Las dos diputadas del PP que reformaron el 'sí es sí': "Ha sido un parche. Feijóo revisará la ley"
Marta González y María Jesús Moro relatan a EL ESPAÑOL cómo fraguaron el pacto con el PSOE para corregir los errores de la ley del 'sólo sí es sí'.
29 abril, 2023 02:58Más de mil rebajas de condenas a agresores sexuales, un centenar de excarcelaciones, un aluvión de críticas desde la oposición y una "sencilla" negociación entre el PSOE y el PP han sido las claves de la reforma de la ley del sí es sí, que esta semana, tras su aprobación definitiva en el Senado, ha pasado de ser la "Ley Montero" a ser la "Ley Llop".
La ministra de Igualdad, promovió la norma en el Consejo de Ministros; la de Justicia, impuso su corrección, pese al rechazo de Podemos y de los socios prioritarios de ERC y Bildu. En todo este largo proceso, sin embargo, aparecen como protagonistas indiscutibles dos mujeres: Marta González y María Jesús Moro.
Las dos, diputadas del Partido Popular, han sido las encargadas de cerrar con Andrea Fernández y Laura Berja, sus homólogas en el PSOE, los flecos del acuerdo que ha puesto fin a los "efectos indeseados" del que estaba llamado a ser el proyecto estrella del Ejecutivo en materia de Igualdad.
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Una vez pasado el revuelo mediático de estos días, las parlamentarias del PP reconocen su satisfacción por "el deber cumplido". Aunque también señalan, en declaraciones a EL ESPAÑOL, que la ley necesita "una revisión en profundidad" que sólo se podrá llevar a cabo desde la Moncloa, siempre y cuando Feijóo gane las próximas elecciones generales.
Es decir, que la proposición de ley pactada con los socialistas no ha sido más que "un parche" para salir del paso. Una suerte de torniquete para frenar la hemorragia, ahora queda el resto de la cirugía para subsanar el error por completo. Porque al PP le hubiese gustado ir más allá con la reforma, pero en eso consiste un pacto: en ceder.
El comienzo de la reforma
Todo empezó en noviembre, con la primera rebaja de condena a un agresor sexual tras publicarse la norma en el BOE. En ese momento, rememoran las diputadas del PP, en el grupo parlamentario ya empezaron a diseñar una propuesta alternativa para "devolver las penas" por delitos sexuales "a su situación original antes de la ley del sí es sí".
A sabiendas, además, de que "eso no iba a suponer un cambio de la ley actual". Al haber entrado en vigor la norma, ya es obligatorio "que se revisen todas las condenas en firme a aquellos que han sido juzgados por los delitos reformados y que cuentan con una pena menor".
Si en un primer momento el argumento que esgrimió el Gobierno para eludir la responsabilidad en este asunto fue que "había fachas con toga", el goteo incesante de rebajas de condena, los informes del CGPJ, las opiniones de los expertos y, sobre todo, la presión mediática y de la oposición, motivaron un cambio de opinión al menos en el ala socialista de la coalición.
"Digamos que la presión mediática era enorme, cada día se conocían más casos. Hasta niveles alarmantes. Nos daba la impresión de que el Gobierno no quería tener información oficial. Hasta que al CGPJ no le quedó más remedio que pedir a todos los tribunales que informaran de lo que estaba ocurriendo", relatan las parlamentarias populares.
Durante esas semanas en las que todos los espacios informativos en España daban cuenta de los casos más polémicos de rebajas de condenas, no se produjo ningún contacto oficial entre PSOE y PP más allá de "manifestaciones públicas", como las del líder de la oposición tendiendo la mano a Pedro Sánchez para reformar la ley.
En privado, sin embargo, sí se produjo una primera toma de contacto. "En las comisiones tenemos buena relación con las diputadas del PSOE, y de manera informal comentábamos todo el lío que se había generado".
El 16 de diciembre, el equipo que comanda Cuca Gamarra en la Cámara Baja, alumbró el resultado de un mes de trabajo con el registro de una proposición de ley que ponía sobre la mesa una solución rápida para evitar rebajas de penas en el futuro. Pero, al ser enero inhábil en el Congreso, cayó en saco roto.
La decisión de Feijóo
Para poder defender la proposición en Pleno en febrero, el PP necesitaba un informe de conformidad del Gobierno. "Jugaron con nosotros y no emitieron el informe. No nos permitieron presentarla y, finalmente, registraron la suya". Entonces, el propio Feijóo tomó cartas en el asunto: "Vamos juntos a la modificación del Código Penal, porque lo que queremos es dar nuestros votos favorables a una reforma, ya sea nuestra o del PSOE".
La ruptura dentro de la coalición se había producido y para no ahondar en la división, el PSOE ordenó no negociar con el PP, aún con esperanza de que la reforma se pudiera sacar adelante con Podemos, que asistía a una desautorización en toda regla.
Nada más lejos de la realidad, uno de los Plenos más broncos de la legislatura, en la antesala del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, puso de manifiesto que el único camino posible para reformar el sí es sí era un acuerdo PSOE-PP. Los populares apoyaron la toma en consideración de la reforma del PSOE, mientras que Podemos, ERC y Bildu votaron en contra.
Finalmente, la llamada se produjo en abril. Y bastaron escasos días de trabajo entre los equipos del PSOE y del PP para sellar el acuerdo. "Nos pusimos con los documentos encima de la mesa. Por un lado nosotras con nuestros equipos, y, por otro, ellas con los suyos. Le echamos horas y horas y redactamos un texto conjunto".
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Las dos diputadas populares califican de "puro paripé" y "discurso simplote" que los socialistas enmarquen el acuerdo "en cuestiones técnicas". Para empezar, defienden que la proposición de ley del PSOE era "muy parecida" a la del PP. Para seguir, remarcan que las enmiendas que han conseguido incorporar sí eran ajustes de "temas concretos", pero no por ello menores.
Eso no quita que al PP le hubiera gustado "llegar más lejos, incluyendo algunas cosas más". Porque el texto que habían redactado, defienden las dos diputadas, "era mejor". Sin querer entrar en detalle, por la complejidad del asunto, mencionan una aclaración del artículo 8.4 del Código Penal y la "concurrencia de delitos" que, para el PP, hubiese sido conveniente resolver de otra forma.
Pero, en este caso, la urgencia era el acuerdo. Y aprobar la reforma. "Tenemos la sensación del deber cumplido, era algo que ha preocupado muchísimo a la sociedad, que estaba alarmada. Es un avance hacia futuro, no vamos a ver los resultados de manera inmediata. Vamos a seguir viendo revisiones de condena durante años y el problema más grave será cuando veamos reincidencia", avisa González.
Ya con la reforma camino del BOE, las dos insisten en que la tarea que han realizado "está bastante bien". Porque, sobre todo, consideran que ha sido su "persistencia" la que ha hecho ver al PSOE que era "imprescindible mejorar la ley". De ahí que lo celebren: "Ha primado el sentido común por nuestra parte". Y por parte del PSOE, "cuestiones de carácter electoralista".