Cómo ahorrar y contaminar menos: 'ecopropiedades'
Los edificios son grandes emisores de CO2 y el autor reclama implicar a las inmobiliarias para reducir su impacto contaminante.
Transición ecológica, sostenibilidad o coches eléctricos son nuevas realidades que ya afectan a nuestro día a día. Sin ir más lejos, estas semanas el precio de la luz ha dado un susto a más de uno provocando que se aprenda de memoria las horas en las que poner la lavadora o el lavavajillas.
Sin embargo, todas estas propuestas para alcanzar una sociedad menos contaminante y más sostenible están dejando de lado uno de los principales focos de contaminación: las viviendas.
En España, el parque de viviendas supone el 18% del consumo de energía. Además, mientras vemos como cada vez es más común que casas de obra nueva incorporen placas solares u otros elementos sostenibles, las viviendas con más años no se están adaptando a estas nuevas circunstancias. Un problema que cobra especial importancia cuando vemos que el 80% de las transacciones, en nuestro país, son con inmuebles de segunda mano.
Pero ¿es posible revertir la situación? Actualmente, cualquier iniciativa relativa a la mejora de eficiencia energética depende de la voluntad y del gasto de los propietarios de estas.
Desafortunadamente, las ayudas parciales de alguna administraciones (IBIs, fondos europeos, etc..), oferta de proyectos de mejora muy diseminada entre diferentes proveedores y de difícil comprensión por parte del propietario provocan que se vaya avanzando muy poco a poco,
También, parece algo contradictorio que desde el mercado de compraventa de vivienda de segunda mano (inmobiliarias), no se esté prestando demasiada atención al compromiso que todos debemos tener con reducción de emisiones y al beneficio económico que supone a largo plazo para los compradores.
En especial las inmobiliarias, ya que a la postre, estos profesionales transaccionan con el 90% del parque inmobiliario que más contamina.
El 'eco Estate'
En la actualidad, el parque inmobiliario español tiene 45 años de antigüedad y una eficiencia energética media de E. Una calificación baja (la mejor nota es una A+++) que se podría y debería mejorar. Especialmente, durante la compraventa de una propiedad de segunda mano, que, sin duda, es el mejor momento para que el propietario se plantee acometer proyectos de esta índole.
Una inmobiliaria green debería adoptar el compromiso, tanto con vendedores (captación) como compradores, de que todas sus propiedades a la venta se presentarán con al menos un proyecto de mejora de eficiencia energética al comprador y mostrarle las ventajas ecológicas y económicas que supondrían.
En función de las características de cada propiedad, cada inmobiliaria debería estar conectada con proveedores que coticen proyectos de placas fotovoltaicas, Aerotermia, Aislamientos, Geotermia, enchufes eléctricos, de modo que cada vivienda a la venta contara con diferentes presupuestos sostenibles. De este modo, cada comprador tendría la oportunidad de evaluar los ahorros energéticos y CO2 de cada proyecto, su coste estimado y los periodos de amortización de cada uno de ellos.
¿Hipoteca Verde?
Cuando pensamos en hipotecas y si encima le añadimos el apellido verde, solo podemos imaginar préstamos con muchos ceros a devolver en décadas. Sin embargo, en Gibobs, tenemos comprobado que los costes de los proyectos ECO implementados en propiedades aumentan los valores de tasación de las propiedad en más del doble del coste de contratación.
En definitiva, una operación que además de revertir en beneficios para el planeta también afecta positivamente a nuestro bolsillo. Desde las instituciones públicas como privadas debería haber más apoyo a este tipo de financiación con el objetivo de que no sólo cubra las propiedades libres o con muy bajas emisiones de CO2, sino también, y, sobre todo, aquellas en las que los propietarios contraten proyectos que mejoren la emisiones, especialmente aquellas con altos niveles de contaminación.
Una de las soluciones más eficientes, es la posibilidad de disponer de una bonificación financiera a aquellos clientes que inviertan en sostenibilidad, como poder incorporar los proyectos de mejora dentro de la propia hipoteca.
Convertir una vivienda calificación energética E en C provoca una reducción de emisiones de más del 50%, y si se hiciera a todo el parque inmobiliario, reduciríamos la emisiones de CO2 en más de un 75% e incrementaríamos sustancialmente el valor de estos activos. De esta forma, ¿a qué propietario no le va a interesar que su vivienda sea sostenible?
*** Óscar Bañó es CEO y cofundador de Gibobs Allbanks.