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José María Gil, más conocido como Chema Gil, es codirector del Observatorio Internacional de Seguridad y responsable del Departamento de Análisis de Terrorismo y Seguridad Internacional. Diplomado internacional en Estudios sobre Terrorismo por la UNESCO, este murciano ha tratado de cerca con yihadistas como Kokito Castillejos, que murió en Siria y aspiraba a imponer el Daesh en Marruecos, un terrorista conocido por fotografiarse exhibiendo cabezas cortadas.
¿Por qué un atentado en España?
España es un objetivo absolutamente simbólico para el terrorismo yihadista, y el riesgo muy alto de atentado se ha materializado en esta ocasión. El Estado estaba y está amenazado, por eso se mantiene el nivel de alarma antiterrorista 4 desde hace dos años. Nos equivocamos al pensar que el Daesh es una realidad que se ubica solo en Siria e Irak; y que Al Qaeda es una cuestión más abierta y que se asienta en diferentes zonas de Yemen o el Sahel. En realidad, todo el conglomerado yihadista y sus actores principales, más o menos potentes, están organizados en todo el mundo, y también en Europa.
¿Se han cometido fallos?
Claro que se han cometido fallos. El intercambio y las consultas de información o de sospechas de individuos que puedan estar en un proceso de radicalización violenta hay que hacerlo desde los mecanismos de cooperación policial que existen en Europa, y no a través de un mail como se hizo en el caso del imán de Ripoll.
Los dirigentes locales de un partido y de otro deberían de sonrojarse cuando no están poniendo en práctica el Plan Estatal contra la Radicalización. ¿Cómo un ayuntamiento que ni siquiera ha firmado el Pacto Antiterrorista se va a preocupar de desarrollar las estrategias recomendadas por técnicos? De hecho, en muchos casos, hay políticos de regate tan corto que aun siendo cercanos al Gobierno no conocen este plan estatal. Así, cuando se produjo el atentado, se dijo que todos los presuntos autores eran buenísimos. Y no era así, simplemente estaban desplegando una actitud engañosa.
El sistema, que tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos, no detectó que en un pueblo pequeño opera una célula de 12 personas en el entorno de una comunidad musulmana de 700 personas, con una organización, con viajes, planes... Algo ha fallado cuando no se detecta nada y una vez ocurrido el atentado todavía se dice que son buena gente.
El Ayuntamiento de Málaga, por ejemplo, está siendo referente en el ámbito internacional por cómo está desarrollando esta vigilancia que está sirviendo para la detección temprana de procesos de radicalización.
¿Los ayuntamientos están obligados a aplicar las medidas del Plan contra la Radicalización?
No, por supuesto, porque el plan no es una ley. Se propone en 2015 como un instrumento a disposición de todo el país para la prevención de la radicalización violenta, y las comunidades y ayuntamientos son libres de acogerse. Pero sería bueno que lo hicieran, porque las administraciones locales son el órgano primario de detección temprana.
Pocos lugares lo están llevando a cabo, quizás porque tiene connotaciones con lo que se aprobó en el Pacto Antiterrorista. Pero a saber por qué motivos algunos políticos ni siquiera se acogen. Además, no sólo se ocupa del yihadismo; también lo hace de otros colectivos que tienden a la radicalización, como la extrema derecha y para prevenir los ataques al colectivo LGTBI, por ejemplo.
Atacan siempre que hay un conflicto social intenso, donde se produce una inestabilidad para apropiarse de él
Si ya se habla de un FBI europeo, ¿es eficaz que una policía autonómica tenga competencia en materia antiterrorista?
Es sumamente importante para la seguridad ciudadana, para la detención temprana de terroristas, para responder rápidamente cuando se produce un atentado. Tendremos que dotarnos de los mecanismos de comunicación, de los protocolos de actuación que impidan disfunciones como las que hemos visto. Que si la Guardia Civil quiere entrar en el escenario de un crimen, pues aunque sea como un observador directo debería poder entrar.
¿Qué busca el Daesh con estos ataques?
Si analizamos los contextos de los diferentes atentados tenemos unos resultados objetivos que nos indican que algunos se han producido en escenarios de inestabilidad social y política. Por ejemplo, en Francia fue la víspera de la primera jornada del proceso electoral en el que salió elegido Macron; en Inglaterra, en el referéndum, y también en Estados Unidos.
En Cataluña lo iban hacer igualmente, aunque se precipitaran. Atacan siempre que hay un conflicto social intenso, donde se produce una inestabilidad, para marcarlo o para apropiarse del mismo. Lo hemos visto en todas las primaveras árabes, en Siria, Libia, Túnez... No está dirigido por unos imbéciles.
¿Por qué un vídeo amenazador específico para España?
Están lanzando dos mensajes. Uno al mundo: hemos atacado un gran país, hemos atacado Europa; y otro de consumo interno, sobre Al Andalus, que los terroristas describen como la etapa más brillante del islam. Y éste es muy peligroso porque va dirigido a todos los que creen en el imaginario del Daesh. Ese mensaje, escuchado por un chico en España en proceso de radicalización y captación, constituye una amenaza gravísima.
