Pocas obras de crítica literaria, sobre todo escritas por un extranjero, han suscitado tanta polémica en nuestro país como la "canónica" lista de Bloom. Lo cierto es que la lista fue una petición de última hora de los editores, y que Bloom se arrepiente actualmente de haberla incluido pues ha eclipsado el contenido real del volumen. Y no le falta razón, pues El Canon Occidental es una obra tan lúcida como atrevida. En cierta forma es una respuesta al estado actual de la crítica norteamericana, dominada por facciones que responden a intereses concretos, pero al mismo tiempo el contenido teórico, reivindicando la vigencia de Shakespeare, Cervantes o Dante, representa uno de los estudios literarios más impresionantes -y con el tiempo influyentes- que han aparecido en la crítica literaria de la segunda mitad del siglo XX.