Image: Antología esencial de poesía catalana

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Poesía

Antología esencial de poesía catalana

Varios Autores

30 mayo, 2001 02:00

Edición y traducción de José Corredor-Matheos. Espasa-Calpe. Colección Austral. Madrid, 2001. 444 páginas, 1.350 pesetas

El término "contemporáneo" puede resultar equívoco al lector, puesto que José Corredor-Matheos, crítico del arte contemporáneo y notable poeta (muy reciente es la antología de su Poesía [1970-1994], editada en Pamiela por José María Balcells, fechada en 2000) reunió ya en 1983 un libro con idéntico título. De hecho, Corredor-Matheos arranca de la recuperación del catalán como lengua literaria en la Renaixença, desde sus ortodoxos orígenes, con la conocida oda "A la Pàtria" de Bonaventura Carles Aribau (1798-1862), cuyas circunstancias aquí no vienen al caso y se prolongó en su primera salida hasta Gabriel Ferrater, Joan Brossa y Miquel Martí i Pol. Pero autor y editores, con muy buen criterio, han actualizado el anterior panorama y Corredor-Matheos, con sensibilidad de poeta, ha modificado parte de lo que ya fue traducido, incorporando algunos nombres más imprescindibles para un lector interesado. Cabe apuntar que éstos son los verdaderos puentes que unen pueblos, lenguas, sensibilidades. Y conviene lamentar que con el paso del tiempo éstos resulten cada vez más escasos.

No sólo la cultura en castellano vive de espaldas a Portugal (lo que no deja de ser lamentable e incomprensible), sino también a cuanto se produce en lenguas peninsulares como el gallego, el euskera y el catalán. Y el mismo reproche puede hacerse de unas literaturas a otras. Los catalanes ignoran lo gallego y todos a una se ignoran entre sí. En este sentido quisiera señalar la utilidad de este panorama, por el mero hecho de serlo, aunque, además, convenga alabar el exquisito cuidado con el que se ha realizado.

Los nombres que se incorporan a esta nueva edición son los de Francesc Vallverdú, Joan Margarit, Narcís Comadira, Antoni Marí, Francesc Parcerisas y cierra el volumen Pere Gimferrer. Todos ellos, contemporáneos. Mucho más que los autores de la Renaixença, representantes de corrientes poéticas del antepasado siglo XIX. Pero, dejando a un lado la propiedad de la siempre discutible nomenclatura, el lector de la nueva edición dispone de una selección de materiales representativos en versión blilingöe. Cualquier dificultad que le presente el texto en catalán puede resolverla cotejando la traducción, plena de oficio y sabiduría. La responsabilidad al elegir estos nombres y no otros del panorama de los últimos decenios se asume en una doble dirección. Representan variadas tendencias dentro de lo que ha sido el desarrollo histórico de la poesía catalana, aunque el antólogo se detiene en la frontera de lo que para más de uno hubiera resultado discutible. Nadie pondrá en duda que Pere Gimferrer y la promoción que representa significó un cambio de orientación, nuevos registros que atenderían a lo más "contemporáneo". Pero Corredor parece establecer un canon muy abierto, aunque exclusivo, atento a la evolución histórica de un proceso. Quizá el esquemático prólogo con el que se abría la anterior antología y que aquí se reproduce hubiera debido modificarse. Los estudios sobre la poesía catalana en los últimos decenios han alterado verdades que antes parecían inamovibles y algunos nombres hubieran podido también incorporarse renovando de algún modo la tradición moderna. Sin embargo, poco importa, dado que lo que Corredor-Matheos y los editores han pretendido ha sido actualizar una antología que en su día prestó ya gran servicio al conocimiento de la poesía catalana y que, con los oportunos añadidos y afeites, volverá a realizarlos en la actualidad.

Alguna de las afirmaciones de un nuevo y breve prólogo que acompaña al anterior revelan la intencionalidad de su autor: "La traducción, y mucho más aún si es de poesía, es tarea inacabable". Alude de este modo a la naturaleza perfeccionista de quien ha sido capaz de adaptar su talento a los poetas casi románticos (como Verdaguer), a valores hoy, por desgracia, poco frecuentados (como S. Espriu o Pere Quart), a los oscuros y encumbrados vanguardistas (como el impagable J. V. Foix) y a los nuevos -que no novísimos- Joan Margarit o Pere Gimferrer. La aventura de la poesía catalana no se inició con Aribau. Una tradición mucho más antigua significó su Siglo de Oro. No nos cabe sino recomendar este deleitoso trabajo realizado con tanto amor a la poesía como a la intercomunicación de dos culturas consideradas como propias.