¿Por qué la mayoría de los implicados en los ataques de Cataluña son marroquíes o de origen marroquí?
Simplemente se produjo la captación y el proceso de radicalización en un entorno muy concreto donde existían cercanías afectivas o de reconocimiento mutuo. No encuentro que el hecho de que sean marroquíes conforme un factor determinante que les llevara a atentar. Además subrayo la circunstancia de que sus padres son de origen marroquí, pero estos chicos se han criado en las calles de Ripoll.
¿Cómo se les consigue captar en tan poco tiempo? Supuestamente, a alguno en menos de un año.
Eso de que en dos meses han captado a un terrorista es posible que ocurra con gente que ya está previamente muy familiarizada con esta ideología. Los procesos requieren su tiempo, y si ya vemos un discurso radical en los perfiles de estos individuos en las redes sociales hemos de pensar que este proceso de incorporación a un célula terrorista no ha sido corto.
Tenemos a un chico que todavía era menor de edad abatido en el enfrentamiento con los Mossos d'Esquadra en Cambrils que dos años antes, cuando tenía 15, defendía en las redes sociales que él buscaría "la ocasión para matar a los infieles". A mí, más que una tontería de un adolescente, esos mensajes me dicen que maneja estos arquetipos. Tenemos datos objetivos de estos individuos de Ripoll que nos hacen pensar que eran unos radicales en potencia.
¿Deben las comunidades musulmanas trabajar en deslegitimar los argumentos religiosos de los yihadistas?
Tienen que hacerlo, aunque no es responsabilidad de ellos. Si le digo a un musulmán que pida perdón por lo que ha hecho el Daesh o Al Qaeda es lo mismo que si le digo a una persona de Bilbao, que se levanta todos los días a las siete de la mañana para trabajar, "oiga, pida perdón usted por lo que ha hecho ETA". Es injusto y además estoy criminalizando a los vascos.
No podemos criminalizar ni estigmatizar a los musulmanes porque además ese es el objetivo del terrorismo. Los yihadistas saben que en nuestra exclusión van a encontrar una retroalimentación a su fenómeno. Quien mantiene un discurso islamofóbico, especialmente después de un atentado, se convierte, aunque no lo pretenda, en cómplice del terrorismo yihadista.
¿Cómo se organizan los terroristas?
Esta amenaza se define por su liquidez, es algo muy difuso. No hay una estructura jerárquica, los individuos que se ven concernidos por el discurso pueden llegar a organizarse aunque sea en células de mínima integración y adoptar una orden jerárquica. Eso no descarta que también se establezcan células más extensas y complejas que interconectan con esos grupos y que se determinan en ejecutar en nombre del Daesh. Debemos tener una mirada compleja sobre una amenaza que se comporta bélicamente en unos escenarios, como en Siria e Irak; y asimétrica en otros, el ejemplo de Europa.
Otras respuestas ante atentados en Europa han sido bélicas, ¿se contempla en esta ocasión?
¡Evidentemente! El terrorismo yihadista va a requerir que allí donde se exprese bélicamente tengamos que responder bélicamente; allí donde se expresa más asimétricamente, como terrorismo puro, tendremos que responder con Inteligencia, policía, leyes, jueces, etcétera. Además, este fenómeno multidimensional nos exige respuestas en el mundo de las ideas. Esa ideología hay que combatirla también, si no el fenómeno se irá expandiendo como viene haciendo desde los años 80, que no ha dejado de crecer; y por eso las respuestas bélicas y policiales han sido vitales y necesarias.
¿Quiénes están detrás?
Detrás de este terrorismo no hay cuatro imbéciles que se han fumado dos porros y que llevan Kalashnikov. Detrás de este terrorismo hay inteligencia, hay conocimiento de teología, de historia, de filosofía, de semiótica. Lo cual no quiere decir que no sea un estercolero ideológico que no soporta el más mínimo análisis teológico, desde el punto de vista islámico e histórico. Pero sus actos están muy hábilmente manejados.
¿El terrorismo ha cambiado?
La actual expresión del terrorismo yihadista que hoy vemos nace a finales de los años 80 en el conflicto de dos bloques, con la Unión Soviética invadiendo Afganistán, en el que musulmanes de determinadas ideologías se ven convocados a luchar con un país ateo. Más que Bin Laden, me interesan los discursos previos de Abdullah Yusuf Azzam, que es el que concibe la génesis de Al Qaeda.
Desde esos momentos a esta parte ese movimiento yihadista se ha conformado como una verdadera novedad histórica, hasta el extremo de que es la primera vez que el mundo se enfrenta a un terrorismo internacional o global. El terrorismo yihadista ha amplificado su espectro. Pasamos de Al Qaeda, que surge en aquella guerra, y hoy nos encontramos con una multitud de franquicias.
¿Cómo nos podemos enfrentar a esta amenaza?
