¿La cultura hay que ganársela?
Estamos en un contexto social en el que la noción del esfuerzo y de la concentración está en descrédito, lo que hace que el papel del novelista sea cada vez menos influyente.
Luis Landero sostiene que “uno se tiene que merecer escuchar a Beethoven, se tiene que merecer leer a Sófocles, eso no se da gratis, hay que hacer un esfuerzo”. El autor de La última función llega a esta conclusión tras aplaudir “ciertas novelas de entretenimiento”, porque “ese es el camino para llegar a una cultura más compleja –declara a Manuel Llorente (Zenda)–, que enriquezca más, que haya que hacer un mayor esfuerzo pero que lo que recibamos a cambio sea mayor”.
El Nacional de las Letras 2021 manifiesta que “uno de los problemas que hay hoy en día es que la noción del esfuerzo, de la soledad y de la concentración está en descrédito”. Lo que le lleva a concluir que “sin esfuerzo, soledad y concentración no se puede hacer nada en la vida”.
La novelista y también poeta Marta Sanz recomienda “leer poesía y hacer el esfuerzo de trascender al texto, intentar buscar el significado de las palabras más allá de su uso normal, o captar la extrañeza, lo indirecto o lo expresivo, me parece una forma de desarrollar la comprensión lectora y la manera de entender el mundo”. Entrevistada por Pablo Antuña (La Nueva España), la autora de Persianas metálicas bajan de golpe considera que la poesía es aún más necesaria “en esta época en la que todo resulta tan rápido, vertiginoso y superficial”.
“La noción del esfuerzo, de la soledad y de la concentración está en descrédito”, Luis Landero
Daniel Gascón se muestra pesimista sobre esta época y la cultura española. “En el ámbito de la literatura –opina el editor y escritor ante Álvaro Sánchez León (Aceprensa)–, es muy difícil que existan autores que repliquen la excelencia literaria, el proyecto sólido y particular, y el éxito sostenido entre el público, como Javier Marías, por ejemplo. El contexto social ha hecho que el papel de un novelista actual sea menos influyente, sin que eso tenga relación con la calidad de los libros [...] Además, todo lo cultural ahora envejece antes”.
Milena Busquets alerta de un nuevo fenómeno. “La cultura estaba tradicionalmente en manos de las mujeres y [los hombres] han conseguido llevársela a su terreno –denuncia la autora que acaba de publicar Ensayo general ante Inés Martín Rodrigo (El Periódico de España)–. Mandan ellos en esto. Han conseguido llevarse la paternidad a su terreno, ahora todos escriben sobre sus hijos. Nosotras, imbéciles, hablando sobre ser mala madre o buena madre, y ellos de lo que les enternece el hijo. Es una batalla y habrá gente que saldrá perdiendo y tienen que ser estos tíos. No concibo otra cosa. Y si entre estos hay uno o dos de talento que se pierden, pues mala pata”.
Quien escribe mucho sobre “la emoción de paternar” es Andrés Neuman. Con Pequeño hablante, ya va por el cuarto título sobre el tema. Salomé Herce (Ethic) pregunta al escritor argentino si asistimos a un boom de “la literatura de la paternidad”. “Siento que hacía mucha falta, pero no hay un boom o una moda –responde el autor de Umbilical–. Lo que creo más bien es que hay una especie de incipiente escucha colectiva e interés. Y como esto está en el radar, de pronto aparecen algunos libros ahí. Son muy pocos libros aún, sobre todo comparado con el modo en que la realidad de las familias ha ido cambiando en los últimos tiempos”.
“Debemos leer poesía en esta época en la que todo es tan rápido, vertiginoso y superficial”, Marta Sanz
A propósito del feminismo Clara Bilbao ha estrenado la película titulada Tratamos demasiado bien a las mujeres. “No hemos recibido subvenciones –desvela la directora a Alberto Sisí Sánchez (Vogue)–, y creo que tiene que ver un poco con el hecho de ser una mujer que no estaba contando una historia de temática intimista o puramente femenina [...]. Se espera que una mujer haga otro tipo de películas, pero tengo 53 años y las mujeres podemos contar lo que queramos, lo mismo que los hombres”.
P. S. Pablo R. Roces (El Mundo) conversa con José Sacristán, que representa en el Teatro La Abadía La colección, de Juan Mayorga. El periodista pregunta al actor “qué legado piensa dejar”. El entrevistado responde con una anécdota. “En Tarifa salí a pasear tras una función de Señora de rojo sobre fondo gris y dos jóvenes me dijeron: ‘Claro, usted es el que hacía reír en las películas antiguas’. Ahí supe que tenía epitafio: ni Premio Nacional ni nada, eso es un elogio para poner en la tumba”.