribió en el programa de mano de una de sus funciones y que es uno de los escasos testimonios sobre su idea del arte. Así que cada vez que estrena son sus compañeros los que hablan por ella. "Respeto su silencio, es su decisión, y es un silencio por el que paga un alto precio pues es una autora muy solicitada fuera de nuestras fronteras, que renuncia así a la promoción de su obra", explica Paco Zarzoso, director de la compañía Hongaresa de Teatre (CHT) que fundó en 1994 junto con Cunillé y la actriz Lola López.

La compañía CHT es uno de los escasos ejemplos en nuestro país de grupo estable volcado en la dramaturgia contemporánea y concretamente en la que se conoce como "nueva dramaturgia". Desde su fundación, sus miembros han defendido un proyecto de creación teatral sustentado en el texto, en el que éste sirva para organizar e integrar el resto de los elementos escénicos.

Públicos y alternativos
Es desde este grupo donde Lluïsa Cunillé ha venido dando cuenta de una prolífica obra, la cual también ha sido llevada a escena en Barcelona e incluso en el Festival de Edimburgo por directores como Luis Miguel Climent (Rodeo), Joan Ollé (Accident y Apocalipsi) o Xavier Albertí (La cita). Esta temporada estrenará en el Lliure su adaptación de Troilus y Cresida, dirigida por Albertí, y con la CHT visitará Córdoba (Argentina) para presentar Vacantes en el festival Mercosur.

En la compañía, ya en solitario o de la mano de Paco Zarzoso (Puerto de Sagunto, 1966), Cunillé ha encontrado con quien compartir ideario artístico: "Al principio, lo único que queríamos era hacer teatro juntos, así que nuestro ideario se ha ido forjando con el tiempo. Lo que siempre intentamos es que en cada proyecto, tanto desde la escritura como desde la puesta en escena, podamos probar algo diferente. E intentamos priorizar, por encima de los resultados económicos o de otro tipo, los aspectos de la creación".

Húngaros es la tercera obra que Cunillé y Zarzoso escriben juntos y su primera comedia. Curiosamente nació "después de que uno de los dos (no diré quién) hubiera escrito un monólogo muy, muy trágico. Este le pasó el material al otro como testigo para que siguiera escribiendo, y de pronto ese material, se transformó en la primera escena de nuestra primera comedia". Ellos la llaman comedia húngara. Un texto deconstruido porque, según explica Zarzoso, "juega de una manera muy intensa con perversiones espacio-temporales". En ella se puede entrever una comedia romántica que no llega a sustanciarse, pero también una comedia de situación, una comedia negra, absurda, surrealista, esperpéntica... Un juguete escénico en el que "sin proponérnoslo, damos un repaso a diferentes géneros dramáticos".

Cunillé, directora
También es la primera obra en la que Cunillé aparece como codirectora. Habitualmente es Zarzoso, que se multiplica también como actor y autor, quien dirige, mientras Lola López es la intérprete, que tambien ejercer a veces como directora. "Pero Lluïsa, en todos los montajes de nuestra compañía, siempre ha estado muy de cerca, asistiendo a los ensayos, participando de una manera directa en la creación de la poética del espectáculo", apostilla Zarzoso.

Imposible referirse a estos hijos de Sanchis Sinisterra sin nombrarlo a él. O más precisamente, sobrinos, según Zarzoso: "Haber conocido a Sanchis y haber asistido a sus seminarios me ha dado el privilegio de tener un tío en América que al regresar del largo viaje te anima a vivir la aventura de cruzar en un velero de doce pies el océano teatral. A veces he sospechado que alguno de los que han criticado los efectos secundarios de clonación de sus talleres en el fondo, en vez de un tío en América, se tienen que conformar con un padrastro que los tiene castigados a no salir de casa".

Nuevos dramaturgos
A los miembros de la compañía Hongaresa de Teatre les une la "nueva dramaturgia", un término inventado por Sanchis Sinisterra. Bajo este nombre coinciden autores como Belbel, Alejandro Jornet, David Plana...interesados por revalorizar el texto, jugando con el espacio y el tiempo, mezclando géneros, fragmentándolo, usando la repetición, la ironía o el humor... De este "grupo" Cunillé, que escribe en castellano y catalán, es una de las autoras más destacadas. Tiene una obra extensa: Rodeo, La festa, Libración... Zarzoso, premio Bradomín y SGAE, ha estrenado Cocodrilo, Ultramarinos y Mirador, entre otras. Y Lola Díaz se ha centrado en la interpretación, pues son obras que exigen un estilo interpretativo adecuado, austero y sin excesos.