El acuerdo Rusia/Ucrania para exportar cereal y productos agrícolas en plena guerra recuerda aquello de business are business ¡Una cosa es la guerra con sus muertes y destrucciones y otra los negocios! ¡Los negocios son los negocios!
Se pueden matar contendientes y civiles, se pueden destruir instalaciones militares y particulares ¡Ahora bien, parar el negocio, eso no!
Porque, además esas exportaciones son en parte un arma político-económica. El ministro de exteriores ruso, Sr. Lavrov está de gira en África. Lo mismo que el presidente Macron de la República francesa. Son intentos para mantener la influencia que se tuvieron en la época de la guerra fría.
¿Qué pueden ofrecer cada uno de ellos?
En el caso ruso ayuda militar a gobiernos corruptos poco legítimos y comida para que sus poblaciones no mueran de hambre. Son conocidas las operaciones con los mercenarios del Grupo Werner detrás del cual se sospecha que está la propia presidencia rusa.
El presidente francés ofrece, más o menos, lo mismo, aunque en nombre de la democracia occidental y con su ejército regular acantonado en las ex-colonias francesas.
Las exportaciones son en parte un arma político-económica
En todo caso, lo que si parece es que Putin tiene una concepción total de la guerra. Todo lo que sirva para ayudarle será utilizado. Si tiene que exportar cereales para obtener votos en la ONU en corruptas naciones africanas evitando unanimidades en su contra: lo hará.
También si el negocio del gas puede servir a Rusia para reducir la ayuda de la UE a Zelensky. Por eso amenaza con hacer pasar un otoño/invierno duro a los países de centro-Europa. Putin quiere convertir la calefacción, o mejor dicho su falta en el invierno europeo, en arma de presión. Conseguir que las poblaciones de los estados como Alemania presionen para que cese la ayuda a Ucrania.
Pero Putin también sabe que al enemigo, si no lo puedes aniquilar, tienes que darle una salida. Eso es lo que está buscando. Una situación en la que él pueda ofrecer triunfos militares a sus ciudadanos y mantener el negocio del gas en el futuro con Europa. Una situación en la que la UE pueda salvar la cara con un armisticio y seguir comprando gas a Rusia. Porque, lo mismo que en los cereales, en el gas, business are business.
Ese armisticio supondría el reconocimiento de la influencia rusa en la Ucrania del este y el sur. También la neutralidad de la Ucrania del oeste, que pudiera asociarse con la UE de alguna manera, pero sin adherirse a la OTAN.
Incluso, podría buscar que el puerto de ODESA de gran importancia comercial y, por tanto, geo-estratégica, llegue a tener una administración conjunta ruso-ucraniana. Porque, al fin y al cabo, business are business ¿No cuadra eso con el acuerdo de Ankara, patrocinado por Erdogán, el moderno sultán turco, miembro de la OTAN?
Cómo ha ocurrido en gran parte de la historia las guerras también tienen causas y consecuencias económicas. Los imperios establecen ingresos fiscales en los territorios abducidos. Rusia y la UE son dos modernas versiones de ellos. Rusia con deriva autocrática exaltando la identidad nacional. La UE con versión democrática basada en intereses comunes. No hay que olvidar que la UE se inició con la CEE (Comunidad Económica Europea).
En todo este juego EEUU, y su presidente, también saben que business are business. Su industria armamentística está vaciando sus almacenes, produciendo y probando nuevas armas. Todo ello sin que Biden reciba los molestos ataúdes forrados con la bandera de las barras y las estrellas. Todo ello cuando el fracking americano (anti-ecológico para los europeos) lo exporta a buenos precios porque business are business.
¿Cómo va Putin a negociar con EEUU un final honroso? Apoyándose en China. Una China que necesita de EEUU como proveedor y cliente y viceversa. El principal tenedor de bonos americanos siempre ha sido China y que el comercio entre ellas fructífero.
Putin espera que la fuerza del business are business haga que todos tengan más que perder que ganar con un guerra larga y pueda acabarla pronto sacándole provecho propio ¿Lo conseguirá?