Pedro Sánchez justifica el concierto a Cataluña y dice que garantiza "la igualdad entre españoles"

El presidente ha insistido en que el acuerdo alcanzado, que todavía tiene que ser sometido a las bases de ERC, se basa en "un compromiso de solidaridad interterritorial, de cohesión de los servicios públicos" y que, por tanto, asegurará "la igualdad entre españoles vivan donde vivan". "Es muy positivo también para España", ha asegurado. 

En un discurso que el Gobierno lleva siguiendo a pies juntillas desde que se dio a conocer el preacuerdo, Sánchez ha remarcado en varias ocasiones que profesa "un profundo respeto" al partido independentista, al que ha agradecido su condición de "aliado" y su "compromiso progresista". 

Una de las condiciones para el acuerdo con ERC era dejar que los republicanos pregonasen las condiciones en solitario, el lunes, y que los socialistas las suscribieran el martes por la mañana. El pacto incluye otras cesiones mutuas, como dar una vuelta de tuerca a la inmersión lingüística y una "Convención Nacional" para reformular el procés. 

Las veinticinco páginas del acuerdo de investidura [que puedes consultar aquí] pone negro sobre blanco en unos compromisos a los que, a priori, en el PSOE no daban crédito. Así, a contrarreloj, los socialistas organizaron una Ejecutiva Federal exprés para calmar los ánimos y poner todo el foco de las negociaciones en el PSC. 

De hecho, fuentes tanto de Ferraz como de Moncloa llevan semanas recordando que las negociaciones con Esquerra se daban "a nivel de partidos políticos, no de gobiernos". "Las conversaciones empiezan con Salvador [Illa] y terminan con Salvador", deslizaba una voz autorizada de la Ejecutiva.

Ahora, Sánchez se afana de que el citado texto cuenta con la "unanimidad de la Ejecutiva federal" y que el compromiso de la financiación hacía tiempo que estaba pendiente de "desbloqueo". "¿Que hay que hablar de financiación? Pues se habla. No es la primera vez y nadie dice que vaya a ser la última", añadían este martes fuentes autorizadas de Moncloa.

Rebelión de las CCAA

El preacuerdo entre socialistas y republicanos ha causado un fuerte revuelo entre ciertos líderes autonómicos. Las críticas han llegado, por supuesto, de los barones populares, pero también del lado socialista. Y ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de reformar el sistema de financiación autonómica, algo que la inmensa mayoría de las CCAA reclamaron al Ministerio de Hacienda hace apenas dos semanas.

Este martes, Alberto Núñez Feijóo ha calificado de "chantaje independentista" el pacto, si bien considera que Sánchez pretende "mentir" a los republicanos con "una promesa imposible". Isabel Díaz Ayuso también se ha pronunciado al respecto al acusar al presidente del Gobierno de "romper la caja común". "No nos quedaremos quietos", ha advertido.

Por su parte, Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, ha anunciado que hará todo lo posible para defenderse de lo que considera un "golpe de Estado fiscal". Y su homólogo en Aragón, Jorge Azcón, ha asegurado que si para la investidura de Salvador Illa se ha pacto permitir a Cataluña recaudar y liquidar los impuestos sería "un acuerdo ilegal".

Asimismo, el presidente canario, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, que cuenta con un escaño en el Congreso, se ha mostrado "perplejo" ante un preacuerdo que ha calificado de "mala noticia".

Del lado socialista, la crítica más dura ha llegado desde Castilla-La Mancha. El presidente de la región, Emiliano García-Page, ha calificado el preacuerdo como un "atentado a la igualdad". Pero las críticas han llegado también desde el bloque de Sumar, integrado por partidos como Compromís o Chunta que abogan por una reforma del sistema.

Águeda Micó, portavoz de la formación valenciana en el Congreso, ha avisado de que su formación no dará apoyo a ninguna reforma del sistema de financiación autonómica que no resuelva de forma singular la "infrafinanciación" de la región levantina. Desde la Chunta han avanzado que votarán en contra y que sólo apoyarán una reforma que beneficie a Aragón.