Letras

Juan Gelman

“Siempre me insatisface lo que escribo salvo en algunos momentos de felicidad”

17 abril, 2008 02:00

Juan Gelman. Foto: Alberto Cuéllar

El miércoles 23 el Día Mundial del Libro vuelve a citar a escritores y lectores en las calles, entre rosas y firmas, dragones con cara de crisis y san jorges letraheridos. Y si, como decía Mark Twain, hay tres clases de mentiras, la mentira, la mentira asquerosa y las estadísticas, el Cultural celebra hoy este 23 de abril desmontando tres relacionadas con el libro y la lectura. Porque mentira es que en España no se lee y se desprecia la poesía: el premio Cervantes que recoge ese día el argentino Juan Gelman lo desmiente. Poco antes de venir a España el poeta nos ha confesado que a la "poesía comprometida, prefiero la poesía casada... con la poesía".

El teléfono y la "computadora" han fisgado la entrevista de principio a fin. Palabras, las justas. Con esfuerzo. No es Gelman precisamente dicharachero y locuaz. Pero sí amable, de palabra honda, escueta, inteligente. El poeta argentino prepara su viaje a España no sin cierto temor. Acostumbrado a los silencios y la palabra justa, la algarabía periodística surgida a raíz del premio Cervantes le descompone un poco, incluso le incomoda. Y, al teléfono, se defiende como puede de entrevistas y otras peplas antes de su llegada a España.

Accede Gelman, finalmente. Y nos habla de poesía ,"que viene o no viene a su capricho" y de su vida vivida, tan terrible. Poco, pero bien conocido en España, amigo de sus amigos, el poeta sigue creyendo que el paraíso perdido nunca estuvo atrás, que sigue adelante. "Creo que todos merecemos un mundo mejor, más justo, más humano, no alcanzado todavía. Tal vez se logre un día y eso está adelante, en el futuro".

-Para empezar a sorprender al lector español que quiere conocerle, ¿por qué no explica eso de que "El único argentino de la familia soy yo"?
-Mis padres y mi hermano mayor eran ucranianos, mi hermana, moscovita, y yo nací en la Argentina. Los cuatro emigraron a Buenos Aires en el año 1928, cuando empezaba a asomar el rostro brutal del estalinismo.

-¿Y qué tuvo que ver su hermano mayor, ucraniano, con su pasión por la poesía?
-Mi hermano Boris nació bajo el zarismo, en 1911, y entonces era obligatorio en todo el imperio hablar el ruso. Lo mismo ocurrió en la era soviética. Cuando tenía 5 ó 6 años, él me recitaba poemas de Pushkin de memoria. No entendía yo ni una palabra, pero la música y el ritmo de esos versos me transportaban a otro lugar, un lugar desconocido, de asombro delicioso. Creo que así encontré a la poesía en mí.

Resulta casi imposible separar al Gelman poeta del Gelman que salió sigilosamente de Argentina para salvar la vida, que perdió a su hijo, desaparecido y víctima por la Dictadura militar argentina, que recuperó a su nieta tras años de lucha, al Gelman del llanto y el exilio... ¿Puede el exilio terminar? ¿Qué haría falta para que regresase a Argentina?
-El exilio político termina, sí. Han regresado a la Argentina los gobiernos elegidos en las urnas y no tengo problema alguno en volver. Pero he decidido vivir en México hasta el fin de mis días. Por razones muy personales.

Poesía, capricho y voluntad
-¿Cómo superó esos momentos de silencio, en los que quizá llegó a pensar que no escribiría más?
-Desde mis treinta años acepté la idea -antes inconcebible para mí- de que podría no escribir más. Supe entonces que la poesía no es una cuestión de voluntad, que es imposible sentarse a escribirla porque sí. Ella viene o no viene a su capricho. He pasado períodos bastante largos sin escribir, pero eso ya no me preocupa. La poesía no es una tarea escolar.

-¿Sigue sosteniendo su divisa de "escribir mucho, corregir poco y tirar mucho"?
-Más que una divisa, es un hecho. Siempre me insatisface lo que escribo, con excepción de algunos momentos de felicidad. Paul Valéry opinaba que un poema no se termina, se abandona. A mí me parece que ocurre cuando el poema abandona al poeta. Corrijo poco porque escribir poesía es un acto de vida y no quiero ni puedo traicionarlo.

- Cómo construye los poemas. Háblenos de su proceso creativo, de los tiempos de coción de sus poemas...
-Creo que nadie sabe cómo crece el poema en su interior. Siempre es una obsesión, de la que no conozco el nombre todavía, la que me lleva al papel vacío. Y sé que va a ocurrir cuando siento un ruido en la oreja y me pongo de mal humor.

-El jurado del premio Cervantes destacó su amplísimo contacto con los místicos españoles, pero ¿cuál es su relación como poeta y como lector con el Quijote y con Cervantes?
-Es una relación de maravilla y gozo. También de constante aprendizaje. En mi discurso del dia 23 en Alcalá hablaré, desde luego, del Quijote, la obra de Cervantes y de algunas reflexiones que me despierta su lectura.

Un ruido en la oreja
-¿Y qué le despierta la poesía española que se está haciendo aquí y ahora, qué poetas conoce y lee?
- Antonio Gamoneda, José Angel Valente, Angel González, José Manuel Caballero Bonald, Luis García Montero, Claudio García, Luis Muñoz, Benjamín Prado, tantos otros. Y también Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, San Juan de la Cruz, Garcilaso, Góngora, Quevedo, tantos otros: todos son contemporáneos.

-¿Por qué le parece un "gran malentendido" considerarlo sólo un poeta "comprometido"?
-Mire, a la poesía "comprometida" prefiero la poesía casada... con la poesía. He escrito y escribo poemas sociales y políticos cuando -como decía Paul Eluard- la circunstancia exterior coincide con la circunstancia del corazón. El único tema de la poesía es la poesía

-En general, bastantes títulos de sus libros son muy elocuentes: Interrupciones, Incompletamente... ¿Qué es Mundar?
-Estar en el mundo, actuar con y contra él, gozarlo, padecerlo, irse de él. Lo que usted prefiera.
-Lo que usted diga.