Todos a la calle 4 meses después de la condena: la Generalidad convierte la Justicia en un cachondeo
Fuentes penitenciarias creen que esta semana le será aplicado el 100.2 a tres de los cuatro presos que quedan en prisión: todos menos Junqueras.
18 febrero, 2020 03:29Noticias relacionadas
Poco más de cuatro meses han tardado los líderes del procés en salir de la cárcel gracias a la aplicación por parte de las autoridades de la Generalidad del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario. Un artículo que fue diseñado entre 1995 y 1996 como excepción a la regla general de los beneficios penitenciarios. El 100.2 permite, en la práctica, otorgar a los presos clasificados en segundo grado beneficios muy similares a los de los presos clasificados en tercer grado.
Pero las Juntas de Tratamiento de las prisiones de Lledoners, Puig de les Basses y Mas d'Enric han concedido el 100.2 a los presos del procés como si se tratara del protocolo habitual en estos casos. Algo que los funcionarios de prisiones consultados a lo largo de los últimos días por EL ESPAÑOL han calificado de "flagrante fraude de ley".
Procés y 23-F
Los líderes separatistas catalanes son los primeros ciudadanos españoles condenados por el delito de sedición en cuarenta años de democracia y por ello es complicado comparar su caso con otros precedentes.
Sin embargo, un simple vistazo a las penas cumplidas por otros condenados por un delito contra el orden constitucional similar al suyo, los golpistas del 23-F, demuestra la diferencia de trato en uno y otro caso. Sobre todo teniendo en cuenta que cuatro de los líderes del procés, Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa, fueron condenados también por malversación de fondos, un segundo delito del que no se acusó a los alzados de 1981.
Diez años tardó el teniente coronel Antonio Tejero en conseguir el tercer grado tras su condena a treinta años de prisión por el delito de rebelión militar consumada a raíz de su participación en el golpe de Estado del 23-F. Tres años más tardó en conseguir la libertad condicional. Fue el último de los condenados por el golpe en ser liberado.
Jaime Milans del Bosch consiguió la libertad condicional en 1990, siete años después de la condena, a la que hay que sumar los dos años que pasó en prisión esperando su juicio. Alfonso Armada fue indultado por el Gobierno del PSOE en 1988 por su mal estado de salud y después de acatar la Constitución española. El resto de los condenados recibieron la libertad condicional entre 1985 y 1988.
Lo volverán a hacer
Los presos del procés no sólo no han acatado la Constitución, sino que en algunos casos, como el de Junqueras, Carme Forcadell o Jordi Cuixart, han anunciado su intención de volver a atentar contra ella con frases como "habrá otro referéndum", "no tenemos miedo y menos ahora" o "lo volvería a hacer".
Esta es la situación de los líderes del procés en la actualidad.
Carme Forcadell
Fue condenada por el Tribunal Supremo a once años y seis meses de prisión por el delito de sedición. Ha obtenido de la Junta de Tratamiento de la prisión de Mas d'Enric un permiso de tres días a la semana, nueve horas al día, para cuidar de su madre enferma y realizar tareas de voluntariado. A su salida de la prisión, ayer lunes por la mañana, Forcadell tuiteó en su cuenta de Twitter el mensaje "persistimos".
Persistim. pic.twitter.com/b8CPV5BNAg
— Carme Forcadell (@ForcadellCarme) February 17, 2020
Dolors Bassa
Fue condenada a doce años de cárcel por sedición y malversación de fondos. Ha obtenido un permiso de tres días a la semana, ocho horas al día, para cuidar de un familiar enfermo. Ayer lunes, a su salida de la prisión, tuiteó: "Primera salida por el artículo 100.2. No es la libertad. ¡Seguimos!".