Es un fenómeno complejo al que seguimos mirando con una simplicidad pasmosa, hacemos diagnósticos erróneos y terapias erráticas. El mundo ha ido respondiendo a esta amenaza ofensiva desde los años 80 con tres guerras, si incluimos lo que está ocurriendo ahora en Siria e Irak, y lejos de aminorar esa amenaza, ha crecido y se ha hecho más fuerte. Hoy encontramos yihadistas que se han incorporado a estas zonas de conflicto desde todo el mundo, de Canadá a la Tierra del Fuego. No hay una contranarrativa, no nos hemos enfrentado al terrorismo desde el mundo de las ideas.
¿Dónde ve una solución?
Policía, servicios de Inteligencia y militares con todas las de la ley, y un corpus legislativo potente que nos permita la infiltración a todos los niveles. En España hemos modificado la ley para poder tener agentes digitales encubiertos que se entrometen en las redes donde estos individuos operan para poder dinamitarlos desde dentro o incluso detenerlos en la calle. Más que las medidas operativas y tácticas, que corresponden a la policía, es necesaria una inteligencia social que ayude a combatir la lacra de la captación.
Ni el islam ni los musulmanes deben ser tratados como víctimas ni tabúes. El islam es una realidad que forma parte, como hecho religioso, de nuestro propio acervo
¿Cómo ve la propuesta del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, de crear un FBI comunitario para cooperación antiterrorista?
La creación de una policía operativa en toda la Unión Europea conllevaría efectuar un tratado que se impusiera a las propias legislaciones y constituciones de cada uno de los países miembro. En ocasiones veo que se hacen propuestas aparentemente brillantes en momentos en que los ciudadanos quieren respuestas, pero después habría que analizar si un FBI europeo es viable y si ese tratado va a ser fruto del consenso. Si no están funcionando del todo bien los mecanismos de transferencia e intercambio de información policial, no le veo demasiado sentido a crear otra estructura policial regional de toda la UE.
En las redes sociales se pueden leer reflexiones de marroquíes y musulmanes, como "el islam en Europa debería ser discutible y cuestionable para ganar su hueco en el espacio público, no hay que tratarlo como víctima y tabú social". ¿Qué opinión le merece esta afirmación?
Me parece correcto, porque cuanto menos extendamos el tabú respecto de un hecho y más abiertos sean los hechos religiosos y las comunidades que están detrás, mucho mejor y muchas más posibilidades de reconocimiento mutuo. Ni el islam ni los musulmanes deben ser tratados como víctimas ni tabúes. El islam es una realidad que forma parte, como hecho religioso, de nuestro propio acervo. Quizás menos en España, aunque ya viven dos millones y medio de musulmanes. Muchos de ellos son conversos, incluso. Es una realidad incuestionable en países como Reino Unido, Francia, Alemania y otros.
Se apunta a los imanes y a las redes sociales como captadores, ¿cómo actúan?
Los imanes en nuestro país, más allá de alguna excepción, no pueden proclamar consignas yihadistas porque las propias comunidades musulmanas les denunciarían. Una mezquita, que no un garaje, es un estructura con unas personas detrás que están registradas en el Ministerio de Justicia. Y pueden contar con un imán verdaderamente formado.
Probablemente la comunidad musulmana de Ripoll, compuesta por 700 personas, no podía pagar a otro imán. No podemos satanizar a los imanes. Los procesos de radicalización no se producen en lugares públicos, sino en ámbitos más cerrados, como en este caso en una furgoneta fuera de los pueblos.
Estos días se ha criticado el tratamiento informativo tras los atentados de Barcelona y Cambrils. ¿Cómo valora ese trabajo de los medios de comunicación?
En general, en España se sabe tratar el terrorismo en los medios porque desgraciadamente tenemos experiencia, pero sí ha habido algunos casos en los que cabría exigir mayor conocimiento de la realidad a quien va a hablar. La mayoría ha hecho un buen trabajo, razonable y serio, desde mi punto de vista como periodista que soy. Pero sí he visto que en ocasiones se han manejado con mucha ligereza términos como islámico, islamista o yihad. Un musulmán puede ser un islamista porque cree en el islamismo político y no ser un terrorista.
Como conocedor de Marruecos, ¿cómo es la cooperación en el ámbito antiterrorista
Extraordinariamente positiva. Durante años se han establecido unos mecanismos y unas dinámicas de trabajo tan extraordinarias que han evitado atentados en España, en Marruecos y en otros países de la UE. Creer que la seguridad de nuestro país se hace al lado de nuestro muro, de frontera para adentro, es un error garrafal porque el fenómeno al que nos enfrentamos es internacional.
Los terroristas tienen 4.500 o 5.000 yihadistas captados en Túnez, no se sabe los miles de Libia, ni los cientos y cientos de Argelia. Conocemos más o menos la precisión que ofrece Marruecos, los 300 o 400 que han podido salir de España, los 1.500 de Francia, los 800 o 1.000 de Reino Unido. Conocemos estos datos que nos dicen que tenemos que cooperar regionalmente y de forma bilateral.