Actores: Anna Lizaran, Emma Vilarasau, Marta Marco. Lliure. En catalán. Barcelona.
Ana -Lizaran- nos invita a una victoriana fiesta de celebración en la que ella moverá los hilos. Claire -Emma Vilarasau- su compañera sentimental, acaba de regresar. Ana le cuenta que ahora tiene un protector que además le regala valiosísimas joyas (que resultarán ser de su esposa). Toda la casa está decorada de indiana -cretona- para complacer a Claire (quien al final confesará que no le gusta esta tela). El salón así decorado es toda la sala y las butacas del Espai Lliure. A su vez, Claire le cuenta que tiene ahora una joven amante que quiere llevar a casa, acaso para compartirla con Ana, jovencita que resultará ser la hija del "protector". Y además, por el salón corre una divertida criadita, sometida por Ana a todo tipo de desprecios clasistas, una Marta Marco a la altura del brillante reparto. No hay más elementos teatrales ni argumentales, apenas hay progresión de la trama y sorpresas que sostengan el ritmo teatral. Hay una exhibición de grandes actrices, atractivo que ha conseguido que estén vendidas todas las localidades hasta el 13 de noviembre, último día de representación. Manda y domina Anna Lizaran, hoy, seguramente, la mejor actriz del teatro catalán. Brilla Emma Vilarasau, otra de nuestras grandes actrices aunque acaso más deslubrante en la pantalla, capaz de permitirnos ver mejor su enorme expresividad. Un matrimoni de Boston parece ser un intento de Mamet de acercarse -sin conseguirlo- a Oscar Wilde, acaso al Henry James de Las bostonianas. Aquí no hay ni revindicaciones feministas ni homosexuales, no hay crítica, sólo exposición de una situación que Josep María Mestres resuelve con una virtuosa puesta en escena. Hay diálogos brillantes e ironía, algún juego de palabras, muchos artificios verbales, pero éste no es el Mamet del cinismo y el sarcasmo.