Invertir en criptomonedas ante la ola de los 'millennials'
La teoría de la inversión financiera generacional indica que hay que seguir los activos digitales.
Llevo más de 20 años en la industria financiera internacional trabajando principalmente en países europeos. En Alemania, conocí la teoría de la inversión financiera generacional que me ha llevado a interesarme en los activos digitales.
Las inversiones financieras generacionales se basan en ciclos de aproximadamente 20 años liderados por una generación. Cada generación líder tiene un activo diferenciador. En el caso de la 'Generación X', fue Internet; en el de los baby boomers, el consumo.
Cada uno de esos ciclos generacionales experimenta un período de crecimiento donde la inversión es progresiva hasta alcanzar su punto máximo o peak year, que es aquel en el que su influencia comienza a descender. Por ilustrarlo con un ejemplo, veamos como se desarrollaron los ciclos liderados por los baby boomers y la 'Generación X'.
El primero transcurre entre 1981 y 2000, y tiene como principal activo de inversión el consumo: es el momento de grandes empresas como WallMart o Home Depot. Tras 20 años, la inversión inicial de 1.000 dólares habría obtenido un valor de 1,17 millones de dólares. Una revalorización similar a la que experimentó internet con valores como Google o Facebook entre 1997 y 2017.
Esto mismo ocurre hoy en día con los millennials y la tecnología blockchain, que según nuestros estudios triunfará entre en este grupo generacional emergente. Su activo financiero principal serán los tokens o activos digitales.
Actualmente estamos al inicio del ciclo, en sentido temporal. Apenas llevamos tres o cuatro años de desarrollo. Además, la generación millennial no influye todavía en el precio del bitcóin. La mayor parte del capital invertido en BTC y criptodivisas pertenece todavía a la Generación X. Falta la oleada definitiva.
El momento en el que los millennials cuenten con un mayor poder adquisitivo crecerá la influencia de revalorización de estos activos. Hay que esperar un tiempo a que alcancen mejores puestos de trabajo y por tanto aumenten sus ingresos. Otro factor clave también será el traspaso de riqueza intergeneracional.
Según Forbes, nos encontramos en un momento histórico, el de mayor transferencia de dinero que ha existido en la historia. Los 68 trillones de dólares que poseen los baby boomers serán gradualmente transferidos a sus hijos en los próximos años. Estos hijos, millennials en su mayoría, serán los próximos inversores y no dudamos que una gran cantidad de esa riqueza se destinará a las criptomonedas.
Los 68 trillones de dólares que poseen los baby boomers serán gradualmente transferidos a sus hijos en los próximos años
Lo que está claro es que el boom de las criptomonedas no tiene marcha atrás. Estos activos tienen mucho recorrido por delante hasta alcanzar una valoración más equilibrada -su capitalización sólo representa hoy alrededor del 10% del valor total del oro, con el que, según muchos expertos, puede competir como valor refugio- respecto al resto de grandes segmentos de inversión como la Bolsa, la renta fija o la vivienda.
Estimamos que este ciclo de blockchain durará hasta el año 2038 y que, en 2028, el valor del bitcóin podría alcanzar los 500.000 dólares. Para su buen desarrollo, la volatilidad es un factor clave, pero lo verdaderamente importante es saberlo gestionar.
A medida que el mercado vaya madurando y los activos digitales tengan una regulación clara, irá reduciéndose el nivel de volatilidad. Para 2035 será similar al del S&P 500. En ese momento, blockchain y activos digitales serán algo común, como lo es Internet ahora para cualquier persona. El desarrollo normativo es la vía clave para que se convierta en una tecnología de uso mayoritario.
Esto no quiere decir que se mantengan las mismas criptodivisas, lo más seguro es que el 95% de las que componen el mercado actual habrán desaparecido, como lo es que los futuros unicornios todavía no se han presentado.
A día de hoy, lo que está claro es que el mercado de activos digitales está dividido en tres grandes grupos: propiedad digital, plataformas digitales y aplicaciones descentralizadas. Previsiblemente prevalecerá este último, pero mientras tanto invertir exclusivamente entre aquellos 20 más demandados es una forma eficaz de ganar posiciones y experiencia. Es un buen método para anticiparse a un relevo inversor generacional que se viene cumpliendo con precisión matemática cada veinte años.
*** Alberto Gordo, CEO de Protein Capital.