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La tribuna

Complejidad económica y sostenibilidad de las exportaciones

El crecimiento sostenible se garantiza si España se centra en los sectores con ventaja competitiva que permitan fortalecer nuestras exportaciones.

6 febrero, 2024 01:55

España, a pesar del contexto internacional de incertidumbre, ha tenido un excelente comportamiento económico, principalmente por la buena evolución del mercado de trabajo y por la robustez del sector exterior. De una balanza por cuenta corriente tradicionalmente deficitaria hemos pasado a encadenar sólidos superávits.

La creación de empleo resiste, principalmente por el tirón del consumo. Salvo los dos breves parones en el inicio del verano y del otoño del año pasado, la aceleración del mercado laboral ha continuado, con casi 40.000 empleos creados desde el 15 de diciembre de 2023 hasta el 15 de enero de 2024, según los datos de afiliación a la Seguridad Social corregidos de estacionalidad y calendario.

Respecto al sector exterior, el empuje del sector turístico está permitiendo contrarrestar el retroceso de las exportaciones de bienes desde la segunda mitad del año pasado. La temporada turística se está extendiendo durante todos los meses del año y el mantenimiento del flujo constante de turistas favorece, además, ese buen comportamiento del mercado de trabajo.

Asimismo, el aumento de las exportaciones de servicios de consultoría, ingeniería, I+D, transporte, tecnologías de la información y las telecomunicaciones, está contribuyendo al superávit comercial -los ingresos por servicios no turísticos han pasado de representar el 5,1% del PIB en 2014 al 7,1% en 2022, y ya suponen el 16,4% de las exportaciones españolas totales de bienes y servicios-.

Sin embargo, las ventas de bienes al exterior presentan un retroceso, ante la desaceleración que vive Europa, que es nuestro principal mercado, sobre todo de componentes y mercancías de sectores importantes como el del automóvil o el del gas natural licuado. Esta caída de las exportaciones ha venido acompañada de un importante descenso de las importaciones, principalmente por la reducción de la factura de petróleo y del gas, mejorando el saldo comercial de bienes.

El empuje del sector turístico está permitiendo contrarrestar el retroceso de las exportaciones de bienes desde la segunda mitad del año pasado

En suma, el superávit en la balanza comercial se debe tanto a la disminución del déficit en la balanza de bienes como al aumento en el superávit de la balanza de servicios.

Sin embargo, un crecimiento económico sostenido sólo se conseguirá si somos capaces de seguir mejorando la competitividad de nuestra economía. Consolidando el cambio de modelo productivo, con empresas exportadoras más eficientes e innovadoras, para que las exportaciones de bienes y de servicios de más alto valor añadido vayan ganando peso. Al mismo tiempo, aumentando nuestra autonomía estratégica, sobre todo en aquellos sectores de interés general, para reducir nuestra dependencia de mercados externos ante la tendencia actual de desglobalización.

Para ello es necesario aumentar la “complejidad” de las exportaciones, que se mide tanto por la diversidad de los bienes que se exportan, como por la ubicuidad de esos productos en el mundo. La competitividad de nuestra economía mejora a mayor variedad de bienes exportados y a mayor singularidad de los mismos –esto ocurre cuando son muy poco exportados por otros territorios-. Por ejemplo, no es lo mismo exportar material ferroviario, que es un producto que requiere una gran especialización, que productos básicos ofertados por una amplia cantidad de países.

Según un interesante proyecto de COTEC sobre los últimos datos de complejidad económica para España y sus provincias, en el que se analizan 1.043 productos y 134 países, durante los últimos 20 años, España ha perdido posiciones en el ranking de complejidad económica, moviéndose de la posición 19 hacia la 35. Mientras, Japón, Suiza, Alemania, Suecia o los EEUU se mantienen en el top del ranking desde 2001.

Países como Corea del Sur, China, Tailandia, Arabia Saudí o India, van escalando puestos en el ranking de complejidad económica, y, por ende, en competitividad de sus economías. Otros, por el contrario, retroceden como pasa con Australia, Argentina, Brasil, Rusia, Noruega o España.

La competitividad de nuestra economía mejora a mayor variedad de bienes exportados y a mayor singularidad de los mismos

España tiene por delante el reto de aumentar la exportación de bienes sofisticados en los sectores que disponen de una ventaja comparativa. Es decir, el objetivo, para ser factible, ha de partir de una base sólida, para lo cual se necesita un análisis pormenorizado de las diferentes opciones.

En ese sentido, el mapa de complejidad económica que proporciona COTEC no sólo analiza el abanico de productos que exporta cada territorio, sino que permite identificar cuáles son las mejores posibilidades de exportación para España. Es por tanto una herramienta muy útil para las administraciones públicas de cara a afinar más en su política pública industrial de especialización productiva.

La implementación de las inversiones y reformas del Plan de Recuperación financiado por los fondos Next Generation de la UE, ofrece una gran oportunidad para el diseño de una política industrial dirigida a aquellos sectores que permitan, de manera realista, mejorar la posición de España en el ranking de complejidad económica. Y así, garantizar la competitividad y sostenibilidad de nuestro modelo económico. El reto está en, gracias a esta herramienta, detectar los sectores que ofrecen mayor potencial de innovación y avance tecnológico. Y, en base a ese diagnóstico, diseñar incentivos que orienten la transformación del tejido productivo.

*** Mónica Melle Hernández es consejera de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid y Profesora de Economía de la UCM.

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