De izquierda a derecha: Ana Santos, Ledicia Sola, Covadonga Berdiñas, Tamara Canosa e Isabel Naveira. Foto:  Cris Becerra

De izquierda a derecha: Ana Santos, Ledicia Sola, Covadonga Berdiñas, Tamara Canosa e Isabel Naveira. Foto: Cris Becerra

Teatro

Las cigarreras de Pardo Bazán alzan la voz de la mujer trabajadora

El director Cándido Pazó lleva al Fernán Gómez de Madrid esta obra basada en 'La Tribuna', novela de la escritora gallega, pionera en la novela social y naturalista en España.

19 septiembre, 2024 02:09

A finales del siglo XIX, durante unos días, fue habitual encontrar a Emilia Pardo Bazán (A Coruña, 1851- Madrid, 1921) en la Fábrica de Tabacos. Había empezado a escribir La Tribuna, y le gustaba acudir a observar a las obreras. “Eso causaba extrañeza por la persistencia con que lo hacía”, contaba la propia escritora.

Publicada en 1883, aquella obra, que introdujo al proletariado y a la mujer trabajadora en nuestra literatura, se convirtió en la primera novela social y naturalista escrita en España.

“No se festeja lo suficiente que una de las novelas sociales europeas sea española. Así como los franceses tienen a Émile Zola, nosotros la tenemos a ella, que fue una pionera”, comenta a El Cultural el director de escena Cándido Pazó (Vigo, 1960), que, con Cigarreras, da actualidad escénica a la escritora. Un espectáculo basado en La Tribuna, que presenta en el Fernán Gómez después de haber recorrido buena parte del país.

Ambientada en la convulsa España de 1868, marcada por el destronamiento de Isabel II tras el estallido de la Revolución de Septiembre, ambas piezas recrean la emancipación de la mujer trabajadora y sus reivindicaciones laborales. “Quedose España al pronto sin saber lo que le pasaba y como quien ve visiones”, escribía Pardo Bazán.

Se trata de un tiempo de explosión militante e ideológica. A mí me recuerda, siempre salvando las distancias, a los años de la Transición donde parecía que se respiraba política y discusión ideológica por todas partes. Son tiempos de gran efervescencia. Muchísimos conceptos que aún hoy laten en gran medida, como lperspectiva de género y el asunto del federalismo o el centralismo, llegan a la discusión popular en ese momento”, explica Pazó.

“Así como los franceses tienen a Émile Zola, nosotros tenemos a Pardo Bazán, que fue una pionera del naturalismo”. Cándido Pazó

“Un día recordé que aquellas mujeres, morenas, fuertes, de aire resuelto, habían sido las más ardientes defensoras de la idea federal en los años revolucionarios”, decía Pardo Bazán.

Tamara Canosa, Susana Dans, Mercedes Castro, Isabel Naveira, Covadonga Berdiñas, Casilda G. Alfaro y Ledicia Sola son aquí sus cigarreras. Siete actrices para once personajes. Un trabajo coral, entre el drama y la comedia, que narra también el amor imposible de una proletaria y un burgués además de los avatares de la época.

Entre estas mujeres destaca, cómo no, su protagonista. “Nuestra Amparo  interpretada por Canosa– es una persona que transmite fragilidad porque es alguien que nace con una nueva visión, y lo nuevo siempre es frágil. Pero también fortaleza, porque descubre ese nuevo camino desde una convicción y una sororidad que va ganando paso a paso, ilusión a ilusión y, finalmente, desilusión a desilusión”.

Para ello, Pazó nos sumerge en una de esas fábricas de finales del XIX que conoció de cerca su autora. “Es como si todo sucediese ahí. La casa humilde de Amparo, la casa lujosa de Pardo Bazán, la calle... todo está en la fábrica”. También A Coruña, su particular Marineda, con las cristalerías de los edificios industriales, esas galerías de vidrieras frente al mar.

De fondo, la propia Pardo Bazán contempla y analiza su obra 11 años después de escribirla. Ella es Susana Dans, a quien ya pudimos ver en la piel de la escritora en el telefilme La condesa rebelde. “Ella asume su labor de hiladora del argumento, ese trabajo de estar siempre presente en escena. Yo lo llamo dramaturgia del pensamiento. Es como si la obra se desplegase a partir del pensamiento de la propia Pardo Bazán”.