El almacenamiento de energía de larga duración aporta seguridad al futuro energético
Ahora que España ha asumido la Presidencia del Consejo Europeo y está a punto de elegir un líder tras las elecciones generales, lo que ocurra a continuación es crucial no sólo para España, sino para Europa en su conjunto.
Las prioridades energéticas de España están claras tras haber subido su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al 32% para finales de la década. Objetivo que se conseguirá principalmente mediante un aumento de 56 GW en energía solar y de 32 GW en energía eólica.
Mientras el mercado europeo de la electricidad evoluciona para acelerar el despliegue de las energías renovables, reducir los precios de la electricidad y mejorar la estabilidad del sistema, España se sitúa a la cabeza con un nuevo sistema que pretende combinar las energías renovables con 22 GW de almacenamiento de energía de aquí a 2030.
El Gobierno lanza 280 millones de euros para el almacenamiento de energía, incluyendo tecnologías autónomas, térmicas e hidroeléctricas de bombeo.
La aspiración de Pedro Sánchez era que la UE "se convirtiera en un referente en la producción de energía renovable y garantizara la seguridad económica y el liderazgo mundial de la UE para 2030".
Este compromiso con las renovables ha de seguir siendo prioritario para que España y Europa tengan un futuro energético limpio. Para mostrar un verdadero liderazgo y apoyar un aumento de los niveles de energía renovable en Europa y en todo el mundo, España debe seguir centrándose en el despliegue del almacenamiento de energía y, en particular, del almacenamiento de energía de larga duración (conocido como LDES por sus siglas en inglés).
Este tipo de almacenamiento tendrá un impacto transformador en nuestros sistemas de energía que son cada vez más renovables, ya que permite maximizar el uso de energía eólica y solar de manera continuada. Representa una gran oportunidad para alcanzar nuestros objetivos de energía neta cero, y al mismo tiempo aumentar la flexibilidad, la seguridad y la asequibilidad del sistema.
Energías renovables de confianza
LDES se define como almacenamiento capaz de proporcionar energía o calor durante varias horas, días, semanas e incluso meses. Gobiernos y empresas de todo el mundo se han comprometido a invertir más de 52.000 millones de euros en LDES a partir de 2019, mostrando el rápido crecimiento del mercado en los últimos años.
El Plan de Energía y Clima (PNIEC) que ha sido actualizado recientemente incluye un total de 76 GW de capacidad solar fotovoltaica para finales de esta década. España alberga dos de los parques solares más grandes del mundo y tiene un vasto potencial eólico con el mercado eólico marino. Esto significa que España está en una posición única para seguir siendo un líder mundial en energías renovables. El país puede convertirse en un referente para el resto de Europa a la hora de aumentar las energías renovables al ritmo necesario para alcanzar los objetivos de energía neta cero.
Con este objetivo en mente, España ha dado los pasos necesarios para incorporar el almacenamiento LDES en sus planes de futuro, lanzando 280 millones de euros para el almacenamiento de energía, incluyendo tecnologías autónomas, térmicas e hidroeléctricas de bombeo.
Estos fondos, además de 160 millones de euros en subvenciones para proyectos de almacenamiento de energía, tienen como objetivo financiar 600 MW de proyectos que entrarán en funcionamiento en 2026. España es un verdadero líder en almacenamiento de energía de larga duración, y es primordial que continúe su impulso bajo el nuevo gobierno.
El almacenamiento, en particular el de larga duración, es fundamental para la flexibilidad, ya que las energías renovables no pueden cubrir todas las horas del día. LDES proporciona el trasvase de energía necesario para adaptar la carga a la oferta. Es un momento decisivo en el camino hacia la energía neta cero ya que los países están pasando de sistemas energéticos que se apoyan en las energías renovables a sistemas energéticos que dependen de ellas.
LDES no sólo apoya el camino hacia la energía neta cero, sino que ofrece importantes beneficios económicos. Crea empleo verde de nueva generación, activa la economía, fortalece la seguridad energética y proporciona una transición justa y equitativa, conciliando los esfuerzos de conservación y sostenibilidad.
España apuesta por el almacenamiento
España calculó sus necesidades de almacenamiento de acuerdo con los objetivos de descarbonización establecidos en el Plan de Energía y Clima 2021-2030, que fija en un 42% la cuota de energías renovables en el consumo final bruto de energía al final de la década.
Las tecnologías LDES van a ser fundamentales a la hora de garantizar que el ahorro y los beneficios sociales de las energías renovables no se pierdan o se desperdicien por falta de flexibilidad en el sistema energético. La inflexibilidad es el enemigo de los sistemas renovables, ya que puede provocar cortes que aumentan los costes del sistema y desaprovechan la energía renovable.
Si España instala 85 GW más de capacidad de generación renovable de aquí a 2030, algo menos de lo que exige el PNIEC, el 5% de esa generación, o 121 TWh, quedaría restringida sin la flexibilidad necesaria. Esto equivale a casi dos años de consumo doméstico de electricidad en España.
España representa actualmente el 20% de los LDES mundiales, con aproximadamente 5 GWh instalados predominantemente de almacenamiento térmico de energía, y existe una gran diversidad de tecnologías (electroquímicas, mecánicas y químicas) para satisfacer las distintas necesidades comunitarias y geográficas del país.
Los LDES pueden proporcionar electricidad y calor sin contaminar, sustituyendo a las centrales de gas natural actuales y ofreciendo multitud de ventajas adicionales, como el cambio de energía, el apoyo a la variación de la tensión para mantener la estabilidad, el control de la frecuencia, la inercia, la estabilización de la red y mucho más.
Un futuro energético limpio para Europa
Necesitamos más asociaciones público-privadas, subvenciones e inversiones de los gobiernos y convocatorias específicas que ayuden a acelerar la innovación y el suministro.
El planteamiento político inclusivo y ambicioso de España para garantizar un sistema eléctrico y térmico basado en las energías renovables puede servir de modelo para otros países europeos.
Ha llegado el momento de apoyar y ampliar la instalación de almacenamiento de energía de larga duración. Los estados europeos deberían seguir el ejemplo de España y establecer objetivos claros para el almacenamiento de energía de larga duración, con el fin de garantizar que la energía limpia no se desperdicie y que podamos alcanzar los objetivos de energía neta cero de una forma flexible y asequible.
Puede que el futuro político de España y las consecuencias para Europa sean impredecibles, pero el camino hacia las energías renovables 24/7 no lo es.
Hoy en día existen tecnologías que permiten hacer verdaderos avances en el camino hacia la descarbonización global. Para que Europa tenga éxito en este proceso, la instalación de energías renovables debe ir acompañada de un almacenamiento de energía de larga duración.
España y el resto de Europa cuentan con una oportunidad única para adoptar políticas que ayuden a acelerar y desplegar miles de megavatios de energía renovable así como de almacenamiento de energía de larga duración, con el fin de situar a Europa en el camino hacia un futuro energético limpio.
*** Julia Souder, consejera delegada del Consejo de Almacenamiento Energético de Larga Duración y presidenta de la Alianza Mundial de Renovables