Primera sortida per l’article 100.2 No és la llibertat. Seguim! pic.twitter.com/k2BTzIfyhk
— Dolors Bassa (@dolorsbassac) February 17, 2020
Jordi Cuixart
Fue condenado por el Tribunal Supremo a nueve años de cárcel por el delito de sedición. Ha recibido, vía artículo 100.2, un permiso para salir de prisión cinco días a la semana, nueve horas y media al día, que él empleará en su propia empresa, la Aranow Packaging Machinery, de la que es propietario y director general. Su primer día en libertad fue el jueves de la semana pasada. Aunque el permiso implicaba la prohibición de hacer declaraciones, y especialmente si estas son de tipo político, Jordi Cuixart dio un discurso a la puerta de su empresa anunciando que seguirá "luchando por sacar adelante la empresa y trabajando también por la libertad y la amnistía". También dispone de un permiso de setenta y dos horas extra del que todavía no ha hecho uso.
Joaquim Forn
Es uno de los casos más llamativos. Fue condenado a diez años y seis meses de cárcel por el delito de sedición. Ha obtenido un permiso de cinco días a la semana, doce horas y media al día. Ayer lunes se supo que Forn ha sido contratado por la empresa Mediapro, propiedad del empresario Jaume Roures, como "especialista en asuntos legales" relacionados con el mercado audiovisual, un área en la que el exconsejero de Interior autonómico no tiene mayor experiencia.
"No tengo ni idea de las vigilancias y no nos piden nada a nosotros más allá de que trabaje y cumpla sus horarios", dijo ayer Roures. Y añadió: "Estamos ejerciendo el artículo 25 de la Constitución".
Jordi Sànchez
Fue sentenciado a nueve años de cárcel por sedición. Ha obtenido un permiso de tres días a la semana, once horas al día, para realizar tareas de voluntariado. Anteriormente, y dado que ya ha cumplido una cuarta parte de su condena, había obtenido un permiso de salida puntual de 48 horas para el fin de semana del 25 y 26 de enero de este año. Tanto él como Cuixart tienen derecho a treinta y seis días anuales de permiso, que pueden disfrutar a voluntad, aunque con un máximo de siete días seguidos. En teoría, Jordi Sànchez no podrá disfrutar de la libertad condicional hasta dentro de cuatro años.
Es probable que sean él y Cuixart los primeros en recibir el tercer grado con el que la consejera de Justicia autonómica, Ester Capella, especuló hace apenas unos días. La próxima revisión de grado será a finales de mayo, y puede que sea entonces cuando algunos de los presos del procés sean clasificados en tercer grado. Dicho tercer grado haría innecesaria la aplicación del 100.2, aunque podría ser más fácilmente revocado por un juez de Vigilancia Penitenciaría.
Començo el primer permís de 2 dies per estar amb la família. Un permís no és la llibertat, és un parèntasi de 48 hores després de 19.944 hores de presó.
— Jordi Sànchez (@jordialapreso) January 25, 2020
Només l’amnistia ens retornarà la llibertat. Gràcies per tot el vostre suport i respecte! Seguim forts, sense defallir! pic.twitter.com/Ip37ZMWM4m
Raül Romeva
Fue condenado a doce años de cárcel por sedición y malversación de fondos públicos. Es la segunda condena más grave tras la de Oriol Junqueras y junto con la de Dolors Bassa y Jordi Turull. Estos son, de hecho, los cuatro condenados que más se beneficiarían de una hipotética reforma del delito de sedición en el Código Penal como esa cuyas primeras líneas maestras ya han empezado a filtrarse a la prensa. Se espera que Romeva reciba el 100.2 esta misma semana.
Oriol Junqueras
Condenado a trece años de cárcel por sedición y malversación de fondos públicos. Su caso es muy similar al de Romeva. Según fuentes de los servicios penitenciarios de la Generalidad consultadas por EL ESPAÑOL, "Junqueras saldrá de la prisión cuando él quiera, pero habiendo elecciones de por medio quizá prefiera esperar y jugar con el aura de mártir". No ha recibido de momento ningún beneficio penitenciario que le permita salir de la prisión, aunque sí incontables privilegios de otro tipo.
Jordi Turull
Condenado a doce años de cárcel por sedición y malversación de fondos públicos. Fuentes penitenciarias especulan con la posibilidad de que le sea concedido en breve el 100.2. Quizá esta misma semana.
Josep Rull
Condenado a diez años y seis meses de cárcel por el delito de sedición. Como en el caso de Jordi Turull, recibirá el 100.2 en breve.