Interior no llamó al cuerpo de 'fugitivos' de la Policía para detener a Puigdemont tras huir de los Mossos.

Interior no llamó al cuerpo de 'fugitivos' de la Policía para detener a Puigdemont tras huir de los Mossos. Arte EE

Política

Interior no activó a su unidad de 'fugitivos' tras conocer que Puigdemont había burlado a los Mossos

El Ministerio contaba con "información sobre matrículas que Puigdemont podía usar para entrar en España", pero no reforzó más pasos fronterizos.

14 agosto, 2024 02:04
Brais Cedeira Alberto D. Prieto

El Ministerio del Interior no activó a su cuerpo de élite para la detención de fugitivos, ni siquiera después de que Carles Puigdemont burlara a los Mossos. Así lo ha podido confirmar este diario en fuentes conocedoras del dispositivo y de las operaciones llevadas a cabo el pasado jueves 8 de agosto, día de la reaparición y de la segunda fuga del expresident catalán.

Esta unidad está considerada la mejor de Europa en su campo. Está formada por 16 agentes de la Policía Nacional y tiene una media anual impresionante del arresto de 400 personas.

La Guardia Civil tiene otra unidad gemela, ésta integrada por apenas cinco agentes integrados en la Unidad Central Operativa (UCO). Sus números también son llamativos, con una media de 100 arrestos anuales. Pero ninguna fue avisada por los mandos políticos para ponerse en marcha tras escabullirse el huido más famoso (y doloroso) en España desde los tiempos de Luis Roldán.

Eso, a pesar de que Interior admite que contaba con "información sobre matrículas de coches que podía utilizar Puigdemont para entrar en España". Y de que este martes comunicó al Tribunal Supremo que sí que acabó activando "recursos extraordinarios" tras conocer del fracaso de los Mossos d'Esquadra. Y que estas unidades mantuvieron el operativo de búsqueda, incluso, "hasta las 24 horas del sábado 10 de agosto".

A primera hora del viernes, Pablo Llarena requirió a la Policía Nacional, a la Guardia Civil y al Cuerpo de Mossos toda la información relativa al "dispositivo policial dispuesto para la detección en frontera y posterior detención del expresident de la Generalitat Carles Puigdemont".

El juez del Tribunal Supremo no había sido informado con anterioridad, como informó este diario, a pesar de que el líder de Junts advirtió con fecha, lugar y hora de su reaparición.

El Ministerio del Interior entregó su informe este martes, elaborado por varias personas, todas ellas en teletrabajo desde sus destinos o lugares de vacaciones. Y en el documento se reconoce que el departamento de Fernando Grande-Marlaska no tuvo participación en el operativo. Fuentes del ministerio confirman que en una reunión de la mesa de coordinación se decidió que "se encargarían los Mossos".

Según Interior, la decisión se tomó por dos motivos.

El primero, porque la policía autonómica catalana tiene "la competencia y capacidades operativas como policía integral en Cataluña en materia de seguridad ciudadana, policía judicial y de investigación criminal y policía administrativa, tal y como establece el artículo 164 del actual Estatuto de Autonomía de Cataluña".

Este argumento es rebatido con vehemencia desde las filas del Partido Popular. Fuentes especializadas en política interior de la formación conservadora acusan al ministro de "no tener vergüenza".

En opinión del PP, el afán del Gobierno "por eludir su responsabilidad" le ha llevado a "copiar la terminología 'indepe' y definir a los Mossos como 'policía integral', un adjetivo que ni siquiera aparece en ese artículo del 'Estatut', o en ningún otro, cuando habla de la seguridad pública, pero que siempre ha utilizado Puigdemont".

El segundo motivo aducido por Interior es que "no se podía establecer un control de fronteras", que es la competencia concreta que tienen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en territorio catalán.

No, al menos, sin vulnerar el reglamento de Schengen. O sólo habiéndolo comunicado y justificado convenientemente a la Comisión Europea y al resto de los 27 Estados miembros de la UE, alegando "una amenaza grave para el orden público o la seguridad interior".

