Image: Leopoldo Alas

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Novela

Leopoldo Alas

El extraño caso de G. Ganijosa

31 enero, 2001 01:00

Seix Barral. Barcelona, 2001. 224 páginas, 2.400 pesetas

El extraño caso de Gaspar... es una exhibición de prosa rica y flexible calculada para la ambigöedad y la sugerencia

Desde 1981 vive Leopoldo Alas (La Rioja, 1962) instalado en la literatura, a través de libros de poesía, ensayo, narrativa, piezas teatrales, artículos... Pero fue sobre todo su producción poética la que aportó un nuevo modo de recrear la experiencia personal, transgresor con los modelos clásicos, defensor de una estética atenta, por igual, a potenciar el efectismo de sus recursos y a subrayar el compromiso y el valor testimonial de la palabra. Esa experiencia es el mejor valido de sus escritos.

Así es, de nuevo, con ocasión de su segunda novela (le precede Bochorno, 1991): una exhibición de prosa rica y flexible calculada para la ambigöedad y la sugerencia, por la que asoman guiños cultos, párrafos de descarnado realismo descriptivo, y un original uso de los materiales literarios. Ahí es donde más resalta la fuerza de su personalidad; quizá por eso se atreve con una propuesta narrativa arriesgada -y ése es un mérito- que evidencia esa fuerza pero también sus flaquezas. No se refieren éstas al modo de encauzar una novela que desde su título anuncia su intención de parodiar un suceso insólito, "una metamorfosis". Lo cuenta un narrador sin identidad que al principio parece neutral pero que progresivamente atiza con sarcasmo hechos, personajes y situaciones. Cuenta que "a sus cuarenta y pocos años Gaspar Ganijosa no era un profesor como los demás. Su inequívoca vocación pedagógica, su sensibilidad artística y su pasión por el saber y la belleza le alejaban de la mediocridad de sus colegas".

él es el eje de esta historia. Un hombre solo, homosexual, siempre introspectivo, desencantado de quienes, como él, se iniciaron en la experiencia de asumir su diferencia durante la "feliz transición democrática", volcado en la acumulación de saber y a quien persigue un tono vital bajo y un cierto, y creciente, resentimiento. En ese estado vivía cuando tropezó con unos versos de Lezama Lima, el poeta capaz de "crear con sus palabras ideas que son imágenes vivas". Y él fue la prueba: a partir de ese día comenzó a ser víctima de una extraordinaria mutación física activada por las palabras de esos versos. El resultado: "un fabuloso falo" y un comportamiento sexual brutal y desinhibido. Las consecuencias, disparatadas, imprevisibles, no se hacen esperar. Imposible resumirlas con lógica porque la recusan.

Ahora bien, si el modo del relato no presenta objeciones sí las presenta la construcción del sentido. ¿Hacia dónde nos conduce esta fábula rocambolesca y visceral hasta el delirio? Intuimos que hacia una versión despiadada de esta sociedad "desquiciada"; hacia el aserto de que "de la lectura de algunos textos no se sale inmune". Pero son fines dispersos, y la falta de firmeza del argumento no acaba de justificarlos. Quizá esa ausencia sea su mayor flaqueza.