Los cervantes que vienen
El IV Centenario del Quijote ha movilizado a artistas, instituciones y teatros para animar la producción de obras de Cervantes. Se representarán desde adaptaciones de la novela, a sus piezas teatrales más reconocidas, como la 'Numancia', o más raras, como 'La entretenida'
6 enero, 2005 01:00La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) prepara para este año dos producciones: La entretenida, dirigida por Helena Pimenta con versión de Yolanda Pallín; es una comedia rara y desconocida para el público en la que muchos han leído una reacción de Cervantes ante Lope. Fue escrita al final de su vida y en ella se dan cita desde el estilo de Lope, a la mejor tradición del teatro latino de Plauto y Terencio y la comedia del arte. Se estrenará a finales de enero en el teatro Pavón de Madrid y estará protagonizada por Joaquín Notario y Pepa Pedroche, entre otros.
El segundo espectáculo que abordará la CNTC será El viaje del Parnaso, que estrenará en el Festival de Almagro dirigida por Eduardo Vasco. Será un espectáculo de formato medio basado en el poema que le da título y que se considera el testamento literario y espiritual de Cervantes. El autor tomó como referencia el Viaggio di Parnaso de Cesare Caporali di Perugia para componer, en 1614, su único poema narrativo extenso. Es un irónico poema, salpicado de referencias biográficas, en el que el autor idea un viaje imaginario en una galera con Mercurio para librar una batalla contra los poetastros. La CNTC prepara igualmente una edición dedicada a analizar el teatro cervantino.
El Centro Dramático Nacional (CDN) también se sumará al IV Centenario con la puesta en escena, para la próxima temporada, de la tragedia Numancia, una de las pocas obras que se suelen reconocer a Cervantes. La versión la prepara el poeta Luis García Montero y será estrenada en el teatro María Guerrero. El director del CDN, Gerardo Vera, no descarta incluir algún otro espectáculo cervantino en la programación de la próxima temporada.
El programa más ambicioso
El Festival de Teatro Clásico de Almagro colaborará con la Junta de Castilla-La Mancha en el ambicioso programa que conmemorará el IV Centenario del Quijote. Por el momento, el nuevo director del festival, Emilio Hernández, no ha decidido la programación pero con toda seguridad incluirá una sección dedicada al teatro cervantino. Por su parte, Castilla-La Mancha, la zona donde se ambienta el primer Quijote, ha seleccionado para la celebración del IV Centenario ocho espectáculos teatrales, entre los que figura el que prepara El Brujo, El ingenioso caballero de la palabra, según versión de Emilio Pascual, director de la editorial Castalia. El Brujo ya protagonizó en el año 2000, en las Mañanas del Clásico, un recital con textos clásicos, entre los que figuraban fragmentos del Quijote.
Otra de las producciones más interesantes es la versión del Teatro Negro Nacional de Praga Impresión de Don Quijote (1605-2005), un montaje con actores españoles en el que al empleo de sus técnicas para provocar el efecto mágico de la luz incorpora por primera vez el uso de la palabra. También se han programado otros siete espectáculos de danza . Muchos de ellos serán representados en pueblos y lugares referidos en El Quijote; en este sentido la compañía catalana Comediants estudia la oferta de preparar un espectáculo de calle, tipo cabalgata, que recorrería varias ciudades manchegas; por otro lado, un trailer itinerante servirá de escenario en aquellos pueblos de Castilla-La Mancha que carezcan de espacios escénicos.
La Comunidad de Madrid ha encargado a Albert Boadella una adaptación de la novela que se estrenará en noviembre, en Alcalá de Henares, lugar de nacimiento del autor (ver entrevista Ultima Palabra); luego se verá en Madrid, dentro del Festival de Otoño. Otras de las producciones contempladas por la Consejería de Cultura son Laberinto de amor, una obra caballeresca del autor que pondrá en escena la compañía que dirige Juan Pastor, Guindalera, y Cervantes a palos, por la compañía Teatro del Duende. Dos espectáculos de danza también se inspirarán en la novela cervantina: Don Quijote y Sancho Panza, por Ibérica de Danza, y Atlas o antes de llegar a Barataria, por la compañía de danza Malpelo.
Esta última es una coproducción financiada por el Instituto Cervantes que eligió mediante concurso público a esta formación catalana de danza contemporánea para representar las actividades escénicas del IV Centenario en unos veinte centros extranjeros. La finalista, DM Danza, compañía de danza de Vitoria que dirige Damián Muñoz, también actuará en estos centros con Loqo (el alma conmovida).
De por libre
Otros montajes independientes que se preparan y que intentarán encontrar acomodo en los diversos festivales y teatros a lo largo del año son: la obra de Santiago Martín Bermúdez La más fingida ocasión y Quijotes encontrados, obra que publicó hace ocho años la Fundación Colegio del Rey de Alcalá de Henares. Ahora esta en vías de producción a cargo de la compañía la Cubana Impaciente, dirigida por Liuba Cid. Martín Bermúdez reúne en esta obra a dos Quijotes: el de Cervantes y el de Avellaneda —quien lo escribió tras comprobar el éxito de la primera parte del Quijote original, allá por 1614—. El dramaturgo reúne a ambos caballeros en una venta manchega que muy bien puede ser también un corral de comedias. La idea, explica el autor, es enfrentar dos personajes que representan dos ideales, el Quijote cervantino de la utopía frente al de los caracteres más rancios y tópicos de Avellaneda. El texto está escrito en un fingido castellano de la época.
También el cantaor granadino Enrique Morente prepara un espectáculo que trascenderá lo meramente musical. Y El Jove Teatre Regina recreará, entre el 31 de marzo y el 24 de abril, una selección de pasajes de la novela, mientras las bibliotecas de Barcelona preparan una espectáculo de marionetas en torno a las novelas de caballerías. Y sigue en cartel los entremeses cervantinos que ha dirigido José Ortega y que se representan en la sala madrileña Itaca: El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. Una obra interpretada por dos espléndidos actores, David Boceta y Raúl Fuertes, que se transforman en una galería de personajes diversos y contradictorios.
En Francia Jean-Claude Carrière, después de colaborar con el director Roberto Tricarri en el último espectáculo de Hannah Schygulla, Louise Brook, vuelven a trabajar juntos. Preparan una versión escénica inspirada en la película que Orson Welles rodó sobre el Quijote y que nunca llegó a montar (el montaje fue de Jesús Franco). Los personajes de la obra son el propio Welles y amigos y conocidos del cineasta.