El ganador de las elecciones, Salvador Illa, anoche, celebrando el resultado.

El ganador de las elecciones, Salvador Illa, anoche, celebrando el resultado. EFE

Política ELECCIONES CATALANAS

Illa hunde al separatismo y refuerza la estrategia de Sánchez pero con la legislatura en el aire

ERC, que sufre una debacle electoral y tendrá un intenso debate interno, debe elegir si fuerza una repetición o si facilita un Gobierno del PSC.

13 mayo, 2024 03:12

"Cuando se vea a un socialista como Illa presidiendo la Generalitat y con los independentistas fuera del poder, se entenderá que todo esto tiene sentido", explicaba hace meses un destacado ministro para justificar la ley de amnistía y exponer la estrategia de Pedro Sánchez frente a las abundantes críticas por su política de pactos.

Este domingo Salvador Illa (PSC) ha logrado, con la bandera del diálogo, la moderación, la gestión y la transversalidad, un resultado espectacular en Cataluña de 42 escaños, nueve más de los que tuvo en 2021. Junts es segundo con 35 diputados, tres más que los que tenía. Y ERC se da un gran batacazo perdiendo 13 y cayendo a 20.

Illa ha ganado claramente las elecciones en Cataluña y ha logrado hundir al separatismo, aunque ahora tendrá que abordar una difícil negociación para reunir los 68 escaños necesarios para una investidura. Queda un difícil escenario parlamentario para poder formar gobierno, sin excluir la repetición electoral y con dudas también para la continuidad de la legislatura en España.

La única opción razonable de gobierno es la del acuerdo entre PSC, ERC y los Comunes, que tienen seis escaños, dos menos que en las anteriores elecciones. Puede haber Gobierno de coalición o Gobierno en minoría del PSC facilitado por ERC. Pero la gran incógnita es qué hará el partido de Pere Aragonès, bajo la conmoción del desastre electoral.

[Illa gana con claridad pero sólo tendría mayoría para ser investido si le apoyan ERC y los Comunes]

ERC puede elegir entre suicidarse con el tripartito o suicidarse forzando una repetición que le podría hacer perder aún más.

El resultado de las elecciones en Cataluña es muy bueno para Pedro Sánchez, es lo que buscaba desde hace tiempo, asumiendo las contraindicaciones en el resto de España. El presidente del Gobierno y líder socialista logra en las urnas un espaldarazo a su estrategia de "reconciliación", amnistía y diálogo con el independentismo. Refuerza su posición y su relato político.

Sánchez consigue sus dos objetivos de la legislatura: el PSC gana por primera vez en votos y escaños en Cataluña y, sobre todo, frena al independentismo que, también por primera vez, no logra sumar los 68 escaños necesarios para hacerse con la Generalitat.

Cierre al 'procés'

Ya no hay opciones de que una mayoría del Parlament de Cataluña promueva un referéndum y mucho menos de que se lancen a un nuevo procés independentista unilateral. Ese peligro ha quedado conjurado y se cierra una etapa en Cataluña.

"Cataluña abre una nueva etapa", proclamó Illa anoche.

No hubo ni "efecto Puigdemont", ni separatismo crecido por sus acuerdos con el PSOE, ni penalización a los socialistas por la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez. La noche electoral fue redonda para el presidente del Gobierno, casi como la hubiera soñado.

Otra cosa es el día después y, sobre todo, los meses posteriores. Porque con estos resultados no está garantizado que Salvador Illa pueda ser investido presidente, ni que Sánchez pueda mantener a Junts y a ERC como aliados para avanzar en la legislatura y para aprobar unos Presupuestos Generales del Estado para 2025 que empezarán a negociarse en el mes de octubre.

Varios ministros estaban eufóricos anoche y ese sentimiento de felicidad sólo queda mitigado cuando se les pregunta cómo puede seguir adelante la legislatura en el Congreso. Por el momento, se quedan con la fiesta de Cataluña y con el refuerzo del relato político para las europeas dl 9 de junio.

Sánchez puede celebrar el resultado porque le refuerza, pero sigue necesitando los siete votos de Junts y los siete de ERC. Por muy debilitados que hayan quedado en Cataluña, siguen teniendo la llave de la legislatura.

Pueden seguir exigiendo a Sánchez, incluso pueden replantearse si han caído por su política de pactos con el Gobierno español, pero ahora quien gestionaría esos acuerdos sería Illa como president de la Generalitat, porque ERC y Junts serían partidos de la oposición en Cataluña.

La debacle de ERC es una variable notable en el escenario político porque, previsiblemente, se meterá en un intenso y cruento debate interno en el que se pondrá en cuestión la política de acuerdos con el Gobierno de España. Y según los resultados, ERC es clave para la gobernabilidad, pese a su desastre electoral.

También en Junts puede abrirse ese debate si no hay repetición y si Puigdemont cumple su compromiso de irse de la política si no es de nuevo president de la Generalitat.

De los resultados sólo hay dos sumas posibles y razonables: un tripartito de PSC, ERC y Comunes, y un acuerdo entre PSC y Junts.

Opciones de pacto

La segunda posibilidad parece la más difícil, porque necesitaría una rectificación de lo que han dicho los dos partidos en campaña y supondría un desgaste para el PSOE y también para Junts.

Por eso, queda como opción más probable la del tripartito con PSC, ERC y Comunes, en cada una de sus versiones con gobierno de coalición o con gobierno en minoría y apoyos puntuales. El problema de esta vía es que depende de la decisión de ERC, que queda como un partido malherido, y con el temor a caer aún más si hay repetición electoral.

Si Illa fuera president gracias a ERC y los Comunes, el partido de Puigdemont tendrá que replantearse también los acuerdos con Sánchez. Si tiene sentido seguir negociando un referéndum y un sistema propio de financiación cuando quien lo gestiona es un Gobierno autonómico socialista.

En la derecha independentista que lidera ahora Puigdemont sin discusión es previsible también un debate intenso sobre la utilidad de los pactos con el Gobierno español.

Los Comunes, que forman parte de Sumar, han perdido dos escaños. Fueron los que provocaron el adelanto electoral al bloquear los Presupuestos de Cataluña y pese al mal resultado podrían entrar en un Gobierno presidido por Illa, copiando el Ejecutivo de coalición de Sánchez.

El PP puede jactarse de haber pasado de ser el octavo partido a ser el cuarto, de haber pasado de tres a 15 escaños y de haber superado a Vox. La cruz es que partían de un resultado históricamente pésimo, que siguen siendo irrelevantes en el Parlament y que a Alberto Núñez Feijóo se les ha debilitado el discurso del combate a la ley de amnistía que se aprobará definitivamente las próximas semanas en el Congreso.

En todo caso, Sánchez salva con nota una nueva meta volante electoral; los socialistas ganan unas elecciones por primera vez desde 2021 y afronta la siguiente etapa, la de las europeas, con un relato eficaz sobre su estrategia política. Es posible que no haya resultado de las negociaciones de Gobierno en Cataluña hasta después de las europeas del 9 de junio.