Mujer preparándose el desayuno.

Mujer preparándose el desayuno. iStock

Salud y Bienestar

Ni cereales ni tostadas: el nutricionista Enrique González advierte de cómo debe ser el desayuno perfecto

Seguir la recomendación del experto es fundamental para estar saciado y contar con la suficiente energía durante todo el día.

Más información: La advertencia de Ismael Galancho, nutricionista: "Si quieres perder más calorías no puedes comer menos"

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Somos lo que comemos. Una sentencia que cada vez resuena más en nuestra sociedad, adquiriendo un mayor protagonismo conforme queda patente la importancia que tiene en nuestro organismo y, por ende, en nuestra salud y calidad de vida. 

Si bien una dieta equilibrada es fundamental para conseguirlo, el desayuno, esa comida que muchos siguen viendo como un mero trámite para comenzar el día y suplir con un simple café, es mucho más importante de lo que imaginamos.

Enrique González, nutricionista especializado en Nutrición Funcional de Precisión, en una reciente entrevista concedida, lanzaba una advertencia que puede cambiar nuestra perspectiva sobre lo que debemos comer al despertar. Según él, el tipo de desayuno que elijamos no solo influye en nuestro bienestar físico, sino también en nuestro metabolismo, nuestros niveles de energía e incluso en nuestra salud a largo plazo.

¿Por qué el desayuno es tan importante?

La idea de que el desayuno es la comida más importante del día se ha repetido hasta la saciedad, tanto por expertos como en la mayoría de los hogares. Sin embargo, durante mucho tiempo, hemos asociado el desayuno con alimentos rápidos y energéticos, como cereales refinados, pan blanco o zumos industriales. A pesar de que estas opciones nos dan energía de manera inmediata, González nos explica que el impacto en nuestro cuerpo puede no ser tan positivo como parece.

El nutricionista asegura que los hidratos de carbono simples, como los que encontramos en los cereales refinados o en el pan blanco, generan picos de glucosa en sangre.

Este aumento de azúcar produce una caída brusca poco después, lo que puede llevarnos a sentirnos cansados, con hambre y, por lo tanto, más propensos a picar alimentos poco saludables. Además, este ciclo de fluctuación de glucosa favorece la acumulación de grasa y promueve un metabolismo más lento.

¿Qué debemos desayunar?

González propone una alternativa mucho más saludable: un desayuno equilibrado que combine proteínas, hidratos de carbono complejos, grasas saludables y nutrientes de calidad. El fin no es otro que conseguir una saciedad que nos dure más tiempo, acelerar el metabolismo y reducir el riesgo de aumentar de peso.

Pero, ¿cuáles son los alimentos componen este desayuno ideal?

  • Proteínas. Como los huevos, yogur griego, tofu, fiambres magros (pavo, jamón), atún o salmón.
  • Grasas saludables. Aguacate, frutos secos, aceite de oliva virgen extra (AOVE).
  • Hidratos de carbono complejos. Fibra proveniente de cereales integrales, panes completos (no blancos), frutas enteras (no en zumo).

Por ejemplo, un desayuno pefecto podría ser una tostada integral con aguacate, huevo y tomate, o bien un yogur griego con nueces y fresas. Estas combinaciones aportan una gran cantidad de nutrientes que no solo nos mantienen saciados por más tiempo, sino que también equilibran los niveles de glucosa en sangre, evitando esos molestos picos y caídas de energía.

Las proteínas: clave para la saciedad y el metabolismo

Una de las mayores recomendaciones de Enrique González es cambiar los hidratos simples por proteínas. ¿Por qué? Porque las proteínas se digieren más lentamente, lo que proporciona una sensación de saciedad duradera.

Esto no solo nos ayuda a evitar el picoteo, sino que también contribuye a mantener nuestra masa muscular. Y este detalle es crucial, ya que a mayor masa muscular, más calorías quemamos incluso estando en reposo, lo que acelera el metabolismo.

Además, las proteínas son esenciales para la reparación y crecimiento de los tejidos, y tienen un papel importante en el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. Es por eso que optar por un desayuno rico en proteínas no solo es beneficioso para nuestro peso, sino también para nuestra salud general.

El poder de las grasas saludables

A menudo nos han hecho temer las grasas, pero no todas son malas. Las grasas insaturadas, presentes en alimentos como el aguacate, el aceite de oliva y el salmón, son imprescindibles para una salud óptima. Estas grasas no solo nos dan saciedad, sino que también ayudan en la absorción de vitaminas esenciales como la A, D, E y K.

Además, las grasas saludables mejoran la salud cardiovascular, neuronal y cerebral, mientras que reducen la inflamación subclínica, un factor clave en muchas enfermedades crónicas.

También contribuyen a la integridad de las membranas celulares, asegurando que los nutrientes lleguen al interior de las células y que los desechos sean eliminados eficazmente.

¿Qué pasa con el café y el zumo de naranja?

Un aspecto interesante que Enrique González menciona es el efecto de la cafeína en el metabolismo. Aunque el café y el té verde pueden estimular el metabolismo y actuar como "quemadores suaves de grasa", es importante tener en cuenta que este efecto es temporal y varía de persona a persona. De hecho, algunas personas tienen una mayor tolerancia a la cafeína que otras, y en algunos casos, puede incluso causar ansiedad o insomnio, lo que podría contrarrestar los beneficios.

Si eres un amante del café, González sugiere evitar añadirle azúcar, miel o siropes, ya que estos ingredientes pueden convertirlo en una bomba calórica. En lugar de eso, es mejor disfrutar de un café negro o con una pequeña cantidad de leche vegetal.

Aunque el zumo de naranja es una opción popular para el desayuno, Enrique González nos advierte de que no es la mejor elección. Al exprimir la fruta, perdemos la fibra, lo que provoca que el azúcar se absorba rápidamente en el cuerpo, generando un pico de glucosa similar al de los hidratos de carbono simples. Es mucho mejor optar por comer la fruta entera, que no solo aporta vitaminas, sino también fibra, que ayuda a mantener los niveles de glucosa estables.

A pesar de todas estas recomendaciones, Enrique González nos recuerda que no existe un desayuno único que funcione para todos. Cada persona tiene necesidades y objetivos específicos, por lo que lo más importante es escuchar a nuestro cuerpo y optar por alimentos que nos proporcionen energía y bienestar a lo largo del día.