Image: Literatura y vida

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Letras

Literatura y vida

Augusto Monterroso

26 febrero, 2004 01:00

Augusto Monterroso. Foto: Domenec Umbert

Alfaguara. Madrid, 2004. 140 páginas, 12’50 euros

No sin intención se ha buscado este título, de clara filiación romántica, a la serie de textos diversos (ensayo autobiográfico, relato, reflexión literaria, conferencia) que vienen a integrar Literatura y vida de forma casi natural.

Con ello, al año escaso de su desaparición, la voz de su autor sigue sonándonos con aquel sentido del humor, con las fórmulas que le llevaron hacia la ruptura de fórmulas, descubriendo no sólo el microrelato sino la economía verbal que los barrocos hubieran calificado de conceptismo. En alguna de estas páginas admitirá, no sin orgullo, su deuda gracianesca. Todo ello el lector podría deducirlo por sí mismo, pero nos lo aclara a su manera en "Breve, brevísimo": "...en los días que corren estoy trabajando en un probable nuevo género, que vendría a ser una conjunción de conferencia-ensayo-cuento-apunte-autobiográfico-ponencia-confesión, todo en unas cuentas páginas, o mejor, líneas". Poco más cabría añadir a estas líneas (pág. 109) para desclasificar la clase de textos ante los que nos hallamos. Cabría señalar que en algunos pesa más lo autobiográfico que lo ensayístico o lo narrativo, y en otros ocurre al contrario. Resulta, pues, oportuno el título de este libro que, desde la modernidad pretende destruir los diques de géneros tan poco tradicionales como el ensayo, sobre cuya naturaleza nos ofrecerá páginas imprescindibles (págs. 10 y 11), el cuento (pág. 98) y la poesía.

En definitiva, los géneros fronterizos resultan susceptibles de corrimientos en una u otra dirección. Lo que parece importar al conjunto de la obra de Monterroso es el personaje que se alza entre su ser pensante y el escritor. Es su "voz" lo que transforma la realidad y cuanto nos dice de sí mismo, siempre escaso y tamizado con humor, interesa especialmente. En "Mi primer libro", relato autobiográfico, precisa su lugar y fecha de nacimiento y nos ofrece datos valiosos para determinar algunos hechos externos de su biografía. ¿Interesa su primer encuentro con Neruda y su relación? ¿preferimos ir descubriendo detalles de juventud? Son datos que en nada modificarán la naturaleza de su literatura. Porque, como apuntaba en Los buscadores de oro, "el pequeño mundo que uno encuentra al nacer es igual en cualquier parte en que se nazca". Resulta excelente el relato con la anécdota de su encuentro silencioso con Italo Calvino. Y nunca se le escapa una insidia contra otro escritor. Nos narra, nos habla de lo que ama.

Autor de obras breves, Monterroso entiende que "la literatura es algo que no se puede malbarear por afán de lucimiento o por prisa" (pág. 56). Nunca lo hizo. Yo recomendaría sus breves obras completas. También este feliz libro póstumo, que nos hace llegar su pequeña figura, su tímida sonrisa, como disculpándose por sentarse en el sillón del salón, donde le recuerdo, junto a Bárbara, para charlar sobre literatura. En esta agradecida clave oral cabe situar también Literatura y vida.