El año 2020 pasará a la historia porque la maldita Covid-19 ha zarandeado nuestras vidas y nuestros comportamientos a todos los niveles. En lo más cotidiano, hemos experimentado un antes y un después en nuestros hábitos de consumo, que ahora son más digitales y, por tanto, más logísticos que nunca. El Black Friday va a ser un gran exponente de ello.

Este viernes, 27 de noviembre, afrontamos el Black Friday más digital de la historia. España cuenta hoy con un millón más de usuarios de internet que en el mes de marzo. Usuarios que han madurado su relación con la red de una manera abrumadora, logrando en nueve meses el desarrollo previsto para el próximo lustro. El caso más llamativo es el de los mayores de 45 años, que ya han interiorizado las compras online en sus rutinas diarias. La Covid-19 ha transformado las necesidades y demandas de los ciudadanos, así como sus prioridades.

El nuevo consumidor es más racional y austero, sí. También es más infiel con las marcas y más exigente con los compromisos de plazos y la experiencia de recepción. La logística, la entrega en tiempo y forma y con una comunicación constante y fluida ha pasado a ser una exigencia por parte del consumidor y eso es, precisamente, lo que hace muy relevante ahora nuestro servicio. 

Afrontamos el Black Friday más digital de la historia. España cuenta hoy con un millón más de usuarios de internet que en el mes de marzo

El desafío de este Black Friday, el más digital y logístico de la historia, pasa por ese auge del comercio electrónico y por la caída de las ventas del retail. Esto supone que en lugar de mover elevados volúmenes de mercancía a un solo punto (la tienda física), nuestras empresas van a multiplicar los destinos, porque cada expedición supondrá un domicilio distinto. Los flujos, por lo tanto, se disparan. El hecho de que el grueso de las ventas se haya balanceado hacia el comercio online exige mayores inversiones en innovación y digitalización para garantizar el servicio en las entregas. Por lo tanto, Black Friday es logística y logística es innovación.

El ya conocido como viernes negro supone el pistoletazo de salida para la campaña navideña. Con él, comienza la denominada peak season de la logística, la época de más actividad del año. Solo con el Black Friday y sus ventas las empresas de logística moverán 50 millones de paquetes hasta los domicilios de miles de españoles, un 30% más que el año pasado. Aún así, a pesar del crecimiento, la crisis se ha notado en el sector y en el consumo, porque el balanceo no compensa las pérdidas del retail.  

Este virus nos ha cambiado a todos. El consumidor mira más la calidad-precio, incluso la trazabilidad, el origen y el recorrido de los productos desde su fabricación hasta su llegada al domicilio. Esto es un poderoso caldo de cultivo para potenciar nuevos nichos de mercado.

Solo con el Black Friday y sus ventas las empresas de logística moverán 50 millones de paquetes hasta los domicilios de miles de españoles, un 30% más que el año pasado

La logística será la palanca clave para salida de la crisis de la industria y del comercio. Estamos viendo ya una tendencia a acercar algunas industrias y fábricas a lugares más próximos a su consumo final para obtener una logística más eficiente y garantista con el stocks ante problemas inesperados. Antes de la pandemia, se hablaba de flujos tensos en logística o just-in-time (almacenaje mínimo).

En cambio, ahora hemos pasado al just-in-case, es decir, a contar con stocks de seguridad por si acaso. La planificación es clave para las empresas. La logística es inteligencia (artificial y humana) y eso tiene un alto valor. Esta aproximación al consumidor final, también la vemos en otras partes de la cadena con la proliferación, por ejemplo, de hubs urbanos, pequeños almacenes en el centro de las ciudades para agilizar las entregas y la capilaridad. El comercio electrónico y sus plazos así lo exigen.

La logística es de los pocos sectores generadores de empleo en esta campaña navideña y en este Black Friday. Nuestro sector, que normalmente emplea a 850.000 personas, cuenta en estos momentos con 1,1 millones de trabajadores para dar servicio a todas las compras del final del año, encabezadas por las ofertas del Black Friday.

Como curiosidad, estas incorporaciones de profesionales, que siempre se producen en septiembre, este año se han realizado de manera progresiva desde el mes de marzo, debido al crecimiento continuado del comercio electrónico desde entonces.

La logística crea empleo a dos niveles: por un lado, carretilleros, repartidores, operarios de almacén o profesionales de atención al cliente; por otro, expertos en predicción de la demanda, analítica de datos, robotización, nuevas tecnologías y planificadores de la cadena de suministro.

Nuestras empresas son compañías tecnológicas que ofrecen un servicio de logística, es decir, que planifican y gestionan la cadena de suministro. El reparto a domicilio, la denominada última milla, es solo la parte visible del final de la cadena, pero la última milla comienza en la primera milla, en la gestión de cómo hacer ese envío de la forma más eficiente, más segura y más sostenible.

*** Francisco Aranda es presidente de UNO (Organización Empresarial de Logística y Transporte).