Sin embargo, el citado reglamento lo que no permite son las "inspecciones" de fronteras que supongan un registro coche a coche. Pero sí permite "el ejercicio de las competencias de policía [...] basadas en información y experiencia [o que] estén concebidas y se ejecuten de un modo claramente diferenciado de las inspecciones sistemáticas".

Éste era el caso, dado que Interior contaba con información sobre las matrículas de los coches que podría utilizar Puigdemont "para entrar en España" por la frontera terrestre. Y sin embargo, no reforzó nuevos pasos fronterizos, sólo los que "ya tenían presencia policial previa".

Unidad exclusiva

Interior evitó avisar al Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, la mejor unidad de las policías europeas en esa materia. Fuentes del Ministerio aseguran que esta sección policial "tiene a Puigdemont entre sus objetivos desde 2017", pero que "nunca interviene en operativos como el del pasado 8 de agosto en Barcelona".

De hecho, el informe remitido a Llarena no sólo admite que se dejó todo en manos de los Mossos, sino que no hay ni una referencia a esa unidad responsable de algunas de las localizaciones y arrestos más famosas de prófugos, tanto españoles como de otros países, tanto dentro como fuera de España.

Mossos "no requirió" ningún apoyo, e Interior mantuvo sus habituales controles en fronteras, puertos y aeropuertos desde los días previos al 8 de agosto. También activó a los agentes destinados en el resto de Cataluña, sobre todo en la ciudad y área de influencia metropolitana de Barcelona.

Pero el Ministerio dejó al margen a las unidades especializadas en la localización de huidos de la Justicia, que no realizaron operativos paralelos específicos. Tampoco se echó mano de otras unidades para garantizar la seguridad del acto de investidura en el Parlament.

Como se ha dicho más arriba, "una vez conocida la fuga de Puigdemont", Interior sí dio instrucciones al jefe superior de Policía y al general jefe de Zona de la Guardia Civil, a través del delegado del Gobierno de Cataluña para que "se activasen los recursos operativos y de inteligencia extraordinarios de ambos cuerpos".

La Unidad de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, perteneciente a la Udyco Central, no fue activada en esta ocasión, a pesar de que son la referencia a nivel europeo para estas operaciones. Interior tampoco consideró oportuno activar a la UCO de la Guardia Civil, en cuyo seno está la unidad de Huidos de la Justicia, con cinco agentes dedicados noche y día a esta tarea.

El Ministerio explica al juez en su informe que, "con los recursos disponibles", se dispusieron dispositivos operativos en ciertas vías públicas, en especial aquellas que conducen o están próximas a la frontera con Francia. Los policías y guardias civiles se encargaron de carreteras convencionales, mientras que las vías de alta capacidad quedaron bajo la responsabilidad de los Mossos. 

Éxitos locales e internacionales 

El Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional ha rubricado en los últimos años algunas de las detenciones de los mayores criminales huidos de las autoridades en España. Uno de los últimos fue el peligroso sicario Yousef Mohamed Lehrech, alias El Pastilla, huido de la cárcel de Alcalá Meco, en una de las fugas más surrealistas y bochornosas que se recuerdan.

Tras una secuencia de errores en cadena que terminó con este individuo saliendo por la puerta de la cárcel, Interior apremió a sus hombres para que le encontrasen cuanto antes. Fue Fugitivos la unidad que culminó su detención en Alemania un mes más tarde.

Además de este, y otros muchos, esta unidad arrestó -tras años oculto de la Justicia- a Hugo Armando 'El Pollo' Carvajal, el exjefe de los servicios secretos de Hugo Chávez en Venezuela, tras incontables seguimientos en Madrid y otras ciudades hasta dar con su paradero en un apartamento de la capital.

También fueron ellos los responsables del arresto de Carlos Navarro, El Yoyas, después de permanecer dos años oculto en los bosques de la provincia de Barcelona.