Sin embargo, los fundamentos de la economía española y la gran capacidad de adaptación de las empresas están acelerando el cambio de modelo productivo. La nueva economía está dando paso a la industria 4.0, y son los sectores de servicios avanzados los que adquieren cada vez más relevancia.

El peso de los sectores de servicios de alto valor añadido como las tecnologías de la información y comunicaciones, los servicios financieros, profesionales y científicos y los servicios públicos sanitarios, educativos y sociales van ganando peso. Desde 2019 viene aumentando el valor añadido bruto que generan (véase cuadro adjunto) y con ello, su contribución al PIB. Otro tanto sucede con el empleo, que se concentra en esos sectores de servicios basados en el conocimiento y la tecnología, de mayor valor añadido. Por ejemplo, en sector TIC los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo han crecido un 20,65% y los empleados en actividades profesionales, científicas y técnicas un 8,69%.

Evolución del Valor Añadido Bruto y el empleo entre segundo trimestre de 2019 y segundo trimestre de 2023, en Industria y Servicios Fuente: Elaboración propia a partir de INE, Contabilidad Nacional Trimestral.

El cambio de modelo también se percibe cuando se analiza la creación de empleo por ramas de actividad. Según los últimos datos de la EPA del segundo trimestre de 2023, en el último año las actividades profesionales científicas y técnicas son las que más han impulsado el empleo, con un incremento del 12% en sus trabajadores, respecto a un crecimiento medio del total del empleo del 2,9%. Todo ello está permitiendo mejorar la composición del empleo y ahora queda pendiente el reto de que esa transformación de la producción y el empleo redunde en mayores cotas de productividad.

El fuerte crecimiento de la facturación de las empresas con tecnología alta y media alta, según la Estadística Estructural de Empresas y Estadística sobre Actividades de I+D que elabora el INE, está en línea, además, con nuestros progresos en el índice de sociedad y economía digital de la Unión Europea. Según los últimos datos, referidos al año 2021, las exportaciones de productos de alta tecnología aumentaron un 39,6%, mientras que las importaciones un 28,6%.

Entre las fortalezas del sector exterior de la economía española destaca el mayor protagonismo que cada vez adquieren los servicios no turísticos, entre los que se encuentran los servicios empresariales (consultoría, ingeniería, ...) cuyo saldo neto entre exportaciones menos importaciones ha aumentado un 443% entre 2019 y 2022, los servicios financieros, los personales, culturales y recreativos servicios y los de telecomunicaciones, informática e información (véase cuadro adjunto).

Evolución del Comercio Internacional de Servicios entre 2019 y 2022 Fuente: Elaboración propia a partir de INE, Encuesta de Comercio Internacional de Servicios

Toda esta transformación de modelo productivo se produce en una coyuntura muy complicada, marcada por la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis de inflación. La gestión a estos problemas económicos, tanto desde la Unión Europea como desde el Gobierno de España, ha sido bien distinta en comparación con la respuesta a la crisis financiera de 2008. Ahora, en vez de la austeridad a ultranza, se ha dotado de recursos económicos a los Estados para llevar a cabo las transiciones digital y verde mediante los Fondos Next Generation UE.

Esperemos que tras el despliegue completo de los fondos europeos se acelere este cambio de modelo productivo, propiciando una economía basada en el conocimiento, la investigación y la innovación. Centrando la economía en los sectores con gran valor añadido y un uso intensivo de la mano de obra, mediante la modernización tecnológica y la innovación, así como la formación del capital humano, lograremos niveles más elevados de productividad económica.

*** Mónica Melle Hernández es consejera de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid y Profesora de Economía de la UCM.