Image: El libro de Urizen

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Poesía

El libro de Urizen

William Blake

20 febrero, 2003 01:00

William Blake

Trad. José Luis Palomares. Hiperión. Madrid, 2003. 187 págs, 12 euros

Fue sin duda William Blake (1757-1827) un hombre poco común. Humilde y artesano, opuesto en todo a la Ilustración, sin duda su poesía visionaria es un anticipo -si no un inicio- del Romanticismo y aún de su continuidad simbolista.

En realidad, de muy parecido modo a como sus dibujos, grabados y aguafuertes son (además de ilustración de sus poemas y teorías) un claro precedente de la pintura simbolista que triunfó en toda Europa a fines del XIX. Si consideramos el Libro de Urizen (aquí en edición bilingöe, escrito por su autor en 1794) simplemente como poesía, nos hallaríamos ante un poema largo y hermético que narra una creación desdichada y desafortunada, como dice el texto "en estado de tremenda aflicción".

Sí, poesía visionaria y si se quiere alegórica, que nos parecería algo antigua -vista sin más desde hoy- y en exceso hermética, sin ser deslumbrantes las imágenes literarias de su desarrollo mítico. Por eso en este libro no sólo es necesario ver las planchas dibujadas y coloreadas que lo acompañan -también reproducidas y comentadas en esta edición- sino, sobre todo, leer la muy erudita y bien trabada introducción del traductor, José Luis Palomares. Sin esa introducción (que reconstruye la génesis y el desarrollo de la mitología blakeana) sería muy difícil entender este libro, que tiene más de heterodoxia religiosa que de mera anticipación romántica. Conviene subrayarlo: Palomares no sólo ha hecho un buen trabajo como traductor de Blake (puedo citar otros buenos; Agustí Bartra, antes, y Jordi Doce ahora) sino y especialmente como minucioso exegeta de una mitología, con sus correspondencias y emanaciones, con la que Blake se adelantó a su tiempo.

Sin llegar al maniqueísmo ni al catarismo (aunque con ambos puede tener conexiones) Blake entiende que vivimos en un mundo falso, ya que está dominado por el Dios de la Ley y no por el Dios de la Imaginación. En términos bíblicos, Blake contrapone a Elohim (la faceta justiciera y dura de Dios) con Jehová, su cara misericordiosa. Pero la naturaleza y la Ley (fruto de la Caída y de una creación errónea) tendrán que dejar paso a la imaginación -caótica- esencia de la vida, del gozo, y del Ser Esencial. En esa compleja mitología (que también es un plano de la psique humana, y que Cristóbal Serra, en 1992, trató de aclarar en su Pequeño diccionario de William Blake) Urizen, ser duro, viejo, barbado, el "Señor del Libro", vendría a representar -y también a anticipar- todo lo que Freud, años después, metería en su concepto del "Super-Ego", es decir, lo que nos restringe y limita, desde lo social a lo tabuado, donde entra también la religión.

¿Es poesía este Libro de Urizen o un libro profético-escrito en verso- de una religión o de un credo, profundamente heterodoxo, desde el cristianismo? Diría que la segunda opción es la respuesta exacta. El profeta de un tiempo que aún no ha llegado, en visiones y versos que precisan de interpretación, canta y expresa la sinrazón y falsedad de este mundo, que por ello, nunca termina de convencernos ni gustarnos. Nada menos, entonces, que el inicio de un credo liberador y novedoso...