Algo está cambiando, lentamente
Hace un par de semanas, durante EthDenver, una conferencia dedicada al mundo cripto, sentí que algo cambiaba. Entré en el cuarto de baño y había chicos y chicas. Era mixto. Algo que ya era normal en California hace unos años. Lo que no me pareció tan habitual fue que no hubiera extrañeza, que cada cual hiciera lo que tenía que hacer sin conflicto e incluso se daban conversaciones con toda naturalidad.
Hasta hace unos años, siempre me fijaba en lo contrario. En los eventos de tecnología, ya fuese el MWC, una presentación de Apple, o una conferencia en San Francisco, las chicas no teníamos que hacer cola para ir al baño. Los hombres sí. Incluso podría parecer un chiste, pero era un síntoma de desigualdad, de la escasa representación.
En 2018 cuando me mudé a Miami, percibí que las cosas eran distintas. Miami, un ecosistema nuevo, con todo por hacer, con ambición de conectar América Latina, Estados Unidos y Europa, fue fundada por una mujer, Julia Tuttle. Casi 100 después de su fundación, en tecnología, también lideran las mujeres, o tienen un papel muy relevante.
Basta con pensar en Laura Maydon, que estuvo al frente de Endeavor, y ahora le suple Claudia Durán, también mujer. O en Melisa Medina, con eMerge como gran evento tecnológico de la región. Por no hablar de María Derchi en Refresh Miami, Michelle Abs evangelizando con Web3Equity, sin olvidarnos de Olivia Ramos, fundadora y CEO de DeepBlocks, Wen Wen Lam, inversora en Gradient Venture, fondo propiedad de Google, Gina Gotthilf , cofundadora de Latitud, Isabel Penzini, con la fintech Ola, o Laura Gaviria y Ana Paula González con posiciones de peso en Softbank.
Estos son solo algunos nombres que surgen de improviso. Son muchos más los que están haciendo un avance enorme. No solo en este puerto que acoge desde el primer momento, sino en un montón de ecosistemas emergentes.
De acuerdo, queda mucho por hacer, pero también es bonito mirar atrás y sentir que el talento va encontrando el lugar que merece.