Antoni Tàpies en su estudio 2003 / Foto: Teresa Tàpies Domènech/ Wikimedia Commons.

Antoni Tàpies en su estudio 2003 / Foto: Teresa Tàpies Domènech/ Wikimedia Commons.

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La actualidad de Antoni Tàpies

Creador de un inconfundible universo propio que va del informalismo al conceptual, ¿cómo entender y contar al artista de lo matérico desde el presente? y, más importante todavía, ¿cómo explicarlo para el futuro?

Carles Guerra Imma Prieto
13 diciembre, 2023 02:30

Relieve gris sobre negro

Carles Guerra. Crítico de arte y comisario de exposiciones. Director de la Fundaciò Antoni Tàpies entre 2015 y 2020.

Quien visite el MoMA de Nueva York estos días se encontrará que la colección expone una única pintura de Tàpies. Lo hace en un espacio contiguo al que ocupan Pollock, Rothko o Barnett Newman. Relieve gris sobre negro (1959), una de aquellas materias que se expusieron por primera vez en la legendaria galería de Martha Jackson, sigue ejerciendo el mismo magnetismo que tendría en su día. A pesar del intenso tráfico de público, durante mi visita noté que un joven vestido con ropa deportiva regresaba una y otra vez para contemplarla. Parecía obedecer a la llamada de su fuerza estética.

Esta es la lista completa de autores y autoras que rodean a Tàpies en esa sala del MoMA: Charles Houssein Zenderoudi (francés nacido en Irán), Jean-Michel Atlan (francés nacido en Argelia), Ibrahim El-Salahi (Sudán), Kumi Sugai (Japón), Ibram Lassaw (americano nacido en Egipto), Mohan B. Samant (India), Shuji Mukai (Japón), Sarah Grilo (Argentina), Dorothy Dehner (USA), León Ferrari (Argentina) y Mira Schendel (brasileña nacida en Suiza). Todas las obras que cuelgan en esa galería están fechadas entre 1957 y 1969. La misma década en la que Tàpies triunfó internacionalmente, un periodo de fulgurante ascensión.

Confieso que ese día tuve que googlear varios nombres de la lista. Solo cinco de once, sin contar el de Tàpies, me resultaban familiares. Del resto no podía recuperar ningún encuentro o recuerdo previo en mi precario archivo mental. Tàpies fue hegemónico, e incluso icónico, y sin embargo ahora comparte sección con las modernidades periféricas.

Aquellos que lo defendían han muerto o dejado de dirigir instituciones. El relevo generacional ha empujado sus obras a las reservas de los principales museos. Da vértigo comprobar que la gloria del pasado no se traduce en una posición inmutable.

A Tàpies hay que volverlo a explicar, es un artista del futuro

A Tàpies hay que volverlo a explicar. Hace más o menos cinco años, frente a una de sus piezas memorables, una de aquellas de gran formato que colgaron en la Documenta de 1964 y que duermen en los almacenes del Lousiana Museum cerca de Copenhague, los conservadores admitían que no sabían qué hacer con ella. Su sinceridad no dejaba margen a la duda. Para ellos, su obra había perdido toda conexión con los relatos del presente y las investigaciones sobre su pasado resultaban demasiado ambiguas a veces y en otras excesivamente esencialistas.

Sin embargo, esa opacidad de las pinturas matéricas y otros materiales entrañan una calculada venganza con la historia. Ese momento en el que la obra no significa nada es cuando más cerca está de ser contemporánea. El joven que en la sala del MoMA dedicaba toda su atención a Relieve gris sobre negro acabó por atraer otro señor a su lado.

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Cuando abandoné la sala seguían gesticulando frente al cuadro. De vez en cuando señalaban algunas partes de la obra, como si estuvieran a punto de encontrarle un sentido a aquella superficie mate y estriada. Ahí radica su modernidad. Tàpies es un artista del futuro, con la salvedad de que ese porvenir no se descifra sin esfuerzo. 

Un legado a la espera de nuevas miradas

Imma Prieto. Directora de la Fundaciò Antoni Tàpies

Hay varias cuestiones que nos llevan a pensar en la necesidad de un cambio de paradigma a la hora de plantear qué narrativas históricas son vigentes, incompletas o, incluso, erróneas. Pensar en los significados o interpretaciones de la obra de un solo autor, siguiendo esta estela, es pensar en un universo e imaginario que está por venir.

El 13 de diciembre de 2023 celebramos el centenario del nacimiento de Antoni Tàpies, este acto es sin duda una oportunidad para llevar a cabo una relectura y un análisis acerca del lugar que ocupa y ha ocupado dentro de nuestra historiografía. Tàpies sigue siendo uno de nuestros artistas más internacionales y reconocidos, pero las preguntas no han de ir tanto en esa dirección, sino más bien en plantear más un conocimiento que un reconocimiento. ¿Qué conocemos y qué nos falta por conocer?

Este tipo de conmemoraciones generan, sin duda, un espacio de reflexión y estudio, por un lado, con cierta mirada respecto al pasado pero, también, y con especial atención en nuestro caso, puede ser una oportunidad para abrirse hacia el futuro. De hecho, algo que estamos corroborando a medida que nos acercamos al centenario pasa por prestar atención. Es asumir un legado que espera nuevas miradas y ejercicios críticos, algo que debería llevarse a cabo con toda manifestación artística pasada y actual.

Es uno de nuestros artistas más reconocidos, pero las preguntas
deben plantear más un conocimiento que un reconocimiento

Actitudes y prácticas que van desde una contextualización de las obras respecto a la época en la que fueron realizadas, desde un punto de vista político, social y, por supuesto, artístico, hasta otro tipo de ejercicio que asume cómo muchos de nuestros grandes artistas comparten cierta virtud visionaria respecto al tiempo que les tocó vivir. Algo que nos permite hablar de una vigencia de contenidos y discursos en nuestra contemporaneidad.

En el caso de Tàpies podemos plantear varias líneas de investigación que atiendan a cómo se han entendido sus imágenes y su práctica (tanto desde un punto procesual como estético o hermenéutico). Pero, más que señalar algunas posibles temáticas, nos parece relevante preguntarnos bajo qué estructuras estables vamos a desarrollar diferentes acciones centradas no tanto en la exposición sino en el estudio.

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Por ello, el 11 de diciembre inauguramos la Cátedra Antoni Tàpies de arte y pensamiento junto con la Universidad Pompeu Fabra, a partir de enero de 2024 abrimos el Instituto de las Derivas Críticas, centrado en exclusividad en pensar el mundo de hoy desde el legado tapiano, y, bajo el paraguas de la Cátedra, vamos a desarrollar un premio internacional de investigación, con el objetivo de poner a Tàpies en el centro de los debates internacionales.

Todo ello conlleva una disponibilidad y una flexibilidad a la hora de acercarnos a esas otras narrativas que han de escribirse bajo nuevas perspectivas y conciencias, único modo de no encorsetar, como tantas veces ocurre, a uno de los grandes artistas de nuestro país. Si de algo estamos seguras, es que la obra siempre va más allá del artista e, incluso, de su voluntad. 

Ernesto Calabuig.

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