El mundo en el metaverso, España en su "miniverso"
La mejor -y única- forma de invertir en el metaverso es utilizando fondos de tercera generación, los ETF, que aquí no se pueden comercializar entre minoristas.
Mientras el mundo de los negocios se lanza al metaverso, España se encierra en su "miniverso". Y si como inversor piensa usted que esas cosas del futuro no le afectan, léase por favor este artículo.
España llegó tarde a la revolución industrial y las consecuencias todavía perduran. Más recientemente, la indolencia de nuestros políticos hizo que también llegáramos tarde a la revolución digital. Las consecuencias bursátiles las estamos pagando ahora mismo. En los últimos diez años, el S&P500 le ha sacado más de un 200% de ventaja al Ibex 35 y el índice tecnológico Nasdaq le ha sacado un 600%. Está claro que llegar tarde, mal y a rastras a los grandes cambios económicos tiene consecuencias bursátiles.
Ahora llega el metaverso y nos vamos a volver a quedar fuera. ¿Por qué? Porque la prioridad económica española no es fomentar el empresariado, es fomentar el funcionariado. No se trata de apoyar a pymes y autónomos, sino de aumentar sus impuestos, sus regulaciones y sus cargas burocráticas. Y eso no facilita precisamente la creación de compañías tecnológicas punteras.
¿Y que es el "metaverso"? Pues es Internet elevado a la 10ª potencia. Si Internet es un espacio de intercambio de información, mensajes, vídeos o audios y su expresión más avanzada son las videoconferencias, el metaverso es la creación de un mundo virtual completo.
Hoy en día la mejor -y única- forma de invertir en el metaverso es utilizando fondos de tercera generación, los llamados ETF
No tengo espacio para explicarlo en detalle y además no es el objeto principal de este artículo, pero háganse a la idea de que ustedes podrán tener reuniones casi físicas, realizar transacciones financieras y comerciales de todo tipo y casi todo lo que hacen actualmente en la realidad física con solo ponerse unas gafas parecidas a las que llevamos normalmente.
Y, ojo, no digo que esto esté bien o mal o que sea bueno o malo para la humanidad: digo que es uno de los cambios tecnológicos más importantes en muchos años y que es una mala señal para nuestra bolsa que nuestros políticos estén a otras cosas.
Quedarnos en nuestro "miniverso" no sólo nos dejará fuera del metaverso, también nos aleja de participar en negocios como la computación en la nube, la Inteligencia Artificial y, por supuesto, la tecnología blockchain, porque todo va íntimamente unido, todo lleva a la creación de un mundo paralelo del que los españoles no nos beneficiaremos. Ya lo dijo aquel filósofo en un mal día: "Que inventen ellos". Y así nos va.
Pensar que una actuación planificada por el Estado es la solución es olvidarse de que lo que llevó a Estados Unidos a liderar la revolución digital fue Silicon Valley, no un plan quinquenal comunista. Ni siquiera en China es el Estado el que decide qué empresas tecnológicas concretas van a tener acceso a más recursos.
Ponerles barreras a los ETF en general tiene como efecto secundario que no podamos participar ni siquiera como inversores pasivos en el gran negocio tecnológico del futuro
Pero el ejemplo más sangrante de todo lo anterior lo tenemos precisamente en el mundo de la inversión. Hoy en día la mejor -y única- forma de invertir en el metaverso es utilizando fondos de tercera generación, los llamados ETF (fondos cotizados). Y, como es lógico, los mejores ETF para invertir en el metaverso son norteamericanos.
Pero, qué casualidad: aquí esos ETF no se pueden comercializar entre inversores minoristas. Y si alguien pudiera hacerlo se activaría la segunda barrera de entrada, que es que, aunque los ETF son tan fondo de inversión como cualquier fondo tradicional, no tienen las ventajas fiscales de los fondos de inversión tradicionales, lo que limita su atractivo para el público en general.
¿Y estas barreras, por qué? Pues porque, además de ser mejores en todo que los fondos tradicionales y llegar a mercados a los que no llegan estos, los ETF son mucho más baratos. Eso significa que dejan mucha menos comisión a los distribuidores, es decir a bancos, sociedades de valores y asesores financieros no independientes.
Así, ponerles barreras a los ETF en general tiene como efecto secundario que no podamos participar ni siquiera como inversores pasivos en el gran negocio tecnológico del futuro. Como dicen los anglosajones; hay que mirar las señales escritas en la pared. Y las de nuestra pared son muy malas de cara a invertir en bolsa española.
*** Víctor Alvargonzález es asesor financiero independiente y socio fundador de Nextep Finance