Image: La Ribot, los confines de la danza

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Teatro

La Ribot, los confines de la danza

Sus Piezas Distinguidas, en Madrid

8 mayo, 2003 02:00

La Ribot en un momento de sus Still Distinguised

La Ribot presenta los días 8, 9 y 11 de mayo, en el palacio de Velázquez del madrileño parque del Retiro, Panoramix, un recorrido por la totalidad de sus piezas cortas, (34 hasta la fecha), que duran entre 30 segundos y 7 minutos y son encargos de propietarios "distinguidos".

Desde 1993, cuando creó su primera "pieza distinguida", La Ribot ha estado embarcada en un proyecto que le lleva a investigar cada vez más allá de los confines de la danza. Instalada desde hace seis años en Londres, donde le va espléndidamente, ahora presenta la totalidad de sus Piezas distinguidas, (34, aunque su propósito es llegar hasta cien), un programa que fue estrenado en el Tate Modern de Londres a finales de marzo y que dura tres horas. Panoramix, como lo ha titulado, viajará próximamente a Brest y al Centre Pompidou de París, donde esta mujer inquieta presentará también un libro centrado en los objetos que utiliza en sus piezas. Los trabajos de La Ribot no son, desde luego, danza en el sentido ortodoxo de la palabra, pero sí permiten una lectura coreográfica que supera lo escénico para adentrarse en campos afines, o no tan afines, según las definiciones de cada espectador.

Cambios de contexto
Quizá uno de los elementos que hacen su trabajo más interesante es la evolución que han experimentados estas piezas, en función de los cambios de contexto en los que se desarrollan. "Las Piezas distinguidas se sitúan en una intersección entre territorios, podría decir que entre la danza, el arte visual y la performance art. Me interesa algo de lo incómodo y desestabilizador que tiene este territorio. Es un lugar indefinido, lo cual obliga a un movimento y a un cuestionamiento continuo y a una continua contextualización. Estas piezas han ido tomando, en el sentido de invadir, diferentes lugares: teatros, galerías, salas, diferentes cuerpos… yo diría que en el sentido más indisciplinado que he podido. En cierta manera podría decir que son flexibles… Con Panoramix, al hacerlas todas juntas, se comprende el sistema, la flexibilidad… Los cambios de contexto son intrínsecos a la propuesta que hago con las "distinguidas" y cuanto más ocurre, más flexibles se hacen".

La idea de crear unas piezas dancísticas como si se tratara de obras pictóricas nació en 1993. "Necesitaba cambiar la escala en la que estaba trabajando, reducirla y ser más ligera para poder moverme más rápido. Necesitaba cierta indisciplina y libertad de acción, es decir otros contextos donde situarme, otras lecturas". Sin embargo, y siguiendo con el paralelismo de las obras plásticas, el propietario distinguido poco o nada influye en la artista a la hora de crear: "El propietario distinguido en principio fue algo que teórica y práticamente hacía posible una pieza distinguida y la siguiente. Pero nunca ha influído artísticamente", señala La Ribot.De la recepción que tiene el público, La Ribot no tiene una idea precisa: "que se acerque como quiera, no pienso en él. O a lo mejor sí pienso... Tengo que darle códigos y formas para que pueda leer y sentirse cómodo. No tengo una idea específica. Propongo un espacio y una serie de cosas. Varía según cada individuo. Yo propongo y ellos leen. Les propongo reaccionar, actuar en consecuencia con lo que ellos piensan".