Luis López Carrasco y José Antonio Millán.

Luis López Carrasco y José Antonio Millán.

Jardines colgantes

¿Sirve para algo la nostalgia?

La clave podría residir en cambios demográficos y en el fracaso en la transmisión de conocimientos.

8 enero, 2024 02:30

Es la pregunta que formula Jacobo de Arce (El Periódico de España) a Luis López Carrasco. Desde la experiencia personal de escritor y cineasta, responde, “la nostalgia siempre ha sido algo muy depresivo” y, por eso, intenta diariamente “luchar contra ella”. Al autor de El desierto blanco le preocupa “que se haya convertido en elemento habitual de “las series, de los programas de televisión y de libros conmemorativos generacionales”. Esa es la razón por la que en su novela, ganadora del Premio Herralde, intenta “poner la distancia justa para que no nos coma”, porque “la nostalgia te puede comer sin darte cuenta”.

¿Será por nostalgia por lo que se ha empezado a reivindicar una vuelta a la escritura a mano? José Antonio Millán ha escrito un ensayo, Los trazos que hablan, en el que cuenta la importancia histórica de la escritura manual y sus grandes ventajas. “¿Qué nos dice esta que no pueda decir un documento de Word o un mensaje de WhatsApp?”, plantea al lingüista Guillermo Martínez (Ethic). “Nos dice cómo está la persona, su estado de ánimo, si ha aprendido a escribir bien y luego se ha deformado o si nunca ha sabido escribir –enumera–. Nos puede decir si la persona está muy cansada o, incluso, si tiene alguna enfermedad. También refleja su nivel cultural, edad e, incluso, la situación en la que se produce ese escrito, si es tensa o relajada. Estas cuestiones están fuera de un email, desde luego”.

“La nostalgia te puede comer sin darte cuenta”, Luis López Carrasco

Al escritor argentino Patricio Pron lo que le preocupa es lo que se publica hoy día. “La literatura cada vez más parece una especie de mala teleserie en lugar de aquello para lo que, en principio, era o para lo que servía o sirve –cuenta a Andrés Gabrielli (Uno) el autor de La naturaleza secreta de las cosas de este mundo–. En ese contexto, efectivamente, hay un gran desplazamiento, la gran transformación, que tal vez tenga que ver con ciertos cambios demográficos y con un fracaso en la transmisión de conocimientos y de experiencia de una generación a otra”.

A la nueva generación de escritores pertenece Andrea Genovart, quien ha recurrido al humor en su primera novela, Consumir preferentemente. “El humor es un lenguaje, un discurso, y muchas veces lo pensamos como un entretenimiento, pero es portador de una gran sabiduría –explica a Alexandra Lores (Vogue)–, porque para hacer humor has tenido que pararte a analizar, has tenido que ser crítico. Porque el humor te hace leer entre líneas y me parece que es bonito que el lector tenga que participar intelectualmente de la lectura (...) Si no fuera por el humor, la protagonista [de su novela] caería en la depresión y el lector se querría morir (...) El humor pone en una posición incómoda a los lectores, que se mueven entre la carcajada y la tristeza”.

“La escritura a mano nos dice cómo está la persona, su estado de ánimo", José Antonio Millán

Ethan Hawke cree que se han escrito pocas “novelas con enjundia” sobre la verdadera vida de los actores. “Mi vida es la arcilla con la que he tratado de dar forma a una historia que tenga un sentido y que no sea una pérdida de tiempo para los lectores –revela el autor de la reciente Un brillante rayo en la oscuridad a Andrea Aguilar (El País)–; que sirva para construir una ficción que les atrape y les permita sentir que están accediendo a algo importante y secreto, que refleja también algo sobre ellos mismos. El peligro al usar la propia vida es que se convierta en el diván de un psicólogo”.

P. S. Pilar Quintana, que acaba de publicar una nueva edición de su novela Perra, explica a Albert Gómez (Coolt) qué es la literatura para ella con una confesión de su propia vida. “Uff... Te voy a contar algo que me pasó cuando estaba casada con mi exmarido –relata la escritora colombiana–. En una pelea, no sé por qué, me dijo: ‘No lo entiendo, ¿qué es más importante para ti, yo o la literatura?’. No tuve ni un solo momento de duda. Obviamente, la literatura. Y eso le respondí, ‘la literatura estaba antes de vos y estará después de vos’. Creo que eso es fundamental. Esa es mi relación más larga y estable, no solo como escritora, también como lectora. La literatura es la manera en que yo entiendo el mundo”. 

José Manuel Sánchez Ron. Foto: Sara Fernández

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