Pues bien. Si tenemos en cuenta que cerca de 85 millones de turistas extranjeros visitaron nuestro país en 2019, que se generaron 176.000 millones de euros -que representan casi el 15% del PIB español- y que cerca de tres millones son los empleos que se produjeron, queda bastante claro que es una actividad a la que hay que mirar, cuando menos, con respeto y más si tenemos en cuenta que se ha convertido en el sector que más riqueza aporta a nuestra economía, por encima de la construcción y del comercio. Estos datos se publicaron meses antes de la pandemia a raíz de un estudio de la Asociación Empresarial World Travel&Tourism Council (WTTC).

Cadenas hoteleras, aerolíneas, turoperadores, agencias de viajes, empresas proveedoras de servicios, alojamientos rurales, transportes de corto y medio radio, compañías de cruceros -uno de los grandes olvidados-, restaurantes, comercios, eventos de todo tipo y un sinfín de sectores que conforman esa máquina bien engrasada que es el Turismo, han sufrido un enorme varapalo y empiezan todas ellas a ver la luz al final del túnel. Sin olvidar que algunas se han quedado por el camino al no poder aguantar tantos meses sin ingresos.

En la industria turística, como en muchos otros sectores de la economía se requiere en la actualidad de empresas globales, que tengan una masa crítica y un tamaño suficiente para operar a escala mundial. Es los que exigen los mercados.

En la industria turística se requiere de empresas globales, que tengan una masa crítica y un tamaño suficiente para operar a escala mundial

En este sentido, asistimos hace poco al lanzamiento de Soltour Travel Partners, noticia que ha supuesto una revolución en el sector de los turoperadores y un impulso para estimular la recuperación de las agencias de viajes, con la alianza del Grupo Piñero y Smytravel -el turoperador online de Logitravel-, que con la solidez y trayectoria de Soltour, líder en el segmento vacacional en España y Portugal, han apostado firmemente por la digitalización y la adaptación a los nuevos hábitos de los consumidores.

Con ello, están protagonizando la recuperación del sector turístico en España, fomentando las inversiones hoteleras en el ámbito nacional e internacional, con destinos muy consolidados como el Caribe, donde sólo en la República Dominicana, la inversión hotelera española supera el 65% de toda la oferta hotelera del país.

Con una cifra de negocio en 2019 de 330 millones de euros - 200 de Soltour y 130 de SmyTravel- en España, Portugal e Italia, Soltour Travel Partners se ha convertido en el segundo grupo de la turoperación, sólo por detrás de Barceló, tras su alianza con Globalia (Avoris-Globalia).

Pero hay una incorporación a tener en cuenta. Y es que SmyTravel Cruises -con acuerdos con todas las navieras de cruceros-, es un buscador de destinos donde puedes elegir puertos y ciudades preferentes para organizar los paquetes a medida que mejor se ajusten a los deseos de los consumidores directos. Producto novedoso que ofrece esta alianza y que ayuda y contribuye a la recuperación de la industria de los cruceros, la más azotada, sin duda, por la pandemia a nivel global.

En España, sin ir más lejos, no se ha levantado la prohibición de la llegada de los cruceros a nuestros puertos hasta el 7 de junio, cuando los países de nuestro entorno ya habían empezado a operar, cumpliendo estrictamente los protocolos sanitarios, con PCR antes de embarque y desembarque y 3 antígenos a bordo, con camarotes aislados por si hubiera algún caso de infección y con todos los servicios a bordo totalmente reformados y personalizados.

Según CLIA, a finales de año, el total de operaciones de las navieras estarán en torno al 50%, con lo que la recuperación en este sector va a ser notablemente más lenta que en el resto de subsectores turísticos.

Volviendo de nuevo a República Dominicana, -ya que según las tendencias de ahora, lo más demandado para este verano son destinos nacionales y Caribe- este país lanzó el Plan de Recuperación del Turismo Responsable. Un documento impulsado por su ministro de turismo David Collado y a través de cual se decidió vacunar al 100% del personal dedicado a cualquier actividad relacionada con el ámbito turístico, con precisos protocolos sanitarios y un Plan de Asistencia de Salud para cubrir los gastos ocasionados en el destino si se produjera un contagio.

Me da la impresión de que el estímulo a las empresas turísticas nace de ellas mismas, de sus proyectos, de sus ganas de mejorar y de emprender, de creer a pies juntillas en la fuerza de nuestra industria.

Y me sigue dando la impresión de que lo hacen ajenas a una hoja de ruta marcada por parte de las Administraciones, que a veces pierden de vista el potencial real de nuestras empresas vinculadas al sector del turismo, con un porcentaje de empresas familiares más que notable y una generación de empleo y de ingresos que afecta a toda la cadena de valor. 

Somos una potencia mundial. Ese es un hecho indiscutible. Que podríamos debatir sobre si en algunos destinos locales se podría elevar el producto de cara a fidelizar a medio y largo plazo con garantías y preparados para la fuerte competencia de países cercanos como Croacia, Grecia o Turquía. Bien.

Pero que nuestra oferta hotelera, nuestros itinerarios de crucero, nuestro atractivo de zonas urbanas, rurales, de costa, de interior, de oferta cultural en cualquier punto de nuestro país, nuestros transportes y demás servicios que ofrecemos son de una altísima calidad, no se puede poner en duda. Es más, es una de nuestras mejores caras en el exterior. Y queridos lectores, creo que es nuestro deber cuidarlo, respetarlo.

*** Eva Miquel Subías es socia directora aWp Services y consultora de puertos y logística.