Novela

Los días de la cera

ÁNJEL LERTXUNDI

3 octubre, 2001 02:00

ALFAGUARA. 248 PÁGS., 2.600 PTAS.

"Escribir es cosa de locos" -leemos que escribe el narrador de estas páginas-; más aún si se hace sobre cera. Porque "la palabra escrita sobre cera sólo perdura con frío y oscuridad". Quizá lejos de arrojar alguna luz sobre lo que su libro contiene este testimonio añada confusión. Pero que nadie se llame a engaño. Entrar aquí es entrar en ese resbaladizo territorio de la ficción donde todo está calculado para que saltemos de la realidad a lo imaginario sin que ninguna certeza nos permita constatar de qué lado se encuentra la voz que narra. Parece recluida en un centro psiquiátrico desde donde expone los sucesos que le condujeron hasta allí. Parece que le han acusado de haber asesinado a una mujer, una compañera de la productora de televisión en la que trabajaba.

Pero todo son supuestos. Y es que se trata de un misterioso palimpsesto de ficciones cuyas leyes seducirán a lectores cómplices de enredos tejidos con guiños y claves que sólo justifica la lógica de la literatura mayúscula. La que entrega equívocos que nos empujan a un juego calculado para que discurramos por dos realidades que amplían las posibilidades de la trama sin que podamos concluir cuál es el haz y el envés de la historia de este dudoso sujeto. Sólo algunas pistas nos permiten adivinar a qué postulados se aferra para impedirnos ver la razón por la que se ha parapetado en ese territorio que es la escritura.

Así, de locos, es todo lo que contiene este último libro de Lertxundi (premio Euskadi de Novela 1999). Sólo añadiremos que esta novela da la medida de su magnífica inventiva, de esa enorme geografía literaria que recorren sus ensoñaciones.