Poesía

Pequeña antología

LUIS MUÑOZ

3 octubre, 2001 02:00

MAILLOT AMARILLO 74 PAGINAS, 900 PESETAS

"Un poema es un juego de distancias y llaves", afirma Luis Muñoz en uno de sus poemas de El apetito, y tal vez este verso resuma su concepto poético base. La poesía como juego, con una cierta base de azar controlado por unas reglas que el poeta indaga, llave que nos abre a la experiencia lírica, tras el distanciamiento que el autor marca entre el poema, y el conocimiento previo de una vivencia que origina el acto creativo. Ante la apariencia, Luis Muñoz enfrenta el asombro como matriz originadora de la experiencia lírica. La historia transcurre subterránea, pero en la superficie encontramos un verso depurado, sereno, que ha ido creciendo libro a libro en sobriedad y eficacia poética. Desde los primeros versos su escritura está recorrida por un tono elegíaco de raíces clásicas, marcada por una sencillez estilística fruto de la depuración.

Luis Muñoz (Granada, 1966) apareció en el panorama poético con Calle del mar (1987), pero fue Septiembre (1991) el poemario con el que fue dada a conocer una voz poética muy equilibrada en su escritura a lo largo de los libros posteriores: Manzanas amarillas (1995) o El apetito (1998). Como señala en el prólogo a esta antología Benítez Reyes, Muñoz tiene una escritura diáfana, pero a la vez elíptica: se sugiere más que se cuenta en su escritura. Así, la poesía de Muñoz llega al camino de la reflexión a través de un mundo evocado que está muy cerca de la vida. El resultado, visto de forma continua en esta antología, es la verdad que aparece en los márgenes de la escritura, porque "la poesía administra sus carencias. Y sabe lo que hace, y le apetece" (pág. 65).