Subidas de precios en un supermercado.

Subidas de precios en un supermercado. Europa Press

La tribuna

La confusión que rodea al crecimiento del PIB

Los datos muestran que la inflación está ya presente en toda la economía española en un contexto repleto de riesgos y sin haber recuperado el PIB previo a la pandemia.

3 febrero, 2023 02:26

Si cualquiera se pregunta cómo va la economía, el primer dato al que acude es el Producto Interior Bruto (PIB), que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta magnitud, el PIB, es la más importante de la macroeconomía, y es una estimación, lo que significa que se revisa, y más en estos tiempos confusos y convulsos. Pero, incluso sin tener eso en cuenta, las lecturas de una sola cifra también son variadas.

El PIB de España fue de 1.328.922 millones de euros, un 10,1% superior al de 2021. En términos de volumen, el PIB registró un aumento del 5,5%. Sin embargo, en términos interanuales, el PIB real sólo creció un 2,7%. Todos estos datos son anuales, sin embargo, en el cuarto trimestre, la economía sólo creció un 0,2%.

Para concluir, en el último trimestre cayeron el consumo de los hogares y la inversión. El PIB sólo se mantuvo por el aumento del consumo público. Sin entrar en otras consideraciones, como hay que reducir el déficit público, el crecimiento del PIB no puede estar basado sólo en el aumento del consumo público, que compense la caída del consumo e inversión privada, porque no es sostenible, o no lo es, sin una subida masiva de impuestos, que por supuesto, impactaría negativamente en el crecimiento. 

"Como hay que reducir el déficit, el crecimiento del PIB no puede estar basado sólo en el aumento del consumo público porque no es sostenible"

España todavía no ha recuperado el PIB real que teníamos en el último trimestre de 2019, antes de la pandemia, aunque ya estamos muy cerca. Este hecho tiene varias explicaciones, como el mayor impacto de la Covid-19, o el mayor peso del sector turístico.

Sin embargo, algunos achacan este hecho a que el "INE se equivoca calculando el PIB". En general, parece que, si crecen más que el PIB tanto los beneficios de las empresas como los salarios y, al mismo tiempo, la recaudación de impuestos, el PIB debería ser superior. Algo de esto hay, y precisamente por eso, el INE ha ido actualizando el PIB al alza.

Por supuesto, el INE no es infalible, pero es con mucho, la mejor aproximación que tenemos, y también la menos sesgada. Por supuesto, los errores de estimación son superiores cuando hay un cambio estructural importante como el que ha sucedido con la economía, en el mundo entero, con la pandemia. Precisamente por eso, es importante esperar que los datos se vayan confirmando, ya que los errores en los avances son mayores que en los datos definitivos.

"El INE no es infalible, pero es con mucho, la mejor aproximación que tenemos, y también la menos sesgada"

De todas formas, todas estas magnitudes, salarios, beneficios o recaudación de impuestos se miden en euros corrientes. Esto quiere decir que se ven afectadas, de una forma u otra, por la inflación. Esto quiere decir que parte de este crecimiento del PIB son precios. Probablemente, el dato menos comentado del PIB, quizás porque es el que menos se entiende, es el de su deflactor implícito. Pues bien, en el cuarto trimestre, el deflactor del PIB aumentó un 5,2%, lo que suponen 7 décimas más que en el trimestre precedente.

Este dato contrasta con la tasa de inflación, tanto porque es inferior, como porque se está acelerando en el último trimestre, mientas que la inflación se estaba reduciendo.

"La inflación se está generalizando, y aunque tiene un origen externo, ya está en toda la economía"

Lo que indica el deflactor implícito del PIB es al precio medio al que se está produciendo en España. El Índice de Precios al Consumo (IPC) lo que indica es el nivel de precios al que se enfrentan los consumidores de bienes y servicios, y una parte de ellos son importados. Lo que está ocurriendo es que, aunque algunas importaciones, básicamente gas y petróleo están reduciendo sus precios, al mismo tiempo, los precios internos están aumentando: la inflación se está generalizando, y aunque tiene un origen externo, ya está en toda la economía.

Este aumento nominal del PIB tiene bastantes implicaciones. Por ejemplo, probablemente la presión fiscal esté aumentando menos aún que algunas previsiones, ya que la recaudación aumenta, pero también el divisor que es el PIB nominal.

[Opinión: Una foto clara de la presión fiscal. Por Francisco de la Torre]

Por otra parte, este crecimiento de la recaudación y correlativamente de la presión fiscal tenía fundamentalmente tres ejes: crecimiento real, inflación, y reducción del fraude fiscal y economía sumergida (estimado por residuos o diferencias). Evidentemente, si tenemos más inflación en el PIB más parte del incremento de la presión fiscal proviene de la inflación, y menos del crecimiento y de la lucha contra el fraude.

La segunda implicación es que cuando se generaliza e "internaliza" la inflación, lo que cabe esperar es que continúe el endurecimiento de la política monetaria. En toda Europa, aunque parece que la inflación general se estabiliza, la inflación subyacente, que excluye alimentos frescos y energía, se incrementa.

Por eso, el BCE no va a tener más remedio que aumentar los tipos de interés, y probablemente extender su política de ir reduciendo el balance, disminuyendo la cantidad de dinero en la economía. Este endurecimiento de las condiciones financieras tendrá, inevitablemente, un efecto negativo en el consumo y en la inversión.

Hay otras implicaciones como el "reparto del PIB" entre remuneración de los asalariados, excedente bruto de explotación e impuestos a la producción y a las importaciones. Aquí estamos volviendo a una estructura similar a la que había antes de la pandemia, restaurándose márgenes empresariales con un menor crecimiento de los salarios. Pero de eso, del número de horas trabajadas, y de otro factor importante y poco comentado, la productividad, hablaremos otro día.

En términos de crecimiento, 2022 fue un año muy desigual: hay un importante crecimiento en el segundo trimestre, pero a partir de ahí, el crecimiento ha ido a la baja, aunque no se ha producido el desplome que algunos vaticinaban.

Aun así, los riesgos se van acumulando, y están pasando de la energía, a la inflación generalizada, que ya ha está impactando en el consumo, y a las subidas de tipos de interés y el endurecimiento de la política monetaria, que ya está impactando en la inversión. Estamos experimentando el impacto económico tanto de una crisis energética, como también de parte del coste económico de la pandemia que se pudo diferir. De ambas cuestiones se sale, pero es iluso esperar hacerlo a corto plazo y sin que suponga sacrificios.

*** Francisco de la Torre Díaz. Economista e inspector de Hacienda. 

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