Enrique Rojas.

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Estilo de vida

Enrique Rojas, psiquiatra: "La mujer es tres veces más depresiva que el hombre y estas son las tres razones"

La depresión es un trastorno que implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés por actividades durante largos períodos de tiempo.

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La salud mental es un problema que aparentemente no entiende de géneros. Según los datos de la Undécima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, a nivel mundial una de cada ocho personas en el mundo (lo que equivale a 970 millones de personas) padece un trastorno mental. No obstante, los datos indican que dentro de estas cifras, hay ciertas diferencias.

Los estudios a nivel internacional sobre salud mental han mostrado que las mujeres presentan peores resultados en salud mental que los hombres, así como un mayor consumo de psicofármacos, llegando incluso a ser el doble. Entre los diagnósticos más frecuentes encontramos la depresión como el más llamativo.

De acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, las tasas de depresión son muchísimo más altas en las mujeres que en los hombres. Según Enrique Rojas, estas cifras son tan elevadas que "tienen hasta tres veces más depresión" y que son tres razones las principales responsables: factores biológicos, socioculturales y sesgo de género.

Las razones de la depresión en mujeres

El trastorno depresivo (o depresión) es un trastorno que implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo. Es distinta de los cambios habituales del estado de ánimo y los sentimientos sobre el día a día. 

A pesar de que tanto hombres como mujeres puedan pasar por ella, este segundo grupo es más propenso a sufrirla por varias razonas. La primera de ellas biológica. Según explicó el psiquiatra Enrique Rojas en una entrevista para El Norte de Castillael sistema endocrinológico de las mujeres es más complejo, lo cual se asocia con las llamadas depresiones de la vida genital femenina.

Estas depresiones de la vida genital femenina están relacionadas con las fluctuaciones hormonales a lo largo de diferentes etapas vitales, como la menstruación, el embarazo, el posparto y la menopausia, que influyen en el estado de ánimo y pueden predisponer a las mujeres a episodios depresivos.

La caída brusca de estrógenos, experimentada antes de la menstruación, después del parto y durante la menopausia, se relaciona con momentos de mayor vulnerabilidad para tener depresión, ansiedad y otros trastornos psiquiátricos importantes o, incluso, para agravar patologías existentes en la mujer.

Además, según explican desde Mayo Clinic, los cambios hormonales durante la pubertad pueden aumentar el riesgo de algunas niñas de sufrir depresión. En esta etapa también nos enfrentamos a otras experiencias como cuestiones de identidad, conflictos con los padres o el aumento de la presión para lograr resultados.

Dentro de estas cuestiones encontramos el segundo factor al que hace referencia Enrique Rojas: el cambio de papel de la mujer en la sociedad. A lo largo de las últimas décadas, las mujeres han asumido roles múltiples y a menudo contradictorios: se espera que sean profesionales exitosas, madres dedicadas, parejas amorosas y, además, mantengan un equilibrio personal y emocional.

Mujer pensativa.

Mujer pensativa.

Esta presión por cumplir con expectativas sociales elevadas genera tensiones que pueden conducir a estados de estrés crónico y, eventualmente, a la depresión. La dificultad radica en conciliar las demandas laborales con las responsabilidades familiares, lo que puede llevar a sentimientos de insuficiencia o sobrecarga emocional.

Por último, la tercera razón es porque "la mujer ha tenido que demostrar el triple que el hombre para llegar hasta donde ha llegado", explica Rojas. Históricamente, ha tenido que esforzarse el triple para alcanzar sus objetivos profesionales y personales, enfrentando barreras como la desigualdad salarial, el techo de cristal y los estereotipos de género.

Esta necesidad de demostrar constantemente su valía genera una presión añadida que, a largo plazo, puede afectar negativamente la salud mental, aumentando el riesgo de padecer depresión.

Los tipos de depresión y como afrontarlas

Más allá de la diferencia entre géneros, es importante diferenciar —tanto hombres como mujeres— entre dos tipos de depresión: las endógenas y las exógenas. Identificarlas también es clave para saber enfrentarnos a ella y, por tanto, llegar a salir de ella.  

Las depresiones endógenas son de origen hereditario y no responden a factores externos evidentes. Se caracterizan por aparecer sin motivo aparente y suelen estar relacionadas con predisposiciones genéticas o desequilibrios neuroquímicos.

Este tipo de depresión se manifiesta en episodios de tristeza profunda, falta de motivación y otros síntomas que no están vinculados a experiencias vitales específicas. Por lo tanto, su tratamiento requiere intervención médica, generalmente con terapia farmacológica y apoyo psicoterapéutico.

Por otro lado, las depresiones exógenas están motivadas por circunstancias externas y acontecimientos de la vida. En este contexto, se observa una sensibilidad diferenciada entre mujeres y hombres. Según el especialista, las mujeres son particularmente vulnerables a las sustracciones afectivas y familiares. Esto se relaciona con una fuerte dependencia emocional.

En contraste, los hombres suelen verse más afectados por factores económicos y profesionales, dado que, culturalmente, su identidad ha estado más asociada al éxito laboral y a la estabilidad financiera. Las crisis relacionadas con la pérdida de empleo, dificultades económicas o fracasos profesionales pueden desencadenar episodios depresivos en ellos, ya que estas situaciones amenazan su sentido de identidad y valor personal.

En este contexto, el psiquiatra sugiere dos fórmulas para prevenir la depresión, dependiendo de su origen. Si se trata de una depresión endógena, la recomendación es acudir al médico y seguir el tratamiento prescrito, que puede incluir antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo y terapia cognitivo-conductual.

Para las depresiones exógenas, se aconseja tener un proyecto de vida, entendido como un programa personal que incluya amor, trabajo, cultura y amistad. Estos elementos proporcionan un sentido de propósito y pertenencia, amortiguando el impacto de los eventos estresantes.