¿Es buena idea generar contenido con IA para tu empresa?
La inteligencia artificial generativa de audio y video va a revolucionar los procesos de producción de contenido de las empresas, ofreciendo nuevas posibilidades y, al mismo tiempo, planteando serias preocupaciones. Esta tecnología promete transformar radicalmente la creación de contenido, permitiendo generar desde videos, voces, efectos de sonido e incluso música a partir de unas simples indicaciones. Sin embargo, ¿es oro todo lo que reluce?
Recientemente saltó la polémica sobre la actriz Scarlett Johansson y el supuesto uso no autorizado de su voz por parte de la empresa Open AI, la creadora del popular ChatGPT. Johansson denunció que, se empleó en su nuevo modelo una voz que era inquietantemente similar a la suya, a pesar de haber rechazado colaborar con ellos. Este incidente se hizo viral y trajo a la palestra el debate sobre la vulneración de los derechos de imagen e intelectuales frente a la explotación no autorizada.
El sindicato de actores de Hollywood, SAG-AFTRA, apoyó a la actriz, tras concluir una importante huelga que duró 118 días. En ella, profesionales de la imagen y de la voz reivindicaban un uso y compensación justa por parte de los estudios para el desarrollo de sus gemelos digitales en producciones audiovisuales. En Europa, los artistas de voz ya están incluyendo cláusulas en sus contratos para evitar el uso fraudulento de su trabajo, y es probable que esta tendencia se extienda a otras áreas del entretenimiento y la comunicación.
Otro caso reciente es que YouTube aparentemente estaría considerando emprender acciones legales contra OpenAI, por utilizar millones de horas de sus videos para entrenar su nuevo modelo de generador de videos, Sora. Estos son algunos ejemplos del impacto que comienza a dejarnos la IA. A lo largo de los próximos años, se van a ir acentuando conforme esta tecnología avance y gane una mayor presencia en el sector de la comunicación.
Hasta ahora, la IA de generación audiovisual estaba muy presente en memes de internet, usuarios que experimentaban con esta tecnología y se lo pasaban bien. Pero lo cierto es que empresas como Pika, Open AI, Runway o el reciente modelo desarrollado por Luma AI se están tomando muy en serio, con ejemplos que muestran video tras video una capacidad -casi- indistinguible de un video real.
Estas herramientas pueden crear videos a partir de simples descripciones, lo que abre un mundo de posibilidades para la creación de contenido, pero también plantea preguntas sobre la autenticidad y los derechos de autor. Hace solo unas semanas, un grupo de música presentó un videoclip realizado 100% con IA usando Sora, lo cual es fascinante y me plantea una reflexión: ¿es posible que en un futuro veamos películas imaginadas por una inteligencia artificial?
Los modelos fundacionales de estas tecnologías nacen principalmente en Estados Unidos o China, mientras que, en Europa, estamos viendo un enfoque más regulador. La Ley de IA de la Unión Europea busca establecer un marco legal que proteja los derechos de los individuos y garantice el uso ético de la tecnología. Este enfoque no es sorprendente, dado el popular dicho: "Estados Unidos diseña, China copia y Europa legisla". La normativa europea podría ser un modelo a seguir para otros países, buscando equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos individuales.
A pesar de estas preocupaciones, no se puede negar el potencial de la IA generativa para transformar la comunicación empresarial. Las ventajas son claras: desde la capacidad de generar contenido personalizado en múltiples idiomas hasta la eficiencia en la producción de material audiovisual. Estas herramientas pueden ayudar a las empresas a llegar a nuevas audiencias y a comunicarse de manera más efectiva, siempre y cuando se utilicen de manera ética y legal. La clave para maximizar el potencial de ambas tecnologías radica en encontrar un equilibrio adecuado entre el uso de la IA y el componente humano. En lugar de verlas como competidoras, deberíamos considerarlas complementarias.
Para evitar incurrir en plagios y respetar los derechos de autor, es fundamental seguir ciertos principios. Primero, es esencial obtener el consentimiento explícito de cualquier persona cuya voz o imagen se utilice para entrenar modelos de IA. Usar fuentes legítimas es crucial. Un ejemplo de ello, y que un cliente nos lo recomendó el otro día, es el caso de Getty Images, que ha desarrollado una IA utilizando su propio banco de fotografías, garantizando que su modelo se ha entrenado de manera legal sin infringir derechos de autor. Es una opción excelente para aquellos que buscan utilizar IA de manera segura. Y finalmente, una justa compensación por el uso a los autores originales.
La irrupción de la IA audiovisual en las empresas es inevitable. Aquellos que adopten estas tecnologías con responsabilidad y respeto hacia los derechos de los creadores serán los que marquen la pauta en el futuro del sector. La tecnología puede ser una herramienta poderosa, pero nunca debemos olvidar el valor artístico y la autenticidad que solo el talento humano puede aportar.
***Pablo Giménez es CEO y fundador de Voicefinder.