Afonso Reis Cabral. Foto: Acantilado

Afonso Reis Cabral. Foto: Acantilado

Letras

'Gi', de Afonso Reis Cabral: el drama LGTBIQ+ que conmovió a Portugal

Después de 'Mi hermano', el escritor disecciona las relaciones entre víctima y verdugos que fueron la antesala de un crimen desgarrador. 

30 julio, 2024 02:26

Afonso Reis Cabral (Lisboa, 1990) se dio a conocer en nuestro país con su primera novela –Mi hermano– publicada en 2020. En ella contaba cómo el protagonista, tras la muerte de los padres y ante la sorpresa de sus cuatro hermanas, decide hacerse cargo de su hermano Miguel, aquejado de síndrome de Down.

Lo significativo de aquella espléndida narración era la mirada humana que el autor imprimía sobre sus personajes, un reflejo inequívoco y nada complaciente de nuestra raíz más abyecta. Al hilo de la relación fraternal, Reis Cabral indagaba en la culpa, en la oquedad vital y en la necesidad que invade a un supuesto triunfador de dejarlo todo para atender a quien en apariencia es más frágil que él.

Gi

Afonso Reis Cabral

Traducción de Isabel Soler.
Acantilado, 2024.
259 páginas. 18 

En Mi hermano, una obra sobre la familia y sobre el amor, el escritor revela la paradoja del mito de Caín y Abel al subvertir la idea que se ha transmitido de ambos, porque muestra los celos lacerantes del narrador hacia un discapacitado que deviene en alguien más válido y más fuerte. En Gi, Reis Cabral abunda en la atención hacia los personajes desde una perspectiva humana no exenta de contrasentidos.

Gisberta es una mujer trans que malvive en un aparcamiento abandonado de Oporto. Prostituta, drogadicta e infectada con el virus del sida, Gi aparece como un despojo que se esconde en un edificio en ruinas, cuyas obras se detuvieron tal vez por falta de financiación o el penúltimo caso de corrupción, “uno de esos escenarios a los que estamos acostumbrados”.

El esqueleto del inmueble, ahora habitado por las ratas, sirve de refugio a individuos sin techo que trabajan y hacen vida en la calle. Un día, casi por casualidad, Rafael, un chico de doce años que está tutelado en una institución para niños sin familia, descubre a Gi.

Desde ese momento se entabla una insólita relación entre el travesti (así se denominaba a las personas trans en los años 90, tiempo en el que sucede la historia, y así se la llama en la obra) y un grupo de chicos cuya existencia se desarrolla en los márgenes de la sociedad.

Fascinados por la figura de una mujer cuya realidad experimenta sus horas más bajas, el muchacho y sus amigos compartirán con ella parte de su tiempo y se debatirán entre la repulsión que les causa su cuerpo contra natura (además de sucio, enfermo y corroído por las enfermedades, es mitad mujer y mitad hombre) y la necesidad de sentirse acogidos y, en cierto modo, validados y apreciados.

"El relato sirve a Reis Cabral para reflexionar sobre la crueldad y analizar las causas de un suceso real"

Es posible que su desapego los haya incapacitado para distinguir el bien del mal, incluso que su desarraigo afectivo les haya inoculado el veneno de la maldad, aunque solo son conjeturas.

Lo único cierto es que un día Gi aparece ahogada en el fondo de un pozo, dentro del mismo bloque, con síntomas de haber sido brutalmente apaleada; también lo es que Rafa y sus amigos acaban por declararse culpables. La novela está basada en el asesinato de la mujer trans Gisberta Salce Júnior, una brasileña de cuarenta y cinco años cuya debilidad la convierte en un blanco fácil.

En los “Agradecimientos”, el autor señala que, de la historia –investigada por periodistas de diferentes medios– se conocía el principio y el final, pero no el medio; y ahí es donde él hace su aportación, al recrear la relación entre los personajes y al divagar sobre el posible desarrollo de los hechos. Al mismo tiempo, el relato le sirve a Reis Cabral para reflexionar sobre la crueldad y para analizar las causas sociales de un suceso que conmocionó a la sociedad portuguesa.