Diferencia entre éxito y fracaso
Gracias a la innovación, las organizaciones disponen de un ecosistema de comunicación efectivo para el incremento de su productividad en un entorno cada vez más competitivo. En una doble dirección, la innovación ha de ser constante en la gestión de la comunicación corporativa para dar respuesta al cambio en la forma en la que las personas consumimos la información y nos relacionamos en internet.
La digitalización ha transformado el papel de los responsables de comunicación y, en este contexto, la innovación puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso de una estrategia. La tecnología nos ayuda a establecer una relación directa con la audiencia, cambia la forma en la que usamos los canales y la forma en que se genera y distribuye el contenido.
La disrupción en la comunicación y las relaciones públicas afecta a la planificación, la ejecución y la gestión de la estrategia de comunicación. Hoy, los procesos de comunicación están integrados y combinan tácticas digitales y offline. La identificación de nuevas oportunidades y la capacidad de adaptarse a ellas se convierte en una ventaja competitiva.
Hace tiempo que asistimos al uso de los bots en el segmento del marketing y a las primeras pruebas de automatización para la creación de contenidos con cierto éxito. Ya hay robots prácticamente capaces de escribir el guion de una serie de éxito con la información que extraen de nuestros gustos en internet. Así que no hay duda de que la nota de prensa o el discurso perfecto será redactada en cualquier momento a partir de un desarrollo de inteligencia artificial.
El potencial de la comunicación es ilimitado, en la medida en que seamos capaces de contribuir a crear una cultura de la innovación y seamos disruptivos y creativos en la forma en la que trasladamos el mensaje a las distintas audiencias. Contamos con nuevos formatos y herramientas para presentar los contenidos: relato digital, blog data, marketing de influencia o marketing en tiempo real, etc. Por supuesto apostar por el talento e incorporar profesionales capaces de aportar soluciones es clave.
Quienes nos dedicamos a la comunicación, disponemos hoy de más información que nunca y, por primera vez, contamos con herramientas para recoger e interpretar los datos y adaptar las estrategias a los distintos públicos de interés. Podemos, por ejemplo, reconocer hechos noticiables a comunicar desde una compañía, anticipar situaciones de crisis y adoptar medidas preventivas e identificar nuevas tendencias y formas de comportamiento de los consumidores.
El papel de los profesionales de la comunicación pasa, en definitiva, por escuchar, entender y anticiparnos a las necesidades de las empresas para construir estrategias eficaces; seguir y analizar las tendencias y hábitos de consumo de la información; innovar en la forma en la que presentamos el mensaje y aplicar la tecnología de análisis de información y la escucha activa para medir el impacto de las estrategias y adoptar enfoques eficaces.
IRENE MAESO es directora de Metrópolis Comunicación