Esta vez, las elecciones en EEUU pueden afectar a las Bolsas
El revulsivo de las 'midterm' pueden ser una oportunidad para mejorar la política de Biden en un momento en el que la Fed no puede luchar sola contra la inflación.
En las oficinas de una famosa gestora de fondos norteamericana en Londres, en el suelo de la sala dedicada al análisis técnico, hay un enorme gráfico del Dow Jones. En él se señalan las distintas presidencias. Pero, cuando te explican por qué están ahí, aclaran que no es por su influencia, sino todo lo contrario: un análisis detallado lleva a la conclusión de que han tenido mucha más importancia en la evolución del Dow la Reserva Federal, los cambios tecnológicos o los shocks inflacionistas que quién fuera presidente de los EEUU.
Lógicamente hay excepciones. Las presidencias de Reagan y Clinton afectaron muy positivamente a la economía y a las bolsas, pero no tanto por ellos mismos, sino porque supieron potenciar y dejar que trabajaran las grandes tendencias económicas y tecnológicas de su época. En el caso de Reagan, también porque al inicio de su presidencia apoyó sin fisuras al presidente de la Reserva Federal en su lucha contra la inflación.
Ahora llegan las elecciones de 'medio término', donde se eligen congresistas y senadores. Evidentemente, no se elige al presidente, pero al final siempre son en mayor o menor medida un plebiscito sobre la política nacional. Y en esta ocasión, el resultado sí que afectará a la evolución de los mercados.
El partido demócrata ha jugado la baza de la ideología, dando prioridad a la defensa del aborto, la agenda woke y el peligro para la democracia que –dicen- suponen los republicanos. El partido republicano se ha centrado en la economía y en la inmigración, con especial énfasis en la inflación.
"El partido republicano se ha centrado en la economía y en la inmigración, con especial énfasis en la inflación"
Y también ha hecho algunos avisos en lo referente a gastar 60.000 millones de dólares en una guerra en Ucrania cuando la inflación y la subida de tipos empiezan a hacer daño en los bolsillos de los norteamericanos. Una cifra que seguirá aumentando si el conflicto se sigue enquistando.
Si el partido demócrata tuviera un mal resultado, lo más lógico es que cambiara sus prioridades y diera más importancia a las cuestiones económicas que a las ideológicas. Y eso, en esta ocasión, sí que sería importante para los mercados. Si por el contrario, el resultado les es favorable veremos menos cambios en ese sentido.
Si hubiera un cambio de prioridades seguramente incluiría hacer frente a que la Reserva Federal no puede por si sola con la inflación. Simple y llanamente carece de capacidad de influencia sobre algunos de los elementos más importantes de la configuración actual de la misma. De hecho, unos de los factores inflacionistas más importantes han sido la energía y los alimentos, que tienen mucho más que ver con el efecto rebote de las sanciones que con la política monetaria.
Si echas del mercado al mayor productor de materias primas del mundo, que además es el primero de gas y el segundo de petróleo, es lógico que suban las materias primas, el gas y el petróleo. Y que luego eso se traslade a toda la economía.
Qué duda cabe que la primera parte de la inflación actual tiene como origen los cuellos de botella en la salida de la pandemia y los excesos monetarios de la Reserva Federal, pero ahora mismo la oferta monetaria (M2) está por los suelos y la Fed está en modo restrictivo.
Una negociación o un alto al fuego en Ucrania tendría efectos muy beneficiosos sobre la inflación, porque los mercados tienden a descontar eventos futuros y saben que, en caso de negociación o alto al fuego, tarde o temprano el tema de las sanciones estaría sobre la mesa, entre otras cosas porque están siendo mucho más dañinas en Europa y en el tercer mundo que en la propia Rusia. Y qué duda cabe que quien va a decidir si se negocia o no es EEUU, por mucho que digan que es una decisión de Ucrania.
El cambio sería importante porque pasaríamos a un escenario totalmente distinto en lo que se refiere a los precios del gas, del petróleo, de los productos alimenticios y de todas las materias primas. Pasaríamos de una contracción de la oferta a un exceso de oferta.
Imagínense, ahora que Europa ha llenado sus tanques de cara al invierno y Rusia ha organizado todo un sistema de distribución y exportación de petróleo paralelo (a través de países que no aplican sanciones). O la liberación de las toneladas de grano y fertilizantes que están inmovilizados en silos y almacenes en Ucrania o Bielorrusia y que podrían salir al mercado de forma instantánea.
"La economía es un estado de ánimo, y ver al comandante en jefe más centrado en la economía y menos en otras cuestiones da confianza"
Pero siendo la posibilidad de que se abra una eventual negociación en Ucrania un efecto importante en caso de derrota demócrata, no lo es menos el cambio de prioridades. Como dijo alguien, la economía es un estado de ánimo y ver al comandante en jefe más centrado en la economía y menos en otras cuestiones da confianza, en este caso a los agentes económicos y las bolsas.
Podríamos ver cómo se levantan restricciones a la exploración petrolera o como se toman otras medidas que ayuden a contener la inflación, y que la Administración no se limita a la a dejar el problema en manos de una Reserva Federal que, como decimos, en esta ocasión no puede influir en todos los factores que están generando inflación.
No será la primera vez que el hecho de tener una situación más difícil en las cámaras mejora la política de la presidencia. Es como un revulsivo que, por ejemplo, le vino muy bien a Bill Clinton. A lo mejor es que los grandes presidentes saben utilizar a su favor este tipo de revulsivos. Veremos si se confirma en el caso de Biden en el caso de que los demócratas tuvieran un mal resultado en las 'midterm'.
***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.