Malena Alterio y David Lorente, 'plantados' en el teatro
Daniel Veronese dirige en Las Naves 'Los amigos de ellos dos', una comedia que indaga sobre lo que esperamos de los demás y el espacio que ocupamos en la sociedad.
11 mayo, 2024 02:20El planteamiento, dice su autor, es sencillo. Dos parejas quedan para cenar todos los jueves desde hace más de doce años, pero, por primera vez, una de las dos llega tarde. “Me escucho y me suena muy simple. Puede, a priori, resultar un poco tópico. Pero Los amigos de ellos dos no será nada de eso”, avanza el director de la obra Daniel Veronese (Buenos Aires,1955) a El Cultural.
Sumergidos en ese instante, en el que se van asentando los minutos, dos titanes escénicos como Malena Alterio y David Lorente, en la piel de Nicolás y Liza, aguardan. Y es en esa espera, en ese tiempo detenido, en el que se inquietan–¿habrá pasado algo?–, pero, sobre todo, en el que se cuestionan su relación de amistad y más particularmente el rol que ocupamos en la vidade los demás.
Coescrita con el dramaturgo argentino Matías del Federico, el origen de esta comedia, cuenta Veronese, “fue escribir desde un lugar extrañado –lo solemos definir como metateatral–, para luego disolverlo, maquillarlo, encajarlo en una trama de comedia y desde ahí acercarlo lo más posible auna peripecia humana, algo con lo que los espectadores pudieran empatizar. El tema puede ser la amistad, pero sobretodo lo que un individuo espera, lo que cree que necesita, del otro”.
"No saco conclusiones, no las necesito. Sé que la gente lo hará, pero ahí se cierra el círculo". Daniel Veronese
Estrenada en Argentina durante la pandemia y de gira ahora por España, la obra llega a las Naves del Español este sábado. Pero Veronese, que se encuentra en Argentina con varias obras, como La Última Sesión de Freud, de Mark St. Germain, o la recién estrenada Comienzo, de David Eldridge, y a punto de presentar Felicidades, de Mariano Pensotti, no estará.
“Estrené Los amigos de los dos en Avilés el 12 de enero y no la volví a ver. Pero estoy tranquilo, porque hemos buceado con los actores muy profundamente en la obra. Ellos tienen pleno conocimiento de la situación dramática, por lo tanto, sé que no se van a desviar del camino establecido. Una obra de teatro con las funciones debe crecer, por supuesto, pero confío mucho que crecerá en la dirección adecuada. Moriría por ver las cosas nuevas que seguro aparecieron, ver en qué se ha convertido el trabajo. Es una producción que me hace muy feliz”, comenta satisfecho sobrela labor de Alterio y Lorente.
Los amigos de ellos dos, como muchas de sus obras, explora de algún modo la manipulación o el impacto que ejercemos en los demás. “Si por eso entendemos acciones para cambiar al otro, creo que todas las obras de teatro se nutren de ese efecto –matiza–. Es lo que se necesita para que una obra circule”.
Mientras, se plantea hasta qué punto somos una sociedad que depende de los demás. “A partir de lo que vemos podríamos inferir que sí. Yo arranco de un terreno determinado, el devenir que estos personajes necesitan para desarrollarse orgánicamente. No saco conclusiones, no las necesito. Sé que la gente lo va a hacer, pero ahí se cierra el ciclo. No trato de inculcar nada. Puedo llegar a desarrollar acontecimientos con los cuales no estoy del todo de acuerdo si me sirven dramáticamente”. Después, que cada uno juzgue.