Ley de Startups: respaldar a quienes arriesgan su futuro… y el nuestro
He trabajado en una empresa tecnológica. Sé lo que es enfrentarse a momentos críticos, de alto riesgo, al apostar por innovaciones que nadie te garantiza que vayan a triunfar en el mercado. Si algo tiene el mundo de las ‘startup’ es la inseguridad. Fuera del ‘glamour’con que se presentan algunas compañías innovadoras y del marketing para atraer inversores, la realidad es muy dura.
En un país cuyo nivel de desempleo juvenil es de los más elevados de Europa y con unas perspectivas de desarrollo muy pobres, contar con una legislación que respalde a los emprendedores es fundamental. Desde hace meses, llevamos trabajando por dar forma a una nueva ley que promueva la creación de empresas y dar aliento a quienes se juegan su futuro… y el de toda nuestra sociedad, ya que son ellos quienes van a garantizar nuevos puestos de trabajo.
Es importante que por primera vez se reconozca la existencia de las ‘startup’ como una categoría especial en la legislación. Y los emprendedores van a contar a partir de ahora con incentivos para atraer talento y capital, teniendo en cuenta que actualmente el 80% del capital invertido en ‘startup’ españolas procede del extranjero.
Considero acertado que se hayan establecido deducciones fiscales del 50% para inversiones anuales de hasta 100.000 euros, así como una exención fiscal para las opciones de compra de acciones (más conocidas como ‘stock options’) de hasta 50.000 euros.
Junto a ello, desde el Partido Popular solicitamos la introducción del concepto de Territorio Rural Inteligente, potenciando así el uso de las tecnologías digitales en el entorno rural para su avance y transformación. Hay que recordar que el 65% de las ‘startup’ se crean entre Madrid y Barcelona. Si logramos que en las zonas más despobladas se favorezca especialmente esta actividad, con incentivos fiscales, puede ser un factor revitalizador para todo el territorio.
Los jóvenes no solo necesitan que se eliminen trabas burocráticas, sino que también se les aliente al emprendimiento y que pierdan el miedo al fracaso. Que un negocio concreto haya salido mal debe convertirse en una experiencia para el futuro, no en una losa que se arrastra como si fuera un apestado. Arriesgar supone ser consciente de que hay que volver a empezar, con otro enfoque. Por ello, satisfecho de la incorporación en la ley, así como su reconocimiento, del emprendimiento en serie.
El hecho de que los principales grupos políticos hayamos conseguido un acuerdo en este sector es ya un hecho que cabe destacar. Las oportunidades están ahí. Los políticos estamos para solucionar problemas. No somos nosotros quienes creamos empleo. Nuestra misión es facilitar que los empresarios y emprendedores encuentren las menores trabas posibles para hacerlo.
Son ellos quienes se juegan su futuro por todos nosotros.
*** Javier Puente Redondo, senador por Cantabria del PP y portavoz de Transformación Digital del PP Senado.