La geopolítica endurece el riesgo del mercado de divisas
La creciente crisis entre Rusia y Ucrania está teniendo un gran impacto en la actualidad, pero no es el único conflicto a tener en cuenta: las conversaciones nucleares entre EEUU e Irán y las maniobras militares entre China y Taiwán se unen a él y conforman el trío principal de riesgos geopolíticos de cara a 2022 a medida que las preocupaciones por ómicron, como todo parece apuntar y queremos pensar, se vayan desvaneciendo. Unas tensiones geopolíticas que, sin duda, afectarán a los mercados financieros globales en general y, en particular, al mercado de divisas (FX), y que analizamos a continuación.
Uno de los puntos calientes viene dado por el conflicto entre Rusia y Ucrania, en el que la tensión crece, y puede intensificarse aún más a lo largo del año. En cualquier caso, y aunque creemos que dada la gran presión internacional es poco probable que se produzca una invasión a gran escala, Putin podría seguir tratando de desestabilizar a Ucrania, intimidar a la OTAN y forzar más concesiones en las conversaciones para poner fin a los combates en el Donbás.
Si las tensiones siguen en escalada es muy probable que se produzca un importante impacto en los mercados regionales de divisas, con el rublo liderando las pérdidas debido a las sanciones y los controles de capital que están siendo impuestos por los aliados occidentales.
Por otro lado, la mayor asiduidad de ejercicios militares de China cerca de Taiwán ha hecho que se plantee en muchos foros la cuestión de si una invasión a gran escala está en la agenda de 2022. Al igual que en el caso de Rusia y Ucrania, un ataque real podría tener graves repercusiones económicas para China, ya que, sin duda, iría seguido de duras sanciones por parte de EEUU, su principal socio comercial.
Dado que China depende en gran medida de EEUU, tanto para las exportaciones como para las importaciones, es poco probable que asuma un riesgo tan elevado, especialmente a medida que madura su perfil de crecimiento interno.
Además, la logística hace difícil una invasión total: en un informe presentado a los legisladores, el Ministerio de Defensa de Taiwán declaró que la capacidad de transporte de China era actualmente limitada, y que no podría desembarcar todas sus fuerzas de una sola vez. China tendría que depender de naves de desembarco, que requieren instalaciones portuarias, y de aviones militares de transporte, que necesitarían aeropuertos.
Según el referido ministerio, "los militares de la nación defienden con fuerza los puertos y aeropuertos, y no será fácil ocuparlos en poco tiempo. Las operaciones de aterrizaje se enfrentarán a riesgos extremadamente altos".
En caso de que las tensiones entre las dos naciones se intensifiquen más rápidamente de lo que lo han hecho hasta ahora, habría más probabilidades de que esto se filtre al sentimiento general de riesgo de los mercados en comparación con la situación latente entre Rusia y Ucrania, ya que la recuperación económica mundial depende de la producción de China.
La recuperación económica mundial depende de la producción de China
La reacción de aversión al riesgo provocará entradas de dólares estadounidenses, probablemente en mayor cantidad que durante la guerra comercial entre EEUU y China en 2018, dado que estaría en juego algo más que las restricciones comerciales. En el caso de las sanciones, es más probable que estén relacionadas con las importaciones y exportaciones, ya que hay menos posibilidades de imponer sanciones al acceso de China al mercado de capitales en relación con Rusia, dada la dependencia mundial del crecimiento de China y las grandes tenencias chinas de activos estadounidenses.
Aunque las sanciones financieras son poco probables, el impacto en el riesgo global puede ser grande si las tensiones entre China y Taiwán se intensifican, dadas las recientes entradas en activos chinos que podrían revertirse agresivamente a medida que el sentimiento de riesgo se deteriore.
Finalmente, por lo que respecta al conflicto entre EEUU e Irán, es probable que las negociaciones en torno a la relajación de las sanciones y la reactivación del acuerdo nuclear se prolonguen hasta bien entrado el año. Las tensiones entre ambos países se han agudizado recientemente en medio de las negociaciones, ya que Irán pidió más concesiones en las últimas propuestas con las que EEUU no está de acuerdo.
Las primeras conversaciones formales sobre cómo restablecer el acuerdo nuclear de 2015 se suspendieron el pasado mes de diciembre, con la advertencia de Europa de que Irán había dado marcha atrás en todos los avances diplomáticos anteriores y había acelerado su programa nuclear. Tras un estancamiento de varias semanas, se reanudaron a primeros de enero y, a tenor de las informaciones que se están recibiendo, parece que están haciendo modestos progresos.
Los negociadores se reúnen una y otra vez, y aunque las conversaciones no han mostrado un avance suficiente para que los mercados respondan de forma significativa, podrían crear grandes incertidumbres para las perspectivas del crudo en 2022. Si la reanudación del acuerdo fuera acompañada de una flexibilización de las sanciones, se desencadenaría la volatilidad no sólo de las materias primas, sino de otros activos, por ejemplo las divisas vinculadas al petróleo.
Encaramos un año complejo y habrá que hacer un seguimiento muy cercano de estos riesgos con un más que probable impacto en el mercado de divisas.
*** Ima Sammani es analista de Mercado FX en Monex Europe