La tribuna
La Hacking House de Sigfox termina… ¡y nos hacemos con el tercer premio entre 200 aspirantes!
La región de Asia-Pacífico, donde la adopción y despliegue de nuevas tecnologías se fomenta activamente, está viviendo una nueva revolución en la industria de las telecomunicaciones. El sector avanza y nos encontramos ante dos nuevos paradigmas principales: las redes 5G, que han copado titulares en los últimos meses, y las redes 0G.
Empresas como Huawei, Mediatek o Qualcomm están inmersas por liderar la carrera tecnológica por desplegar y comercializar las redes 5G. Desde Europa se apostando por la tecnología 0G, basada en un enfoque alternativo especialmente pensado para el internet de las cosas (IoT), para conectar tantos objetos como sea posible: sensores, maquinaria, dispositivos de domótica y agricultura de precisión... Esa es la apuesta de Sigfox, basada en la idea de que, para el 99% de los casos de uso del IoT, un pequeño paquete de datos (a diferencia, por ejemplo, de la cantidad de información que enviamos a través de nuestros smartphones en nuestras comunicaciones cotidianas) es suficiente.
En los últimos 3 meses, hemos formado parte de la red de emprendedores de Taipéi. De la mano de UnaBiz, el proveedor local de la red 0G de Sigfox, hemos participado en la segunda edición de la Hacking House, donde elegimos dar solución al problema de las plagas en las plantaciones mediante el IoT; concretamente, las del picudo rojo, una especia muy dañina que ataca especialmente en países del Mediterráneo (España, Italia, Francia), oriente medio (Emiratos Árabes Unidos, Omán) y Asia (Malasia).
Tras estudiar a fondo el problema y los principales parámetros a tener en cuenta para combatirlo, contactamos con el profesor Romeno Faleiro, experto internacional en la materia y miembro de la FAO, quien corroboró nuestra hipótesis inicial sobre los problemas interiores de las palmeras, que pueden estar relacionados con la falta de agua, problemas de salinidad y los ataques de picudo rojo. Nos ayudó a obtener un nuevo enfoque y pudimos idear la mejor manera para determinar el estado de salud de las palmeras.
Confirmamos nuestra hipótesis y teníamos claro qué tecnología usar. Nos faltaba otro pilar tan importante como los otros: desarrollar un plan de negocio viable. Las últimas semanas de la Hacking House las empleamos en perfeccionar nuestro análisis del mercado, descubrir potenciales clientes, calcular costes de producción y previsiones de ventas… Actualmente, es común que los fabricantes de hardware ofrezcan sus dispositivos combinándolos con modelos de suscripción, teniendo el primero un precio competitivo y cobrando una suscripción mensual a una plataforma donde se ofrecen servicios de almacenamiento, análisis de datos y actualizaciones. Este modelo ha cobrado fuerza porque cada vez es más importante obtener mejores flujos de caja (o cash flow) en la industria del hardware, que ha visto cómo los márgenes se han reducido drásticamente.
El 11 de junio, nuestra aventura en la incubadora concluyó. Fue el día de la ceremonia de clausura y el demo day de la Hacking House, celebrados en la sede de Taiwania, firma de capital riesgo que opera entre Taiwán y Silicon Valley. Rong-I Wu, su director, participó en el evento, acompañado de Audrey Tang, ministra digital de Taiwán.
Presentamos, junto con el resto de equipos que participaron en la incubadora, nuestras soluciones ante un jurado de profesionales y expertos como Bruce Bateman, de Yushan Ventures, el CTO de LiteOn, la propia Audrey Tang, Philippe Chiu, el CTO de UnaBiz, Amanda Hiu, cofundadora de Shape Prototype (co-founder) y Raouti Chehih, responsable de adopción tecnológica (CAO) de Sigfox.
El jurado valoró a puerta cerrada el rendimiento de cada equipo y, de un total de más de 200 aspirantes, nuestro proyecto, PalmSense, ¡se alzó con el tercer premio! No podemos estar más orgullosos y emocionados. Como no puede ser de otra manera, queremos continuar con el proyecto y ya tenemos la mente en el próximo paso… Entablar contacto con instituciones como la Cambra de Comerç de Barcelona, Barcelona Activa y diferentes programas de incubación que trabajan para promover el talento nacional formado en España y en el exterior.
No podríamos acabar esta serie de columnas sin dar las gracias a quienes las habéis seguido, a nuestra Universidad, la EPSEVG y por supuesto a Innovadores por darnos la oportunidad de compartir esta experiencia inolvidable. La tecnología IoT avanza y, lejos de ser una moda, es una realidad cada vez más viable y bajada a tierra. La escalabilidad está dejando de ser un reto y, junto con el impulso de la comunidad emprendedora, cada vez tendremos menos barreras para imaginar el futuro… y hacerlo posible.