Ensayo

Los 68. París, Praga, México

Carlos Fuentes

10 noviembre, 2005 01:00

Carlos Fuentes. Foto: Santi Cogolludo

Debate. Barcelona, 2005. 177 páginas, 14 euros

Ha reunido en este volumen Carlos Fuentes tres ensayos de sus experiencias y reflexiones sobre los movimientos que coincidieron en 1968 (el mayo francés, la invasión de Checoslovaquia y la masacre de estudiantes en la plaza de las Tres Culturas en la capital mexicana).

Un breve ensayo inicial interpreta el conjunto y hace notar la validez de sus apreciaciones de entonces. El libro llega acompañado de imágenes procedentes de Les 500 affiches de Mai 68, reunidas por Vasco Gasquet (París, 1978) y de Imágenes y símbolos del 68, de Arnulfo Aquino y Jorge Pérezvega [comp.] (UNAM, 2004). Las incursiones deFuentes en el ámbito del ensayo han sido menos frecuentes que en la narrativa o el cine, pero la temática de los aquí reunidos es sugestiva. Los tres hechos históricos pueden calificarse de derrotas de signo diverso, aunque de su análisis se deriva si, de hecho, no constituyeron victorias pírricas para los vencedores: "un triunfo tan costoso que en verdad constituye una derrota".

El mayo francés fue una "crítica a la autosatisfacción del orden establecido y de afirmación radical, es decir, de retorno a las raíces de la promesa social, cultural y humana de una modernidad pervertida". La llamada "primavera de Praga": "no combatía al sistema comunista. Lo humanizaba, lo democratizaba y lo sociabilizaba. Todo ello, capítulo por capítulo en su conjunto era anatema para los gobernantes del Kremlin". La represión en México, analizada desde el mito por Octavio Paz, "representa una ruptura flagrante entre la legitimidad revolucionaria reclamada como fundamento por todos los gobiernos a partir de Carranza, y la evidencia contrarrevolucionaria de las prácticas represivas, antidemocráticas y antipopulares cada vez más acentuadas de los gobiernos [emanados de la revolución]".

Observa Fuentes que de aquel mayo francés surgió, en 1997, Lionel Jospin; en Praga gobernó "uno de los líderes de la disidencia", Havel. En el caso mexicano observa avances democratizadores y se pregunta: "¿Hubiese transitado México del sistema autoritario monopartidista a un sistema democrático pluralista sin el sacrificio terrible del 68 en Tlatelolco?". La revolución parisién de mayo es un reportaje fechado en mayo-junio y en París, en 1968. Su perspectiva, más historicista que la de Paz, contribuye a definir el carácter polémico de su visión del mundo. Se centra en lo que observa en las calles, relata, se identifica con la utopía estudiantil, critica el papel de los sindicatos obreros, del PCF y valora las actitudes y las palabras de Aragon y Sartre, entre otros. Un aire de esperanza y de internacionalismo recorren estas páginas en las que reconoce "que esta revolución también es la nuestra".

El segundo texto,"Milan Kundera: el idilio secreto", se inicia con el relato del viaje que realizaron a Praga Cortázar, García Márquez y el propio Fuentes. Tras algunas observaciones sobre el significado de la ciudad en la historia europea y en la literatura relata la cita de Kundera, aunque, al margen de lo anecdótico, elabora un ensayo de características más literarias. Kundera afirma que "el totalitarismo es un idilio". El paralelismo con Kafka resulta oportuno y aunque cita La broma, analiza con detalle La vida está en otra parte. Sus declaraciones sobre la narrativa del escritor checo trascienden la circunstancia política.

"Tlatelolco" posee carácter narrativo. La protagonista es la fotógrafa Laura Díaz (Los años con Laura Díaz, 1999), quien fotografía a su nieto la noche del 2 de octubre de 1968. Le había estado siguiendo durante las concentraciones y le vio caer con su camisa blanca en la plaza, pero el presidente Díaz Orgaz prohibió los entierros en la capital y los cadáveres desaparecieron en una fosa común o yacían en el depósito, donde Laura acabará encontrándolo.

Asegura Fuentes que no ha modificado una palabra de estos textos. Su entidad es diversa. El más sugestivo es el dedicado al mayo francés. Pero la trilogía tiene también un aire interrogativo y deja de ser un documento para internarse en un moderado optimismo que corrige una nota irónica a pie de página: "Obviamente en 1968 yo no preveía el ascenso de George W. Bush a la presidencia de Estados Unidos". En su conjunto resulta fascinante y le confirma como uno de los grandes intelectuales críticos mexicanos.